Ningún Santo: Denuncias contra Monsanto en Córdoba, Argentina

Ningún Santo: Denuncias contra Monsanto en Córdoba, Argentina

Durante el mes de octubre del 2014, se realizó en la localidad de Monte Maíz, Córdoba, un Campamento de Salud Socio-Ambiental con el fin de evaluar el impacto de las fumigaciones, puntualmente del glifosato, sobre la población del lugar. La iniciativa, que contó con profesionales y estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y de La Plata (UNLP), arrojó resultados alarmantes sobre la salud de los habitantes de Monte Maíz, donde la principal causa de muerte es el cáncer. El informe nunca llegó a ser oficial porque la UNC y su Facultad de Medicina no lo avalaron y, a raíz de eso, surgieron acusaciones que vinculan a la Universidad de Córdoba con Monsanto, empresa que maneja el 83% de la comercialización del glifosato en la provincia.

Eduardo Maturano es epidemiólogo y profesor en la UNC. Junto a Medardo Ávila Vázquez, fue uno de los encargados del campamento de salud en Monte Maíz. Según narra, todo comenzó con una experiencia en el barrio Ituzaingó Anexo, de la ciudad de Córdoba, donde los vecinos comenzaron a notar alta presencia de mujeres con pañuelos y chicos con barbijos. "Esto era producto de que se encontraban bajo tratamiento quimioterápico", explica Maturano.

Los vecinos del barrio realizaron un relevamiento de los habitantes y encontraron una mayor concentración de personas con cáncer en aquellos sectores del barrio que son linderos con campos de siembra. "Esto deriva en un juicio, donde se toma como elemento de imputación el principio precautorio, que establece que ante la posibilidad de que una sustancia sea nociva para la salud se deben tomar ciertas precauciones para evitar el riesgo a la exposición de este elemento químico", sentenció el profesor de la UNC, que además fue perito oficial de la causa. "Se encontró endosulfan en los tanques de agua de las casas, que es un agroquímico con capacidad de provocar malformaciones y alterar el ADN. También se realizaron análisis de sangre a los niños menores de 7 años del barrio Ituzaingó y se los cotejó con chicos control del resto de Córdoba, y se comprobó la presencia de hasta 5 agroquímicos diferentes en la sangre de los niños del barrio", agregó el perito.

Con el antecedente de lo que sucedía en el barrio Ituzaingó, un grupo de médicos de la Facultad de Medicina de Córdoba propuso hacer un estudio socio-ambiental en un pueblo del interior de Córdoba ubicado en la región pampeana, precisamente Monte Maíz.

En la pequeña localidad del interior cordobés, sucedió algo similar a lo del barrio Ituzaingó. En el 2007, un grupo de vecinos, por iniciativa propia, llevaron a cabo un relevamiento donde advirtieron un elevado nivel de cáncer en sus habitantes. Y solicitaban que esos relevamientos tuvieran un aval científico.

"Se armó un campamento sanitario en Monte Maíz, del que participaron docentes investigadores y alumnos de la Universidad Nacional de Córdoba y de La Plata. El pueblo tiene 8 mil habitantes, y nosotros pudimos recolectar información de 5 mil, es decir, el 62% de la población total", aseguró el epidemiólogo.

Los resultados indicaron que enfermedades como el asma o el bronco espasmo, son 5 veces más frecuentes que la media, al igual que los casos de hipotiroidismo y la diabetes que son 3 veces mayor. Según los resultados finales, hay una mayor presencia de malformaciones mayores, es decir, que necesitan intervención quirúrgica. Y en el caso del cáncer, la mortalidad supera 4 veces la media del país. En Monte Maíz, esta enfermedad es la primera de causa de muertes. 1 de cada 2,5 muertes se produce por cáncer, mientras que en todo el país la relación es de 1 a 5.

Verónica Llopiz, psicóloga de Monte Maíz, forma parte de la Red de Prevención por la Salud y el Ambiente. "Me involucro porque estoy preocupada, porque veo día a día enfermar gente. Hay vecinos que mueren a diario, incluso muchos niños", afirma Llopiz, que fue una de las vecinas de Monte Maíz que llevo a cabo el relevamiento en el 2007.

"Estoy permanentemente en contacto con el dolor y el sufrimiento. Tengo pacientes enfermos, a los que les resulta difícil llevar su enfermedad, o saber que van a morir", dispara la psicóloga.

Me involucro porque estoy preocupada, porque veo día a día enfermar gente. Hay vecinos que mueren a diario

Veronica Llopiz

También comenta que hoy conviven con máquinas pulverizadoras, los famosos mosquitos que prácticamente son un auto más en Monte Maíz. Llopiz expresó: "La gente guarda en sus garajes bidones de agroquímicos. Tenemos grandes plantas de almacenamiento de cereales contaminando en el corazón del pueblo. Y parece que nadie hace nada".

Eduardo Maturano aseguró que el gobierno de Córdoba, a través de la Secretaría de Agricultura, ejerció presión "para que nos prohibieran hacer el estudio y luego para que nos impidieran dar los resultados que obtuvimos". En un parte de prensa de la secretaría, donde se solicitaba una copia oficial del informe, estaban representadas la Universidad Nacional de Córdoba, la Universidad Católica de Cuyo, la Universidad Nacional de Río Cuarto, la Mesa de Enlace, la Cámara de Aplicadores, entre otras instituciones. 

Según el epidemiólogo, no hubo nada oficial porque la universidad nunca terminó de avalar el informe. La UNC facilitó el medio de transporte e integró al proyecto dentro del "Plan Suma 400", que consiste en crear lazos para diseñar políticas públicas con municipios de Córdoba, pero una vez conocido el resultado del informe la institución se apartó.

"La Facultad de Medicina, de donde provenimos el grueso de los docentes, no avaló el estudio y se mostró decididamente en contra", disparó el profesor universitario.

Laura González del Prado, presidente del Centro de Estudiantes de Ciencias Agrarias (CECA) de Córdoba, aseguró: "El 8 de agosto del 2014, la Universidad Nacional de Córdoba y Monsanto firmaron un convenio que establece una ´relación institucional de cooperación, a fin de promover y desarrollar actividades conjuntas de investigación científica, ensayos,

Universidad Nacional de Córdoba capacitación, divulgación, inserción laboral u otras que entre las Partes pudieran acordar´. Entre otras cosas, el convenio está conformado para "desarrollar una mayor vinculación en la investigación científica, experimentación, capacitación de docentes, viajes de aprendizaje e inserción laboral de estudiantes", entre otras actividades.

Uno de los puntos a resaltar es el quinto artículo del convenio que establece: "La ejecución del proyecto no demandará compromisos económicos para la institución y los gastos que demande la realización del presente convenio y el desarrollo de la actividades previstas serán cubiertos por LA EMPRESA". El tratado finaliza en agosto de 2017, aunque para la presidente del CECA "el convenio se va a extender, sin dudas".

Una semana antes del rechazo de la Facultad de Medicina al informe, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que el glifosato es un "oncogénico", es decir, una sustancia capaz de producir tumores y, en su mayoría, malignos. "Lo ubicaron en la categoría 2A, que es la misma que el PCB de los transformadores", dijo el especialista. Esta categorización derivó en la prohibición de la fabricación, comercialización y tenencia del PCB.

A raíz del informe y la publicación de la OMS, el vocero de Monsanto, Adrián Villaplana, aseguró: "El informe de la OMS se basa en ciencia basura".

El pasado 7 de abril, el Concejo Deliberante de Monte Maíz inició el recorrido para promulgar una ordenanza de "ordenamiento ambiental" que establece un retiro de 1000 metros para la aplicación de glifosato por tierra, y de 1500 para la aplicación por aire. El proyecto de ordenanza también contempla la erradicación, de la zona urbana, de los silos y de las maquinarias. Sin embargo, Maturano admitió: "El secretario de Agricultura de la provincia comenzó a operar para que los ediles no aprueben el proyecto. Es clara la complicidad que tienen con Monsanto".

Los transgénicos han sido eje de acalorados debates en los últimos años, pero las cuestiones de fondo que existen entre ciertos sectores de la política, la educación y los grupos económicos no han permitido dar un debate serio acerca de la utilización de pesticidas como el glifosato. Como siempre, las consecuencias las paga el pueblo.

Publicado en Inicio » Mundo »