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El gobierno de Obama revocó el jueves una medida que otorga la residencia automática a prácticamente todos los cubanos que llegaran a los Estados Unidos, con o sin visas, poniendo fin a una larga excepción a la política de inmigración estadounidense.

El fin de la política de "pies secos, pies mojados", que permitió a cualquier cubano que llegó a tierra de los Estados Unidos a permanecer pero devolvía a los que interceptara en el mar, es efectivo inmediatamente. Los funcionarios cubanos habían buscado el cambio durante años.

El cambio había estado en obras por meses. Se anunció abruptamente porque una advertencia anticipada podría haber inspirado a miles de personas más a tomar a los mares entre la isla gobernada por los comunistas y la Florida con el fin de superar un plazo.

Estados Unidos y Cuba pasaron varios meses negociando el cambio, incluyendo un acuerdo de Cuba para permitir que los que se alejaron de los Estados Unidos regresaran.

"Con este cambio continuaremos recibiendo a los cubanos mientras recibimos inmigrantes de otras naciones, de acuerdo con nuestras leyes", dijo Obama en un comunicado.

El Departamento de Seguridad Nacional también puso fin a un programa de libertad condicional que permitió la entrada de profesionales médicos cubanos. Ese programa era impopular con La Habana, porque provocó que los médicos se fueran, minando el grupo de trabajadores sanitarios capacitados del país.

La Guardia Costera de Estados Unidos intercepta a miles de cubanos que intentan cruzar la Florida cada año, pero decenas de miles de personas que llegan a Estados Unidos, incluyendo a través de México, han sido autorizados a permanecer en el país, mientras que los inmigrantes de otros países han sido atrapados y devueltos a casa.

Cuba acogió con beneplácito los cambios de política, diciendo que beneficiarían a toda la región al desalentar el tráfico de personas y peligrosos viajes que llevaron a los cuellos de botella de los cubanos en Centroamérica el año pasado.

"Hoy se elimina un detonador de las crisis migratorias, Estados Unidos logra una migración legal, segura y ordenada desde Cuba", dijo Josefina Vidal, directora del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador también dio la bienvenida a la medida, diciendo que "no puede haber migrantes de diferentes categorías". Honduras, de donde miles huyen cada año sin la atracción de políticas de inmigración favorables de Estados Unidos, dijo que esperaría para ver si el flujo de cubanos en realidad se redujo.

Anticipando el fin de la política, la inmigración cubana ha aumentado desde la normalización de 2014, dijo Ben Rhodes, el asesor de seguridad nacional de Obama.

"La gente estaba motivada para emigrar", dijo Rodas a los periodistas en una llamada, señalando que unos 40,000 cubanos llegaron en 2015 y unos 54,000 en 2016.

El gobierno había rechazado las súplicas cubanas para revocar la política antes de la visita histórica del presidente Barack Obama a la isla el año pasado, aunque incluso algunos ayudantes de la Casa Blanca argumentaron que estaba anticuado dados los esfuerzos para regularizar las relaciones entre los antiguos enemigos de la Guerra Fría.

"Pies secos, pies mojados" comenzó en 1995 bajo la presidencia de Bill Clinton después de un éxodo de decenas de miles de cubanos que fueron recogidos en el mar por la Guardia Costera cuando trataron de llegar a la Florida.

Obama ha estado trabajando para normalizar las relaciones con Cuba desde que él y el presidente Raúl Castro anunciaron un avance en las relaciones diplomáticas en diciembre de 2014. Su administración ha aliviado las restricciones en los viajes y el comercio, permitiendo más negocios con Cuba y mejorando las comunicaciones con la isla.

SENTIMIENTOS MIXTOS EN LA PEQUEÑA HABANA

La medida para poner fin a la política se produce apenas ocho días antes de que el presidente demócrata transfiera la Casa Blanca al republicano Donald Trump, quien ha dicho que Estados Unidos debería obtener más concesiones de La Habana a cambio de mejores relaciones.

La política de inmigración de los Estados Unidos ha otorgado a los cubanos beneficios otorgados a nacionales de ningún otro país. Hasta ahora, prácticamente todos los cubanos que llegaron a territorio de los Estados Unidos se les concedió el derecho de permanecer en el país, el derecho a solicitar permisos de trabajo y, posteriormente, tarjetas verdes, que dan residencia legal permanente.

Jeh Johnson, secretario de Seguridad Nacional, dijo en una convocatoria que Cuba reintegrará a los ciudadanos mientras transcurran menos de cuatro años entre el momento en que el migrante salió de Cuba y el inicio de los procedimientos de deportación de Estados Unidos.

Según el acuerdo, Cuba reintegrará unas 2,700 personas que salieron de la isla entre 125,000 personas durante el levantamiento de embarcaciones del Mariel de 1980, cumpliendo un acuerdo hecho en 1984 para devolver a 2,746 personas a las que Estados Unidos no concedió la ciudadanía, mayormente por antecedentes criminales.

Cuba ha tomado previamente sólo un puñado de ese grupo.

La nueva política provocó emociones mixtas en el vecindario de Little Havana en Miami.

Mario García, un mecánico cubano en La Pequeña Habana, dijo que el cambio lo enfureció.

"No es que el comunismo haya terminado en Cuba, ¿por qué parar esto que ha salvado la vida de las personas?" él dijo.

Pero Eulalia Jiménez, que es venezolana, dijo que la política no era justa para los migrantes de otros países que también huyen de las malas condiciones.

"¿Por qué sólo el pueblo cubano puede venir y hacer una vida por sí mismo?

Algunos legisladores de Estados Unidos han estado exigiendo una nueva mirada a las normas de inmigración, diciendo que los cubanos que vienen a los Estados Unidos simplemente por razones económicas no deberían recibir beneficios automáticamente para los refugiados.

"Este es un paso bienvenido en la reforma de una política ilógica y discriminatoria que contrasta con el tratamiento de los refugiados que merecen refugiados de otros países", dijo el senador Patrick Leahy, un demócrata, en un comunicado.

El senador republicano Jeff Flake también dijo que eliminar la política era "una victoria para los contribuyentes, la seguridad fronteriza y nuestros aliados en el hemisferio occidental".

Flake y Leahy apoyan los movimientos de Obama hacia un comercio más libre y viajan con Cuba. Sin embargo, el senador estadounidense Marco Rubio dijo que la llegada del gobierno de Trump debe revertir la parte de la orden ejecutiva que puso fin al sistema de libertad condicional médica y dijo que los cubanos que huyen de la persecución política deben recibir asilo.

El Departamento de Seguridad Nacional también está eliminando una exención que impidió el uso de programas de remoción acelerada para los cubanos recogidos en los puertos de entrada o cerca de la frontera.

Pero el programa de libertad condicional de la Reunión Familiar de Cuba no se ve afectado por el anuncio del jueves y sigue vigente.

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