No quiero tener miedo por ser mujer

No quiero tener miedo por ser mujer

Somos dos, y somos mujeres y vamos a viajar pronto. Sí, leíste bien: Dos mujeres y "solas". Sin figura masculina alguna. "Solas", mas allá de ir acompañada la una de la otra; "solas" porque no planeamos ir acompañadas de ningún hombre, "solas" porque somos el sexo débil e indefenso. Sí, "Solas".  A un país extranjero.

En los últimos meses dado el hecho lamentable de las dos chicas argentinas asesinadas en Ecuador no hice más que escuchar y leer en todos los medios de comunicación "notas" con titulares trágicos al estilo: "Turismo de alto riesgo: los 10 países más peligrosos para viajar si se es mujer", "Los países más peligrosos para mujeres que viajan solas", "Informe internacional advierte sobre los lugares de alto riesgo para las mujeres aventureras", "Acosos sexuales, violaciones, robos y trata de personas hacen que algunos lugares del planeta sean poco atractivos para el turismo femenino"

¡Basta!

¿Es condición necesaria que nos paralice el miedo? ¿Qué nos invada el terror al punto de replantearnos la decisión de viajar? ¿Reconsiderar los destinos elegidos o rearmar nuestro recorrido en función de evitar la prácticamente inevitable tragedia?

Los medios de comunicación condicionan, a algunos más, a otros menos. En este punto, las noticias y comentarios del barrio fueron la causa del llanto desconsolado de mi abuela, abrazándome con miedo a que me pase ?lo peor?. O quizás de las múltiples preocupaciones y recomendaciones de mi tía, al extremo de "Eri, no hables con desconocidos".

Pero ¿No se supone que un viaje implica conocer culturas, lugares y personas?

No quiero dejar de soñar. No quiero dejar de viajar. No quiero dejar de ilusionarme. No quiero tener miedo por ser mujer.

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