Desinformación en español, gran problema para los demócratas

Desinformación en español, gran problema para los demócratas
Un cartel en español espera a los votantes hispanos en el Centro Recreativo La Familia de Denver el 3 de noviembre del 2020. Activistas dicen que la desinformación que circula en las redes sociales y en otros medios puede costarle caro a los demócratas en las elecciones de mitad de término del 2022. (AP Photo/David Zalubowski, File)

WASHINGTON (AP) — Antes de las elecciones del año pasado, algunos avisos políticos en Facebook dirigidos al electorado hispano describieron a Joe Biden como un comunista. Durante la ceremonia inaugural surgió otra teoría conspirativa en las redes sociales y en las radios en español, según la cual un broche que había lucido Lady Gaga revelaba que Biden trabajaba con figuras sombrías de izquierda del extranjero.

Y en la recta final de las elecciones del gobernador de Virginia, numerosos artículos en español acusaron a Biden de ordenar el arresto de un individuo durante una reunión de una junta escolar.

Nada de esto era cierto. Pero esta desinformación representa una creciente amenaza para los demócratas, que parecen estar perdiendo apoyo entre los hispanos, a juzgar por sus sorpresivos reveses del año pasado en sitios como el sur de la Florida y el Rio Grande Valley de Texas.

En la antesala de la campaña electoral con miras a los comicios de mitad de término de fines del año que viene, en los que los republicanos podrían recuperar el control del Congreso, legisladores, investigadores y activistas se preparan para otra andanada de falsedades dirigidas a los votantes hispanos. Y afirman que las plataformas de las redes sociales que a menudo propagan esa desinformación no están preparadas para impedir su circulación.

“Mucha gente teme que en el 2022 habrá otra gan ola” de desinformación, declaró Guy Mentel, director ejecutivo de Global Americans, un centro de estudios que ofrece análisis de temas importantes en las Américas.

Las elecciones de este mes podrían haber ofrecido un adelanto de lo que se viene.

Cuando el demócrata Phil Murphy fue reelegido como gobernador del estado de Nueva Jersey, circularon videos en español que afirmaban falsamente que la votación había sido arreglada, a pesar de que no hubo prueba alguna de grandes irregularidades, algo que el propio candidato republicano reconoció, diciendo que los resultados habían sido “legítimos y justos”.

En Virginia, donde el republicano Glenn Youngkin salió victorioso tras prometer defender los “derechos de los padres” en las aulas, abundaron los titulares falsos respecto a una reunión de una junta escolar.

“Biden ordenó arrestar al padre de una joven violada por un trans”, decía uno de varios artículos con información falsa, derivada de un altercado ocurrido durante una caótica reunión de una junta escolar meses atrás en el condado de Loudoun, que motivó el arresto de un padre cuya hija había sido agredida sexualmente por otro estudiante en un baño. El padre dijo que el agresor era de un “género fluido”, lo que desató fuertes cuestionamientos de la política de esa escuela que permite a los jóvenes transgénero usar el baño que corresponde a su identidad de género.

En realidad, la Casa Blanca no tuvo nada que ver con esa reunión. El hombre fue detenido por alguaciles locales. Y tampoco está claro qué identidad sexual tiene el sospechoso.

El Loudoun County ya era el epicentro de un acalorado debate acerca de cómo se debe enseñar la historia del racismo en las escuelas, otro tema que genera abundante desinformación y ataques políticos en portales en español, de acuerdo con María Teresa Kumar, presidenta y CEO de Voto Latino, una organización sin fines de lucro que trata de movilizar a los hispanos.

“Todo gira en torno a la fe en la instituciones, en el gobierno”, dijo Kumar, cuya agrupación combate la desinformación. “Una creciente desconfianza afectará no solo el voto en las elecciones de mitad de término, sino que hará que la gente tome distancia del gobierno”.

Es posible que verdades a medias hagan que algunos demócratas sean acusados de socialistas o comunistas y que esta perspectiva domine las publicaciones en las redes, según Diego Groisman, analista del proyecto Ciberseguridad para la Democracia de la Universidad de Nueva York.

Durante las elecciones del 2020, Groisman detectó publicaciones en Facebook dirigidas al votante hispano que tildaban a Biden de “comunista”. Avisos en la Florida, donde se concentra la mayor parte de la comunidad venezolana residente en Estados Unidos, comparaban a Biden con Nicolás Maduro.

“Le apuntaban claramente a comunidades hispanas específicas”, sostuvo Laura Edelson, la principal investigadora del programa de la Universidad de Nueva York.

Evelyn Pérez-Verdía, estratega demócrata de la Florida que estudia los patrones de desinformación en español, dice que muchas publicaciones en las redes buscan alentar intencionalmente “el temor de las comunidades hispanoparlantes”.

Una teoría conspirativa mencionada en programas radiales surgió cuando Lady Gaga lució un broche de un pájaro dorado en la ceremonia de asunción de Biden. Hay quienes hicieron notar que el prendedor se parecía mucho a uno que había usado Claudia López Hernández, la primera alcaldesa de Bogotá abiertamente gay, y era un indicio de que Biden colaboraba con izquierdistas extranjeros.

“No van a parar. Van a redoblar la apuesta”, opinó Pérez-Verdía, aludiendo a la desinformación.

Detractores de empresas como Meta, propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp, afirman que esas firmas asignan el grueso de sus recursos para combatir el contenido falso a las publicaciones en inglés y muy poco a las de otros idiomas, incluido el español.

Los propios documentos internos de Facebook, filtrados por su ex empleada Frances Haugen, reflejan esa realidad. Haugen dijo que la empresa dedica el 87% de su presupuesto al contenido de Estados Unidos. El portavoz de Meta Kevin McAllister, por su parte, dice que esa cifra ha sido “sacada de contexto”.

Un informe interno de Facebook, escrito en marzo, reveló que la plataforma “básicamente no tiene forma” de detectar información falsa sobre las vacunas en los comentarios en otros idiomas que no sean el inglés.

El año pasado, por ejemplo, Instagram y Facebook prohibieron el hashtag “#plandemic”, asociado con un video lleno de teorías conspirativas sobre el COVID-19. Pero hasta el mes pasado siguió funcionando, y propagando desinformación, la versión en español del hashtag “#plandemia”.

Un análisis de Avaaz, organización de activistas de izquierda que monitorea la desinformación en las redes, indicó que Facebook no alertó acerca del 70% de la desinformación en español en torno al COVID-19. En inglés, solo el 29% de la información falsa pasó inadvertido.

McAllister aseguró que la empresa retira las afirmaciones falsas sobre un fraude electoral, el COVID-19 y las vacunas de su servicio en español. Cuatro servicios periodísticos, incluida la Associated Press, tratan de detectar falsedades en la información en español que circula en Estados Unidos en Instagram y Facebook.

Investigadores del Global Disinformation Index, una agrupación independiente, calculan que Google percibirá 12 millones de dólares este año en avisos que promovieron desinformación acerca del COVID-19 en español. Google “dejó de publicar avisos en la mayoría de las páginas compartidas en el informe”, declaró el portavoz de la empresa Michael Aciman en un email.

“Las campañas de desinformación en español están por todos lados en las plataformas como Facebook y WhatsApp”, expresó la representante demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, una de las principales voces progresistas del Partido Demócrata, en un tuit publicado después de las elecciones del 2 de noviembre pasado.

Esa proliferación es alimentada en parte por una dinámica que facilita la propagación de falsedades.

La desinformación que surge en portales de Estados Unidos a veces es traducida por las rede sociales de países latinoamericanos como Colombia y Venezuela. Esas falsedades son publicadas luego en videos de YouTube u otras aplicaciones y llegan a las comunidades hispanas de Estados Unidos.

Las falsedades tienen más posibilidades de llegar a los hispanos de Estados Unidos porque tienden a pasar más tiempo en sitios como YouTube, WhatsApp, Instagram y Telegram, según el informe de Nielsen de octubre.

“Observamos cuentas de YouTube o de estaciones radiales que propagan desinformación acerca de una serie de cosas que recogen de medios alternativos de Estados Unidos”, declaró Mentel.

Hay quienes se esfuerzan por ofrecer información confiable en estas comunidades.

El servicio noticioso El Tímpano de Oakland (California) envía mensajes de texto con noticias locales en español a sus aproximadamente 2.000 suscriptores todas las semanas. Los suscriptores pueden hacer preguntas que los empleados del servicio tratan de responder, de acuerdo con Madeleine Blair, quien lanzó El Tímpano.

El servicio ha respondido más de 1.500 preguntas en el último año, incluidas muchas sobre curas falsas para el COVID-19.

“Hicimos un esfuerzo porque estaba claro que las comunidades que servimos son las que más necesitan información básica sobre salud pública”, expresó Blair, “y esa información no les estaba llegando”.

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Los reporteros de la Associated Press Marcos Martínez Chacón (Monterrey, México), Abril Mulato (Ciudad de México) y Marcy Gordon (Washington) colaboraron en este despacho.

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