El bus de la muerte

El hecho ocurrió en la Provincia de Tucumán, Argentina. No, no es una película o libro del aclamado escritor novelista de suspenso y terror, Stephen King. El episodio fue muy real, en donde una familia tuvo que trasladar a su difunto pariente en un bus de pasajeros.

Transcurría el velatorio normalmente, hasta que culminó el proceso de este. Se procedió a realizar el cortejo fúnebre en donde el fallecido sería trasladado hasta el cementerio. Todo normal hasta que a mitad de camino surgió el caos. La "carroza" sufrió un desperfecto. "Mano va, idea viene" pero la solución no aparecía.

La pregunta rondaba en los presentes, "¿y ahora cómo lo llevamos?". Cual si fuera un "enviado del cielo" apareció el bus que realizaba su recorrido habitual. Y el mismo chofer (cuyo nombre no se tienen datos), del interno 34 de la línea 142, empresa Leagas S.A., se ofreció a llevar el ataúd. La familia no lo pensó dos veces y aceptó.

Ingresado el féretro al transporte público, mientras muchos pasajeros filmaban y fotografiaban el hecho, algún individuo distraído o adormecido por el trajinar del largo viaje, tuvo la sensación del "olor a muerto", pero le restó importancia ya que es característico en algunos recorridos de bus, de ciudades latinoamericanas.

Teresa Brandán Martínez, prima del fallecido, publicó en Facebook: "Esto se vivió en el acompañamiento de mi primo. Que empresa de m... pagar para que lo dejen tirado en la ruta. Que grande el chofer para dejarnos que lo llevemos en el colectivo. Ya vamos a averiguar el nombre de la empresa para que se fijen bien que van a pagar. Mi primo no se merecía esto, era una excelente persona".

Los videos y fotos se viralizaron rápidamente en las redes sociales. Y finalmente el bus llevó a destino al difunto, en "Jardín del Cielo", ubicado en el kilómetro 3 de la autopista Juan Domingo Perón, donde fue sepultado correctamente. Los sentimientos en la familia eran encontrados, de bronca, tristeza, y felicidad. Bronca con la empresa, tristeza por la muerte, pero un guiño de felicidad porque se culminó con un acto de respeto.

Historias de vida y muerte, que hasta el propio Federico Fellini si viviera, o "el enigmático" Tim Burton en la actualidad, pensarían en transformarlo en guión de cine.

Fuente: Clarín.com

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