Paradoja de la reforma migratoria estadounidense por Trump

Analizando todo lo que ha acontecido en el transcurso del proceso electoral estadounidense, el presidente en curso Barak Obama había declarado su preocupación con la frase "todo es posible" cuando se le cuestionó sobre la posibilidad de que el candidato Donald Trump llegara a quedar como presidente de Estados Unidos. Anunció que lo que le da miedo "es un presidente que no sabe lo que tiene que saber y no parece tener interés en aprender lo que no sabe". Pareciera que su forma de generar polémica ante la comunidad internacional es a través del tema "migratorio"; como si fuera un tumor benigno dentro del sistema social de Estados Unidos el cual tiene que ser desechado a cualquier costa en lugar de mostrar cooperación para sentar las bases de un plan de acción.

¿Puede obligar a México a pagar los gastos públicos de Estados Unidos al dar aquella atención humanitaria para aquellos migrantes documentados como indocumentados? ¿Puede obligar a un gobierno a pagar por las medidas de acción humanitarias hacia personas que a pesar de buscar la manera de cómo lograr llegar al territorio estadounidense lo hacen con las peores condiciones físicas? Eso da a entender con promover una reforma migratoria "sin amnistía" ¿Es acaso que lo migrantes indocumentados (y no solo mexicanos) se aprovechan de que pueden obtener para sus hijos la nacionalidad estadunidense?

Es claro que la aplicación de una reforma migratoria es de acuerdo al contexto histórico que se acontece y de acuerdo al tipo de relación que mantienen los países interesados en la creación y adopción de una. Sin embargo, un claro ejemplo de como la migración "ilegal" puede ser usada a beneficio de un Estado de acuerdo a su historia fue el Programa Braceros. ¿Acaso el gobierno del norte se ha olvidado que tal programa demandaba mano de obra el cual era realizado por trabajadores agrícolas mexicanos?

Es así que la creación de un muro fronterizo solo dificultaría las relaciones entre Estados Unidos y México porque no va a impedir que siga existiendo un flujo migratorio ya sea legal como ilegal, no va a impedir que las enfermedades lleguen y se propaguen, no va a impedir que lleguen cédulas del narcotráfico y del crimen organizado a su territorio y no va a impedir que la violencia se detenga. Sería una medida demasiado aislacionista.

Poner fin a la ciudadanía, la cual está garantizada por la catorceava enmienda de la Constitución de Estados Unidos solo generaría un desacuerdo y descontento  con la población; no sería la primera vez ni la última los ataques a esta enmienda con la diferencia de que ahora el tema en boca de todos son los latinos e hispanos.

Las propuestas de Donald Trump en tema de inmigración, además de las ya mencionadas abarcan temas como suavizar leyes para que algunos indocumentados puedan regularizar su situación migratoria, triplicar el número de agentes fronterizos y facilitar  la permanencia en Estados Unidos de estudiantes extranjeros al terminar los estudios son temas que dejan mucho de qué hablar. Como bien lo dijo el presidente estadounidense el sentimiento en contra de ciertos inmigrantes tampoco es nuevo en Estados Unidos y que date de los orígenes de la nación cuando eran rechazados por lo europeos del sur, ahora ese sentimiento es en contra de los latinos o musulmanes. Cabe recordar que la nación de Estados Unidos se construyó de esa manera, a través de la llegada de miles de personas de diferentes procedencias, diferentes culturas, diferentes ideologías y que si es cierto que pasaron por un largo proceso de adaptación.

Es por todo esto, que el presidente Obama espera que una vez llegado el día de escoger al siguiente representante confía en que la mayoría de los estadounidenses estén lo suficientemente informados y analicen cual sería el panorama para con cada opción.