El origen del maratón y el aviso oportuno

El origen del maratón y el aviso oportuno

El maratón es una prueba de resistencia de 42.195 kilómetros en la que las personas prueban su desempeño físico y, en el mayor de los casos, se decepcionan del mismo. Pero lo que es interesante es el origen de esta tradición.

Resulta que Maratón es una llanura en la costa oriental de Grecia. Ahí, en el año 490 antes de Cristo, se peleó una de las más importantes guerras Médicas. Médicas no porque hubiera un ejército de embatados arrojándose paracetamol y estetoscopios a la cara. Médicas por la región cercana a Persia, que también era parte de dicho imperio. El emperador persa, Darío, había amasado a una armada de más de treinta mil hombres, y puso a un señor llamado Datis como comandante. Con una fuerza descomunal, Datis marchó hacia el nuevo objetivo del imperio persa: Atenas.

El modus operandi de los persas era mandar una invitación que, me imagino que decía algo como:

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A quien corresponda,

Es con gran placer que le informamos que ha sido seleccionado para ser absorbido por nuestro poderoso imperio. Si su respuesta es afirmativa (le recomendamos que así sea) esperamos sus tributos,  la parte de su ejército correspondiente y que su religión cambie por la nuestra. Si su respuesta es negativa, bueno, llegaremos por la fuerza. Por experiencia les decimos que no creemos que les vaya a gustar mucho. Tenemos harta gente.  

Esperamos su pronta (y afirmativa) respuesta.

Saludos cordiales,

El ejército persa

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Los atenienses se vieron entre la espada (bueno, unas treinta mil espadas) y la pared. El ejército persa era tan numeroso, que para hacerle frente, había que mandar a todos los soldados que tenían disponibles a a batalla. En el caso de que ganaran los persas -que era lo más probable- ya no quedaría ningún soldado para proteger Atenas. Lo que acabaría con la violación y esclavitud de las mujeres y los niños en la ciudad, y el exterminio de los ancianos y gente que no pudiera pelear. Nada bueno.

Milcíades fue quien dirigió al ejército ateniense en una de las estrategias de batalla más agresivas y memorables de las que se tiene registro. Con un ejército de, aproximadamente once mil hombres, se movilizó hacia Maratón, que era donde Datis había atrancado sus barcos.

Había que actuar rápido, por un número de razones. Cuando llegaron al lugar, los soldados atenienses se debieron haber paralizado de miedo. Basta imaginarse con llegar a la costa y ver cientos de barcos de batalla , todos erizados con lanzas y espadas de hombres armados, entrenados y malhumorados. Muchos de los capitanes atenienses no querían pelear (y la verdad no los culpo). Además que los persas eran conocidos por tener arqueros formidables. ¿Qué hizo Milcíades? Les ordenó cargar contra los persas inmediatamente. Sabiendo que quedarse ahí protegiéndose contra una lluvia de flechas nada más iba a quitar tiempo, ah, porque además de que tenían que ir a pelearse contra treinta mil hombres, había que apresurarse, pues los persas eran conocidos por tener espías y dobles agentes en todos lados. Bastaba con que un traidor instalado en Atenas arengara al gobierno provisional para rendirse e integrarse al imperio persa y de ese modo la batalla habría sido en vano.

Con una porfía notable, el ejército ateniense no reculó y fue tan eficaz el ataque, que lograron que los persas se retiraran. Pero todavía había más: Los persas se retiraron en sus barcos, pero aún cabía la posibilidad de que Datis llegara a Atenas más rápido que el ejército de Milcíades (recuérdese que todos los hombres capaces de pelear estaban en Maratón) y que se presentara ante los atenienses diciendo:

-¿Qué creen? Barrimos con todo su ejército en Maratón así que ríndanse ante nosotros.

Lo que seguramente terminaría en la esclavitud y violación de mujeres y niños. Además que toda la batalla y la sangre derramada habría sido completamente inútil. En ese entonces las comunicaciones no eran tan rápidas como ahora, y ninguno de los atenienses podía avisar desde Maratón con un telegrama, una llamada, o un estado del Féisbuc. Lo que hizo Milcíades fue mandar a su mejor corredor: Filípides, a contarles todo lo que había pasado. El mensajero, recién salido de la batalla, corrió y corrió, esos 42.195 kilómetros, llegó a Atenas y la gente se congregó a su al rededor. Filípides llegó anunciando que habían ganado, que los persas se dirigían hacia Atenas pero que también el ejército de Milcíades estaba regresando. Que aguantaran, vaya.

Habiendo dicho esto, y apenas todos escucharon, Filípides cayó al suelo. Había muerto de una mezcla de heridas de la batalla, cansancio? quién sabe, realmente. El caso es que los griegos no sabían si celebrar o aterrarse. Sí, habían ganado. Pero qué si llegaban los persas antes que sus soldados ¿No sería un exterminio? Después de todo, aun después de haber sido derrotados, tendrían algunos miles de soldados listos.

Pues el sacrificio de Filípides y la victoria tan poco probable de Milcíades inspiró a todo el pueblo. Si su ejército se fue a defender la ciudad, aún superado de tres a uno, ellos podrían ingeniar una forma de hacer tiempo hasta el regreso de las tropas.

Mujeres, niños, viejos, todos tomaron armaduras de soldados, se armaron con lo que pudieron y se pararon firmes en cualquier lugar con vista a la ciudad. Si el plan del persa Datis, era llegar a intimidar ciudadanos indefensos, se encontraría con una ciudad defendida por aguerridos soldados, o al menos eso pensarían sus huestes al ver todas las paredes y torres decoradas con personas uniformadas. Así es, la idea no era pelear con las armas, sino con los nervios.

El plan funcionó de maravilla. Datis llegó a la ciudad antes de que lo hiciera el ejército de Milcíades, pero al ver tantos casos y armaduras dispuestas para el combate, ordenó a los persas que se retiraran sin acercarse más.  Atenas había ganado una de las batallas más importantes de su historia y una de las más recordadas.

La batalla de Maratón sentó un precedente para todas las ciudades-estado griegos,  hasta ese día, se creía que los persas eran imbatibles. Habían probado que era posible defenderse.

Hoy en día, se recuerda la batalla por todas las improbabilidades que fueron contradichas ese día. Por una muestra apabullante de valentía y determinación, tanto del ejército de Milcíades, como de los atenienses que hicieron frente al ejército persa. Uno de los más bellos ejemplos en que la unión hizo la fuerza. También nos deja pensando que el primer competidor de maratón de la historia, se murió al llegar a la meta.

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