Los Ángeles, Mumbai aprenden a convivir con pumas, leopardos

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Los Ángeles, Mumbai aprenden a convivir con pumas, leopardos
Un puma cruza corriendo una carretera junto al Área Recreativa Nacional de las Montañas Santa Mónica en California el 10 de julio del 2013. (National Park Service vía AP).

Los Ángeles y Mumbai tienen muchas cosas en común: Son ciudades enormes, mecas del cine y de la moda, con un tráfico infernal. Y de noche, entre las sombras, deambulan temibles felinos en ambas.

Estas metrópolis son las únicas ciudades del mundo con más de 10 millones de habitantes por las que circulan grandes felinos --pumas en una, leopardos en la otra-- que se reproducen, cazan y marcan territorios.

Estudios a largo plazo en ambas ciudades analizaron este fenómeno de felinos que se pasean por las selvas de cemento y su convivencia con los humanos, sacando conclusiones que podrían ser útiles en otras urbes.

“En el futuro, va a haber más ciudades como esta, a medida que se expanden y destruyen los hábitats” de los animales, afirmó la bióloga Audra Huffmeyer, que estudia a los pumas en la Universidad de California (Los Ángeles). “Si queremos seguir teniendo a estos grandes carnívoros en el planeta, tendremos que aprender a convivir con ellos”.

LAS CARRETERAS Y LA DESTRUCCIÓN DEL HÁBITAT

Hace 20 años, científicos de Los Ángeles le colocaron un collar rastreador a su primer animal, un enorme puma registrado como P1, que defendía un amplio sector de las montañas de Santa Mónica a las que llega la ciudad.

“P1 era muy grande, pesaba unas 150 libras (68 kilos)”, dijo Seth Riley, ecólogo del Servicio de Parques Nacionales que participó en el estudio. “Estos machos dominantes son los que procrean y no toleran otros adultos machos en sus territorios”.

Con la ayuda de rastreadores de GPS y de cámaras escondidas con sensores, los científicos observaron las andanzas de P1 y de sus crías durante siete años. “En el 2009 fue la última vez que tuvimos noticias suyas”, dijo Riley. “Debe haber habido una pelea. Encontramos su collar y sangre en una roca. Y nunca lo volvimos a ver. Estaba bastante viejo”.

Desde entonces, Riley y su grupo les pusieron collares a unos 100 pumas en Los Ángeles y crearon un amplio banco de datos sobre su comportamiento, que ayuda a comprender cuánto territorio necesitan estos animales, lo que comen (venado, mayormente), con qué frecuencia se topan con humanos y los peligros que corren.

Como en la época medieval en Europa, la principal amenaza proviene de la reproducción endogámica. Al vivir en territorios pequeños, separados por carreteras, los machos se aparean con hijas y nietas que no pudieron alejarse de la zona. Esto genera problemas genéticos, incluidas dificultadas para concebir y colas retorcidas.

“A partir de análisis genéticos, sabemos que P1 se apareó con P6, su hija. Fue el primer caso de este tipo que documentamos”, señaló Riley

LOS LEOPARDOS Y LA CIUDAD

En partes de Mumbai, una de las ciudades más densamente pobladas del mundo, no es raro ver leopardos. Unos 50 se adaptaron a un espacio que podría recibir 20. De algún modo, estos animales se movilizan de noche y casi no se hacen notar.

“Son animales muy reservados y no sabemos mucho acerca de ellos. No los puedes observar”, expresó

Vidya Athreya, directora de la Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre y parte de una investigación en la que se colocó hace poco collares rastreadores a cinco de ellos.

Los leopardos restringen sus movimientos al Parque Nacional Sanjay Gandhi, un área protegida que se encuentra entre tres sectores urbanizados, incluido un barrio en el que viven 100.000 personas y casi una docena de leopardos.

Un tema que interesó a los investigadores es cómo hacen los leopardos para cruzar las carreteras próximas al parque. Para encontrar la respuesta, le colocaron un collar rastreador a un macho llamado Maharaja. Comprobaron que se desplazó mayormente de noche y recorrió 60 kilómetros (37 millas) en una semana, yendo de un parque a otro.

Atravesó una transitada carretera estatal en tres ocasiones, siempre por el mismo sitio. También cruzó una vía férrea.

La ruta elegida por Maharaja pasa cerca de una nueva carretera y de un corredor de mercancías bajo construcción.

Los investigadores dijeron que, al conocer las rutas preferidas de los felinos, se podrán tomar mejores decisiones acerca de dónde construir pasajes para reducir los accidentes.

LA CONVIVENCIA CON LOS FELINOS

El estudio de Los Ángeles, que reveló los perjuicios asociados con la reducción del hábitat de los animales, contribuyó a una campaña que derivó en la construcción de un puente para que los animales crucen la ruta 101, una de las carreteras más transitadas de la ciudad. Su construcción empezó el 22 de abril y será completada en tres años. El puente estará cubierto por plantas nativas y tendrá muros que reducirán el ruido y las luces que molestan a estos animales nocturnos. Conectará las montañas Santa Mónica y las colinas de Simi, aumentando el territorio de que dispondrán los pumas para aparearse.

La convivencia con los felinos no depende solo de la infraestructura, sino también de las decisiones que toman los humanos y de la educación.

Cuando Athreya comenzó a promover la coexistencia con los leopardos de Mumbai, encontró escepticismo y la resistencia de biólogos y políticos. Pensaban que era imposible convivir sin fricciones o incidentes más serios.

“Pronosticaban una relación conflictiva”, relató.

Pero se las ingenió para convencerlos de que se podía encontrar la forma de convivir.

Esto no quiere decir que no haya peligros. Purvi Lote vio a su primer leopardo cuando tenía cinco años en Mumbai, en la entrada de la casa de un familiar. Se asustó y salió corriendo hacia el interior de la vivienda, donde estaba su madre.

Hoy tiene nueve años y dice que no les teme a los leopardos.

Igual que otros niños, no sale sola de la casa de noche. Por la noche, los residentes de Mumbai salen en grupos y ponen música alta en sus teléfonos para que los leopardos no se sientan sorprendidos por su paso. Lo más importante, según la niña, es que “si te topas con un leopardo, no lo molestes”.

EVITAR ENCUENTROS MORTALES

Los leopardos de Mumbai se alimentan con perros de la calle que frecuentan los basurales y atacan a las personas solo cuando se sienten acorralados o agredidos. En el 2010, no obstante, 20 personas fallecieron en Mumbai como consecuencia de ataques de leopardos, según Jagannath Kamble, del servicio de bosques protegidos de Mumbai.

Las autoridades se dieron cuenta de que el escaso personal de guardabosques no podía seguir respondiendo a estos ataques capturando a los leopardos y trasladándolos a los bosques porque regresaban. Decidieron entonces promover la convivencia entre animales y humanos.

Lanzaron un programa educativo y desde entonces hubo muchos menos incidentes. No se registran muertes por encuentros con leopardos desde el 2017.

En Los Ángeles no ha habido muertes de humanos causadas por los pumas, aunque hubo un ataque que no resultó fatal a un niño en el 2021.

Las dos ciudades comprobaron que capturar, matar o reubicar a los animales no resuelve nada.

“La reubicación o matarlos empeora las cosas”, afirmó Beth Pratt, directora regional para California de la Federación Nacional de Vida Silvestre. “Es mejor tener una población estable que una en la que se alteran las jerarquías y los territorios”.

La mejor estrategia, sostuvo, es evitar choques. “Estos felinos son tímidos. Tratan de evitar el contacto con los humanos dentro de lo posible. Son animales muy introvertidos”.

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Larson informó desde Washington y Ghosal lo hizo desde Mumbai.

En Twitter, Larson está como @larsonchristina y Ghosal como @aniruddhg1

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El Departamento de Salud y Ciencias de la Associated Press recibe apoyo del Departamento de Educación Científica del Instituto Médico Howard Hughes. La AP es la única responsable del contenido.

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