Presencia de fuerzas federales aumenta tensiones en Portland

Presencia de fuerzas federales aumenta tensiones en Portland
Agentes federales avanzan entre gases lacrimógenos durante manifestaciones de protesta contra las injusticias raciales frente a un tribunal federal de Portland, Oregón, el 21 de julio del 2020. (AP Photo/Noah Berger)

PORTLAND, Oregón, EE.UU. (AP) — Mardy Widman ha presenciado manifestaciones en contra de las injusticias raciales en Portland, Oregón, durante más de siete semanas, pero se ha mantenido al margen porque, con sus 79 años, teme contraer el coronavirus.

Todo cambió, sin embargo, cuando Donald Trump envió efectivos del gobierno federal a esta ciudad liberal para contener violentas manifestaciones que según él eran alentadas por “anarquistas y agitadores”. El lunes, se vio a Widman en la calle, luciendo un tapabocas, junto a más de 1.000 manifestantes que enfrentaron a los agentes. Fue una multitud más grande que las que se habían venido registrando los días previos. Y puso en marcha una octava semana de manifestaciones de protesta nocturnas.

“Es como una dictadura”, sostuvo Widman, quien tiene cinco nietos, aludiendo al gobierno de Trump. Llevaba un cartel que decía: “La abuelita dice: Soldados federales, por favor, váyanse de Portland”.

Trump “la emprende contra nuestra ciudad básicamente por la forma en que votamos, para dar un ejemplo que le caiga bien a su base. Es algo que mete miedo”, dijo la anciana.

Lejos de contener las manifestaciones, la presencia de efectivos del gobierno en las calles de Portland --y sobre todo denuncias de que individuos enmascarados se llevaron gente en autos sin placas sin razón alguna-- le ha dado renovado impulso a movilizaciones que se tornaban cada vez más pequeñas y caóticas. El empleo de agentes federales en contra de la voluntad de las autoridades locales plantea además una posible crisis constitucional, que podría agravarse ya que Trump habla de mandar más agentes a otras ciudades.

El gobierno envió efectivos a Portland a principios de julio y esto no hizo sino aumentar las tensiones. El 11 de julio un manifestante fue hospitalizado con lesiones serias luego de que un agente lo diese en la cabeza con lo que se conoce como municiones no letales. El malestar aumentó durante el fin de semana, al circular un video en el que un agente golpea varias veces a un veterano de la Armada mientras otro le rocía la cara con gas pimienta.

Últimamente las protestas atraían a un centenar de personas, pero durante el fin de semana participaron más de mil y cuentan cada vez con más adeptos en una ciudad más unificada e indignada.

Los agentes federales volvieron a usar la fuerza para dispersar manifestante el martes y emplearon bombas de humo y balas de goma cuando algunos empezaron a golpear las puertas de un juzgado y trataron de derribar tablones que cubrían la entrada.

“A los ocupantes del gobierno federal les decimos que no son bienvenidos. Lo único que han hecho es agravar las tensiones y causar daños a miembros de nuestra comunidad. Nosotros podemos controlar nuestra revolución. Vuélvanse a casa”, dijo la comisionada Chloe Eudaly en un comunicado el lunes.

Larry Cosme, presidente una asociación nacional de policías, dijo que los agentes son necesarios porque la policía local se “niega a restablecer el orden y a cooperar con los agentes federales que tratan de proteger las propiedades y el personal del gobierno, y retomar el control”.

“Al final de cuentas, todos tenemos la misma misión: proteger y defender la constitución y al pueblo”, señaló en un comunicado. “Las autoridades estatales y municipales no están cumpliendo esa misión”.

Expertos en temas legales dicen que la intervención del gobierno nacional en esta ciudad progresista “no tiene precedentes” y constituye “una señal de alarma”, un caso que pone a prueba los derechos de los estados en momentos en que Trump trata de ampliar las facultades policiales del gobierno.

El Departamento de Seguridad Nacional dijo el lunes que planea enviar unos 150 agentes a Chicago para ayudar a la policía a hacer frente a la delincuencia, según un funcionario con conocimiento directo de esos planes que habló con la Associated Press a condición de permanecer anónimo por no estar autorizado a comentar el asunto. El gobierno también despachó más de 100 efectivos a Kansas City para ayudar a contener la violencia resultante de la muerte de un niño que fue baleado.

“Vamos a tener que movilizar agentes federales”, dijo Trump el lunes. “En Portland hicieron un trabajo fenomenal”.

En los días que siguieron a la muerte de George Floyd a manos de la policía de Minneapolis, se sucedieron manifestaciones en contra de la brutalidad policial y las injusticias raciales en Portland, que a atrajeron miles de personas y fueron mayormente pacíficas. Pero pequeños grupos de algunos cientos de personas han causado destrozos en edificios federales e instalaciones policiales. Llegaron incluso a incendiar comisarías y romper vidrios. Y protagonizaron violentos enfrentamientos con la policía local.

Un blanco de los manifestantes han sido los tribunales federales, que se encuentran en el centro de la ciudad y están cubiertos de grafitis. Los edificios están llenos de tablones, con pequeños agujeros que permiten ver a los agentes lo que sucede afuera.

La policía local usó granadas de gas lacrimógeno varias veces hasta que un tribunal lo prohibió si no se había declarado un motín. Pero los agentes federales siguen apelando a gases lacrimógenos, lo que aumenta el malestar.

Las autoridades locales y estatales, que no pidieron ayuda al gobierno nacional, esperan el fallo en un caso que busca restringir las facultades de los agentes federales. La fiscal general Ellen Rosenblum dijo que agentes federales enmascarados han arrestado a personas lejos de los tribunales, sin razón alguna, y se las han llevado en autos sin placas.

“Esto es espantoso y nos está uniendo a todos”, declaró Eryn Hoerster, una mujer con un hijo de cuatro años y otro de ocho, que asistía por primera vez a una manifestación el lunes por la noche. “Está atrayendo mucha gente al centro”.

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La periodista de la Associated Press Colleen Long colaboró en este despacho desde Washington.

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Gillian Flaccus está en http://www.twitter.com/gflaccus.

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