Ideologías cuestionables del siglo XXI y sus fatales consecuencias

Hay una epidemia que actualmente está recorriendo el mundo occidental. Se trata de la expansión de ciertas líneas de pensamiento que son muy poco profundas, pero que ciertas personas toman como forma de vida. A veces no es que la ideología misma sea ingenua, sino que ciertos grupos toman una pequeña parte de ella y la simplifican y reducen a ese único aspecto. Entre esas ideas podemos encontrar el veganismo, la visión religiosa de las drogas, el arte por el arte, etc.

Lo importante a entender sobre este punto, es que los peligros de estas formas de pensamiento van más allá de la contribución a la estupidez masiva; de hecho, pueden ser mortales.

De público conocimiento son los casos en los que hombres y mujeres llegan a herirse para realizar expresiones artísticas, cuyo único mensaje es ese mismo, ser una expresión y nada más. Esto se debe a que el realismo absoluto es un valor que los adeptos a este movimiento defienden contra todo. El problema se acentúa cuando este pensamiento se traslada a otras formas de arte, más notablemente el teatro. Recordamos el caso de Charles Fawkes, actor inglés que interpretó al protagonista de The good duke (El buen duque), que al final de la obra se suicida tomando veneno. La expectativa por esta obra era tan alta, que se agotaron las entradas para tres funciones; pero por obvias razones sólo se realizó una.

Aunque, para ser justos, la corta carrera de Fawkes contrasta con la longeva carrera de otro actor que interpreta con el mismo método de realismo. Se trata del peruano David Vásquez, que hace quince años encarna exclusivamente al protagonista de El deseo infinito, obra sobre la vida de un adicto al sexo.

Podríamos extendernos sobre las personas que experimentan con drogas, no por recreación, sino porque creen que a través de ellas uno se vuelve mejor artista o llega a un nivel espiritual superior, y por lo tanto es capaz de arribar a conclusiones que la sobriedad le impiden al ser humano. También sería oportuno mencionar a las personas que buscan el individualismo, pero lo hacen sumándose a tendencias colectivas. Pero sin duda, el caso más interesante es el de Miguel Trujillo.

Miguel era una de esas personas que luchaba por los derechos de los animales, actitud inobjetable; sin embargo no acompañaba esto con una lucha contra las injusticias sufridas por los humanos. No se preocupaba en lo absoluto por los problemas de distribución de la riqueza, pero veía la liberación animal como una revolución necesaria. Esto llegó a su punto de desenlace una tarde que Miguel paseaba por un bosque. En su caminata, se encontró por primera vez en su vida con un panal de abejas. Luego de observarlo por unos minutos, trató de organizar una rebelión entre las abejas, para que derrocaran a la reina y conformaran la primera colmena con una democracia republicana.

Miguel ingresó a un hospital local con múltiples picaduras, y murió trágicamente horas después. En su último aliento, pidió que todos sus bienes sean heredados por sus mascotas.

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