El consumo excesivo de amor puede perjudicar a la salud

¿A cuántos no nos ha pasado que empezamos a sentirnos locamente enamorados de nuestra pareja? Es ahí, el momento aquel en el que los sentimientos ya ganaron a la batalla de nuestros orgullos y egos, sin embargo esto nos podrá hacer sentir los seres más únicos en el mundo, y a la vez también tendrá la fuerza de hacernos sentir los seres más despreciables de toda la humanidad.

Cuando estamos bajo los efectos de estas drogas, "el amor" y "el enamoramiento" nuestros cuerpos danzan al ritmo de la otra persona, nuestras miradas siguen los pasos delante de nosotros y nuestros labios se abren y cierran una y otra vez mientras expresamos cuanto sentimos, empezamos a darle todo nuestro ser a quién tenemos junto a nosotros como pareja, perdemos noción y sentido del tiempo, dejando atrás la hipótesis de que el enamoramiento dura tan sólo 16 meses promedio y que luego se torna lo que nosotros queramos, consideramos nuestros sentimientos como los más únicos y reales, formamos dentro y fuera de nosotros a una persona que depende de la otra en todo momento inclusive cuándo deberíamos estar solos. El amor sin duda es la sensación, sentimiento, magia, estado, o como le queramos llamar de lo más bonito y puro que experimentamos los humanos.

Cuando apenas somos unos niños nuestros primeros amores son nuestros padres, luego crecemos y nos damos cuenta que todos tienen una pareja, y nos sumergimos inconscientemente en este mundo tan nuevo y sorprendente y empieza ahí nuestro primer carrusel de emociones, desconocemos totalmente las grandes diferencias que tiene el estar enamorado y estar amando. Creeremos en el "polos opuestos se atraen", cuando no pensamos en que los polos opuestos se podrán atraer pero es una acción automática que sólo se basa en eso atracción instantánea sin una razón mayor, sólo porque tuvo que darse, cuando lo recomendable será encontrar a una pareja semejante a nosotros, la igualdad podría tornarse monotonía, la semejanza por su parte generará las ganas de conocerse mucho más y hacer una y otra comparación respecto a las vidas que se unirán.

Y si encontramos a alguien diferente a nosotros sentiremos el descontento y la insatisfacción por algo que no funcionará, por mal gastar el intento de juntar el agua con el aceite. Si nos enamoramos debemos aprender el arte de amar sanamente, un amor completo, para la Filosofía el amor se forma de tres partes fundamentales, la filia o amistad, el agape o protección a la otra persona, y el eros o deseos que nos generan nuestros amados.

El amor más bonito es aquel en el que te sientes en toda la libertad de poder contar un chiste sin necesidad de explicarlo porque perderá la chispa de la diversión, en el que des un suave masaje a las piernas de tu pareja y tu sientas el dolor en las tuyas también, un amor en el que ver a tu pareja a diez metros de distancia te den ganas de correr desenfrenadamente a sus brazos a derrochar tu cariño. Y si entonces todo está yendo tan bien, ¿por qué distorsionar la idea del amor? El amor es algo que está en el día a día de todos, y no debemos perder el sentido que este ha tenido siempre, no sobrevaloremos al amor, el amor es igual en Ecuador y en la India, y en todo el mundo, no lo exageremos, no confundamos nuestro papel en pareja, no vivamos para la pareja. La pérdida de identidad, y el sentido de fusión podrían apoderarse de nosotros llevándonos a ser los más prejuiciosos, a pensar en uno solo, y centrándose en la pareja, viviendo para ella perdiendo nuestros principios y negociando con ellos.

Esquina a esquina vemos una pareja y desconocemos su situación, si es que están pasándola de maravilla o si es que están esclavizados uno al otro, una pareja esclavizada es aquella en la que la mujer dejó de embellecer sus habilidades artísticas por sentir que está haciendo a un lado a su pareja pese a no dedicarle días enteros a alguna actividad que sea de su agrado, un hombre esclavizado dejará de salir un sábado con sus amigos a disfrutar un día de deportes y charla de los últimos videojuegos, o simplemente distanciarse de sus grupos de amigos en el que ambos eran parte del pero optaron a renunciar al círculo por vivir en su nuevo circulo, el circulo vicioso de "contigo o sin ti", de ni siquiera recordar cómo eran antes de sus parejas , sintiendo día a día el miedo a perderse el uno al otro entrando en una especie de psicosis sin tratamiento. Empezamos a jugar al papel de los esclavos, siguiendo leyes y reglas de un rey con el poder absoluto, no recibimos nada a cambio y no hacemos nada por defender nuestros derechos.

El miedo y el apego nos va a corromper, en la era post moderna en la que vivimos ya es lo que más ha prevalecido a lo largo de la historia del amor, aunque se hayan perdido las fuerzas que tenían en antes nuestros abuelos, padres tomaban muy en serio a quienes tenían a su lado, les era casi imposible separarse de esa persona, tomar a una persona para amar y compartir no era un simple juego, era una entrega mutua y un asunto de vida o muerte terminar una relación.

En la actualidad concebimos un amor desechable un amor de papel, y migajas que se pueden barrer y recoger con un simple soplo del viento, somos la cultura del desecho, condicionamos una unión ante un disgusto, una diferencia o simplemente una insatisfacción nuestra, razones por las cuáles exclamaremos un ¡Terminamos! y nos iremos sin ni siquiera pensar en la otra persona, sólo como animales salvajes que abandonan los desechos de su presa y no retornan a ellos. No sedamos a perdernos de nosotros mismos, el amor es para valiente y debemos enfrentarlo como tal, como los mas valientes al momento de sentir amor por alguien, sin atarnos y esposarnos a un amor, siendo libres viviendo en pareja, sintiéndonos bien con alguien más y con nosotros, disfrutando de la felicidad que nos dará, sintiéndonos sanos y libres de malos sentimientos, la dignidad y los valores son innatos que no deben ser mal gastados siendo egoístas con nosotros mismos, amemos desde que sale el sol hasta que se oculta la luna, pero amemos sin esclavitud.

Publicado en Inicio » Bar y Vida »