Educar para la justicia

Educar para la justicia
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En estos días, lamentablemente se le ha dado relevancia a una nota que una sociedad libre e incluyente debería de tener como referencia de un triste pasado. De manera desoladora, la violencia contra las mujeres es parte de un turbio presente. Cada día, en México y en el resto de latinoamérica, tenemos noticias de mujeres atacadas, acosadas, golpeadas, abusadas, violadas y hasta asesinadas.

El problema debería de ser considerado como de seguridad nacional, pues por el hecho de ser mujeres, tienen una probabilidad mayor de ser atacadas. No se puede generar una sociedad libre, cuando hay factores tan determinantes como ese, que interrumpan con en desarrollo de los ciudadanos. Y si, el problema no es sólo de las mujeres, es un problema con repercusiones más allá del género. Si la asesinada, era una madre, son los hijos quienes sienten principalmente la pérdida, si es una hija, los padres también desesperan en la búsqueda de justicia. La violencia hacia las mujeres, es un problema al cual los hombres también le debemos de prestar toda nuestra atención.

Pero, veo diferentes reacciones, las cuales me hacen pensar. Se dice: #NiUnaMenos, y alcancé a notar una pancarta con la leyenda: "Para no volver a decir ni una más, hay que dejar de criar princesas indefensas y machos violentos". Después de ver esto, interrumpí mi marcha y me puse a reflexionar. ¿De verdad el problema son los hombres y las mujeres de a pié? Es decir, si la sociedad empieza a criar a guerreras, o cualquier otra cosa, y se deja de educar a los niños para ser machos, ¿la violencia de género se termina? Hablo de violencia de género, en vez de violencia contra la mujer, o violencia machista, pues a mi parecer, la violencia va más allá del género.

Decir que la violencia se erradicaría cambiando la forma de la educación, creo representa la solución. Pero se debe de educar por una convivencia armónica, no es educar a las niñas para defenderse, y no es educar a los niños para respetar a las niñas. Eso generaría adultos enajenados. Las mujeres, al primer acercamiento de un hombre, acercamiento considerado por ellas como violento, tenderán a reaccionar de forma violenta. Y el hombre, debido a su educación de respeto exagerado hacia la mujer, no reaccionaría ante la posible violencia de las mujeres. 

Tengo la firme creencia en que la violencia se erradicaría educando para el respeto. Pero no el respeto por una vagina o por un pene, el respeto por una vida. No el respeto por una güera o por un indito, el respeto por ser humano. Tampoco igualdad, pues debemos de aceptar, no todos somos iguales. El libre mercado aboga por la igualdad de condiciones entre todos los miembros del sistema, no es justo poner en condiciones de igualdad, a un hombre y a una mujer, físicamente hay diferencias. Justicia, no es lo mismo a igualdad. La violencia de género, es el problema a erradicar, el cual se logra erradicando también la violencia racial por decir un caso más.

Si se educa para el respeto, se educa para la justicia. Aristóteles decía que la justicia es el único valor sin exceso, nadie peca de justo. Se es justo o injusto, ¿en que lado de la balanza queremos estar como sociedad? Depende de la educación.

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