Este viernes 25, luego de haber sobrevivido a más de 600 intentos de asesinato por parte de la CIA y el gobierno norteamericano  (incluyendo batidos de chocolate con cianuro, habanos explosivos, lapiceras tóxicas, etc), a la implosión de la URSS y la desaparición del bloque comunista de Europa del Este, al auge y final de la Guerra Fría, y al mandato de 11 presidentes norteamericanos; falleció en La Habana, a los 90 años, Fidel Castro, el principal Comandante y figura de la Revolución Cubana, que gobierna la isla desde el 1 de enero de 1959.

Contexto histórico

Resulta imposible entender a la Revolución Cubana, y a Fidel, si se la descontextualiza del momento histórico y de la historia cubana. Cuba fue la última colonia española en suelo americano. Obtuvo su independencia recién en 1898, luego de que Estados Unidos entrara en la guerra, pero quedando como un estado tutelado por los propios Estados Unidos, que debían aprobar su Constitución, y se quedaba con parte del territorio cubano para usar como base naval. De ahí la presencia de Guantánamo. Hasta 1902 hubo presencia permanente de tropas estadounidenses en Cuba.

Pero sin lugar a dudas, la condición más humillante de todas, fue la Enmienda Platt, impuesta durante el período de ocupación militar a los congresales cubanos, y entre cuyas disposiciones se incluía el derecho que se reservaba Estados Unidos de intervenir para garantizar la independencia cubana, y para "mantener un gobierno adecuado para la protección de vidas, propiedad y libertad individual...". Estados Unidos se abstuvo de intervenir en junio de 1952 cuando Fulgencio Batista dio un Golpe de Estado, pero ciertamente lo apoyó.

Tal vez, no haya mejor muestra de lo que era la situación de Cuba al momento de la Revolución, que las escenas de la película El Padrino II, en la que mafiosos norteamericanos se reúnen en sus hoteles y casinos en La Habana.

Fidel Castro, por entonces un joven abogado, se inició a la vida política como candidato del Partido Ortodoxo. Luego del Golpe de Estado de Batista fue uno de los protagonistas del famoso asalto al Cuartel de la Moncada. Un fracaso estrepitoso, que se saldó con la muerte de varios de los conjurados y la condena a varios años de prisión al resto. Fidel fue condenado a 15 años de prisión, pero fue amnistiado 22 meses después, y se exilió en Estados Unidos primero, y luego en México, desde donde comenzó a urdir lo que luego sería la Revolución, desarrollada desde fines de 1956 hasta el 1 de enero de 1959, cuando los revolucionarios consiguieron ingresar a La Habana.

La Cuba revolucionaria

Nunca se sabrá a ciencia cierta si la Revolución desde su origen tuvo un componente marxista-leninista; o surge como desarrollo posterior, producto de las amenazas y la nefasta política norteamericana respecto a la isla, primero apoyando al régimen de Batista -incluso con armamento-, y luego reaccionando con intolerancia a las primeras medidas del nuevo gobierno, como la reforma agraria, por la cual expropió miles de latifundios e ingenios azucareros, muchos de ellos propiedad de empresarios y empresas norteamericanas. Lo mismo sucedió con los hoteles y colegios religiosos. Al mismo tiempo se decretaba la gratuidad de la salud y la educación.

En todo caso fue -luego de la Revolución Bolchevique de 1917- una de las 3 revoluciones comunistas que logró alcanzar el poder por sí misma, sin que mediara intervención ni ocupación previa del Ejército Rojo, o de otro país comunista. Los otros dos casos fueron los de la Yugoslavia socialista, liberada de la ocupación nazi por los partisanos liderados por el Mariscal Tito, y la Revolución China encabezada por Mao Zedong.

En mayo de 1960 el gobierno cubano reanudó sus relaciones diplomáticas con la URSS (suspendidas desde el Golpe de Estado de Batista), y que luego de la fracasada invasión de Bahía Cochinos, organizada y financiada por la CIA, Fidel declaró el carácter socialista de la Revolución.

Era mucho más de lo que cualquier gobierno norteamericano podía tolerar. En el contexto de la Guerra Fría, y la división del mundo en bloques con fronteras y "zonas de influencia" bien delineadas, tener un país del bloque comunista a escasos kilómetros de su frontera, y que había sido una suerte de colonia hasta hacía muy poco, era una afrenta intolerable, pero no pudiendo hacer nada más, logró impedir la instalación de misiles soviéticos en la isla (la famosa "crisis de los misiles"), impulsó su expulsión de la OEA, y le inició un embargo comercial unilateral y ajeno a todo el Derecho Internacional.

Esto solo sirvió para fortalecer los lazos, políticos y económicos que durante 30 años unieron a la URSS y a Cuba.

Contradicciones

Sin embargo, con el paso de los años y a medida que se "enfriaba" la euforia mundial generada por el triunfo de los "barbudos"; inevitablemente comenzaron a surgir contradicciones en el gobierno revolucionario.

La primera de ellas, que Castro, en un momento defensor de la Constitución de 1940, fue aplazando la realización de elecciones plurales con el argumento de que primero debía afianzarse la revolución, para luego realizar elecciones libres. Más adelante, en una de sus frases más célebres, llegó a llamar "pluriporquería" a la democracia pluri-partidaria.

También se criticó su política de Derechos Humanos, especialmente el encarcelamiento de opositores políticos, la expropiación y confiscación de empresas y propiedad privadas, la excesiva burocratización de la administración central cubana, el control sobre la vida social, la represión a la comunidad homosexual hasta mediados de la década del 80', y lo que parece su excesiva permanencia como Jefe de Estado de Cuba, hasta el año 2006, cuando debido a problemas de salud, le cedió las responsabilidades a su hermano, Raúl, quien desde entonces, ha encabezado un gobierno que, entre otras cosas, ha intentado modernizar y diversificar la economía cubana, y -sobre todo- logró reanudar sus relaciones diplomáticas con los Estados Unidos, luego de más de medio siglo de haberse interrumpido, en un giro imprevisto por todo el mundo hasta hace apenas meses.

Legado

A diferencia de Camilo Cienfuegos y del Che (sobre todo este último) que murieron jóvenes y por ello han quedado asociados a un imaginario colectivo de revolucionarios atrevidos, llenos de frescura y de vida; Fidel fue envejeciendo con la Revolución, y si bien para muchas personas siempre mantuvo su imagen de revolucionario, con el paso de los años, para muchas otras personas se transformó en sinónimo de dictador de izquierda, mientras que por otro lado, afianzaba su imagen de Jefe de Estado, y de orador extraordinario (e incansable).

También se transformó en uno de los últimos supervivientes de la Guerra Fría. En el líder que logró resistir, contra viento, marea, los embates e intentos de desestabilización de la mayor potencia económica y militar del mundo.

Más allá de toda duda, con sus luces y sus sombras, Fidel fue el político latinoamericano más relevante, famoso, polémico, admirado y odiado de todo el siglo XX. Basta realizar un rápido repaso de lo que su fallecimiento ha generado en las redes sociales, y a nivel de declaraciones de Jefes de Estado y personalidades de todo el mundo. A favor o en contra, con críticas o elogios, a nadie resultó indiferente.

Mucha gente afirma que con su fallecimiento se convirtió en inmortal.

Personalmente estoy en desacuerdo. Los Seres Humanos logramos la inmortalidad con nuestras acciones en vida. El viernes, Fidel Castro falleció. El 1 de enero de 1959 se había convertido en inmortal.

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