Biden intenta navegar protestas por guerra Israel-Hamás que agitan campus universitarios

Biden intenta navegar protestas por guerra Israel-Hamás que agitan campus universitarios
En esta imagen de archivo, policías antimotines hacen guardia mientras los manifestantes corean eslóganes en el exterior del campus de la Universidad de Columbia, el 18 de abril de 2024, en Nueva York. Las protestas estudiantiles por la guerra en Gaza han creado un desafío nuevo e imprevisible para el presidente Joe Biden mientras se resiste a los llamados a cortar el apoyo de Estados Unidos a Israel y a la vez intenta mantener unida la coalición de votantes que necesitará para la reelección.(AP Foto/Mary Altaffer, archivo)

NUEVA YORK (AP) — Las protestas estudiantiles por la guerra en Gaza han creado un desafío nuevo e imprevisible para el presidente Joe Biden mientras se resiste a los llamados a cortar el apoyo de Estados Unidos a Israel y a la vez intenta mantener unida la coalición de votantes que necesitará para la reelección.

Las protestas en la Universidad de Columbia, en Nueva York, y en otros campus, han captado la atención de los medios de comunicación del mundo y han hecho resurgir preguntas sobre el rezago en el apoyo a Biden por parte de los votantes jóvenes. Su manejo del conflicto de Oriente Medio también es seguido de cerca por los votantes estadounidenses judíos y árabes en estados indecisos cruciales.

En el mejor escenario para Biden, las protestas son una distracción pasajera mientras la Casa Blanca sigue adelante con las negociaciones para un alto al fuego y la liberación de rehenes retenidos por Hamás, a la vez que presiona a Israel para que limite las bajas que ya rebasaron 34.000 palestinos muertos. En el peor, generan impulso hacia la Convención Nacional Demócrata en Chicago en agosto, lo que tiene el potencial de desencadenar escenas de violencia que podrían recordar los disturbios de las protestas contra la guerra de Vietnam durante la convención del partido allí en 1968.

“Si todo termina con Columbia, eso es una cosa”, dijo Angus Johnston, un historiador centrado en el activismo universitario. “Si esto manda al movimiento estudiantil nacional a un nuevo lugar, esa es una situación muy diferente”.

Los asesores de Biden ya han tenido que trabajar para minimizar los trastornos provocados por los manifestantes pacifistas, y han realizado eventos de campaña más pequeños en los que han controlado el acceso estrictamente. Los manifestantes obligaron a su caravana a cambiar de ruta hacia el Capitolio en su camino para pronunciar el discurso del Estado de la Unión —el discurso anual que da el presidente de Estados Unidos ante una sesión conjunta del Congreso—, y arrojaron una sustancia roja que simbolizaba sangre cerca de su casa en Delaware.

El presidente podría enfrentar más confrontaciones con los estudiantes esta primavera. Morehouse College dijo el martes que Biden estaría presente en el icónico campus históricamente negro en mayo para pronunciar un discurso en la ceremonia de graduación, lo que quizá genere protestas.

FRUSTRACIÓN EN COLUMBIA

Más de 100 manifestantes propalestinos que acampaban en Columbia fueron arrestados el jueves, y decenas de personas fueron arrestadas en otros campus. Muchos ahora enfrentan cargos de invasión de propiedad o alteración del orden público. Los manifestantes han exigido que sus universidades condenen el asalto de Israel a Gaza después del ataque de Hamás del 7 de octubre y que desinviertan de empresas que hacen negocios con Israel.

Algunas personas han denunciado cánticos y mensajes antisemitas en el campus de Columbia y sus alrededores, y se han reportado preocupaciones similares en otras universidades. Algunos estudiantes judíos dicen que se sienten inseguros en el campus. En un mensaje el domingo para conmemorar la festividad judía de Pésaj, la Casa Blanca denunció lo que llamó un “aumento alarmante” de antisemitismo, y dijo que “no tiene lugar, de ninguna manera, en los campus universitarios ni en otro lugar de nuestro país”.

Cuatro miembros demócratas judíos del Congreso recorrieron el campus cerrado de Columbia el lunes con miembros de la Asociación de Estudiantes de Derecho Judíos de la universidad. Condenaron que las cosas hubieran llegado a tal punto que los estudiantes judíos se sienten inseguros y la universidad canceló las clases presenciales el lunes. Columbia dijo que utilizaría el aprendizaje híbrido remoto y presencial hasta el final del semestre actual.

La representante Kathy Manning, de Carolina del Norte, pidió al Departamento de Educación y al Departamento de Justicia que trabajen con la Casa Blanca “para garantizar que todas las universidades tomen las medidas necesarias para mantener seguros a los estudiantes y profesores judíos”.

“Esta discriminación es simplemente inaceptable y no se puede permitir que continúe”, afirmó.

Biden buscó el lunes el mismo punto medio que ha mantenido durante meses mientras respalda las operaciones militares de Israel con envíos de armas y al mismo tiempo presiona a Israel para que limite las víctimas civiles y lleve más ayuda humanitaria a Gaza, donde Naciones Unidas ha dicho que hay una hambruna inminente.

“Condeno las protestas antisemitas”, dijo el presidente en un evento por el Día de la Tierra. Luego agregó: “También condeno a aquellos que no entienden lo que está pasando con los palestinos”.

La representante Alexandria Ocasio-Cortez de Nueva York, una progresista de gran repercusión que representa partes del Bronx y Queens, habló antes que Biden en el mismo evento. Sostuvo que era “importante que recordemos el poder de los jóvenes que están dando forma a este país” y elogió “el liderazgo de esas protestas pacíficas lideradas por estudiantes”.

¿CUÁNTA CULPA TIENE BIDEN?

El expresidente Donald Trump, presunto oponente republicano de Biden en noviembre, señaló los titulares y las imágenes provenientes de Columbia para desviar la atención de su juicio criminal en la ciudad de Nueva York por pagos para callar a una actriz porno, y dijo a los periodistas en el tribunal el martes que Biden tiene la culpa de los disturbios.

“Si fuera yo, me estarían atacando. Me estarían atacando tanto”, expresó. “Pero están tratando de eximirlo. Pero lo que está pasando es una vergüenza para nuestro país, y todo es culpa de Biden y todo el mundo lo sabe”.

En una señal de la potencia política de la situación en Columbia, el presidente republicano de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, de Louisiana, planeó visitar la universidad el miércoles y reunirse con estudiantes judíos.

Joel Rubin, exfuncionario del Departamento de Estado y estratega demócrata que ha trabajado en la política judía durante años, rechazó las críticas que culpan a Biden “por todo lo que ha salido mal”, pero dijo que el presidente tendría que “exponer el argumento de por qué la política es la correcta, y que pase lo que tenga que pasar”.

“Si fuera puramente (por) política y encuestas, sería una muy dura”, dijo Rubin. “Pero creo que Biden está tomando estas decisiones con base en la seguridad nacional”.

Biden se graduó de la facultad de derecho de Syracuse en 1968, y evitó la agitación en el campus por la guerra de Vietnam. Se distanció de ese movimiento de protesta dos décadas después, durante su primera candidatura a la presidencia.

“Estaba casado, estudiaba derecho y vestía chaquetas deportivas”, dijo Biden en 1987. “Estás mirando a un tipo de clase media. Soy quien soy. No me gustan mucho los chalecos antibalas ni las camisas anudadas y teñidas. Ya sabes, ese no soy yo”.

Biden ha recibido el respaldo este año de muchas organizaciones importantes de activistas juveniles y construyó su campaña en torno a temas sociales clave —como la defensa del derecho al aborto, la lucha contra el cambio climático y la cancelación de la deuda estudiantil de millones de personas—, que creen que pueden energizar a los votantes menores de 30 años, quienes tienen más probabilidades de estar preocupados por su enfoque sobre Gaza.

Estuvo en Florida el martes para aprovechar el impulso contra las restricciones al aborto en todo el país y criticar una ley estatal que pronto entrará en vigor y que prohibirá los abortos después de la sexta semana, cuando muchas mujeres ni siquiera saben que están embarazadas. Un día antes, la vicepresidenta Kamala Harris celebró un evento para promover el derecho al aborto en el estado indeciso de Wisconsin.

Safia Southey, una estudiante judía de derecho de Columbia, de 25 años, ha participado en la protesta y dormido en el campamento en la explanada central de la universidad desde el jueves. Cree que la indignación por la guerra afectará las posibilidades de Biden contra Trump porque es más probable que los partidarios acérrimos de Israel apoyen al presunto candidato republicano.

“Creo que Biden ha tratado de ser muy estratégico y ha resultado contraproducente en muchos sentidos”, dijo.

Sin embargo, Southey agregó que, en un enfrentamiento con Trump, votará por Biden “prácticamente pase lo que pase”.

“Los estudiantes que están molestos, especialmente en este tipo de universidades, son lo suficientemente inteligentes como para no quedarse en casa”, dijo. “Creo que van a salir a votar y optarán por la opción más estratégica, incluso si no están contentos con Biden. Creo que harían cualquier cosa para asegurarse de que Trump no esté en el cargo”.

El encuestador demócrata Cornell Belcher se mostró escéptico sobre que las manifestaciones universitarias por Gaza resultarán ser políticamente influyentes.

“¿Qué porcentaje de estadounidenses se encuentran realmente en esos espacios reducidos, y qué tan representativos son de una audiencia estadounidense más amplia, o incluso de una audiencia juvenil más amplia?”, preguntó.

Johnston, el historiador del activismo estudiantil, dijo que las protestas actuales no se aproximan al tamaño o la intensidad de las manifestaciones de la década de 1960, cuando los funcionarios escolares fueron tomados como rehenes y los campus fueron vandalizados.

Pero a lo largo de los años, agregó, “en muchas ocasiones las protestas estudiantiles han dado forma al debate nacional”.

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Weissert y Megerian informaron desde Washington. La periodista de The Associated Press Jill Colvin, en Nueva York, contribuyó a este despacho.

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