Acerca del pollo en la heladera

Es muy bueno tener un pollo en la heladera. Pero con el pollo en la heladera no basta, también hay que tener un pollo en el alma. Ok, a no entender mal, el pollo en la heladera debe estar siempre, sin el pollo en la heladera no podemos vivir, por eso hay que asegurarse de que el pollo esté en la heladera. Sin éste no podemos pensar en tener un pollo en el alma.

Pero a saber, que la falta de un pollo en el alma puede hacer que la vida que nos da el pollo en la heladera nos sepa mmmh un tanto rara, tal vez agria, desabrida... De modo que terminamos odiando a ese maldito pollo de la heladera y podemos olvidar fácilmente que alguna vez no lo tuvimos.

De modo que hay que buscar la manera de que este primer y vil pollo no se vaya, mientras cogoteamos a ver si podemos alcanzar al otro, ese que es dorado y con ajizes... y además de saber huele bien.

Por ende, yo, ciudadano argentino que puede decir firmemente "TENGO UN POLLO EN LA HELADERA" ahora debo ponerme a buscar ese otro pollo. Sin temor a que el primer pollo se vaya... cosa que puede costar mas de lo que parece en principio. El pollo de la heladera es muy histérico.

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