Festival de Marrakech resalta tensiones en la industria cinematográfica de Marruecos

Festival de Marrakech resalta tensiones en la industria cinematográfica de Marruecos
Personas acuden a ver una película en el Festival de Cine de Marrakech en Marruecos el 2 de diciembre del 2024. (AP foto/Mosa'ab Elshamy)

MARRAKECH, Marruecos (AP) — Tras la proyección de la película “Cabo Negro” en el Festival Internacional de Cine de Marrakech esta semana, los organizadores, quienes anticipaban una reacción negativa, retiraron a su equipo de producción y cancelaron la sesión de preguntas y respuestas con el guionista y director Abdellah Taia, programada para después de la proyección.

La película —seleccionada como una de las 70 del festival y aprobada por las autoridades para ser filmada en Marruecos— es una historia queer de dos jóvenes que pasan un verano en una playa en el norte del país.

“Soy marroquí. Soy gay. Y siempre he querido poner la realidad de los gays marroquíes en el cine”, dijo Taia al presentar la película en una proyección la semana pasada. “El amor que nunca recibí cuando crecí, lo inventé, lo creé y lo puse en ‘Cabo Negro’ para dárselo a la juventud marroquí de hoy”.

Dieciséis años después de que Taia saliera del clóset en los medios marroquíes —y 11 años después de que estrenara su primera película con protagonistas gays—, el tema de “Cabo Negro” no es nuevo. Su declaración tampoco desentonó con la de los actores y directores en el festival, quienes también alaban lo que las películas son capaces de hacer.

No obstante, la cadena de acontecimientos que siguió puso al descubierto algunas de las tensiones que suceden en la industria cinematográfica de Marruecos.

Cuando el festival de Marrakech despliega su alfombra roja cada año, las estrellas de cine que asisten encuentran un clima soleado de invierno, lujosos resorts y un lugar para elogiar el cine y su poder para cambiar las mentes. El evento de este año concluyó el sábado y contó con estrellas como el actor Sean Penn y el director Luca Guadagnino. Pero la imagen que el festival proyecta sobre las libertades en la industria cinematográfica de Marruecos suele chocar con la censura y las realidades económicas que enfrentan los cineastas.

Tales tensiones se han vuelto de máxima importancia para la industria cinematográfica global a medida que surgen nuevos festivales en países como Arabia Saudí y China, la segunda industria del entretenimiento más grande del mundo.

En Marruecos, las películas extranjeras con escenas de sexo pueden proyectarse en el Festival de Cine de Marrakech sin problemas, pero normalmente los segmentos donde se muestran besos en películas como “Titanic” o las de la saga “Spider-Man” están censurados en la televisión marroquí. El público puede aplaudir una película sobre la represión durante las protestas en Irán en 2022, pero los periodistas y activistas marroquíes que son críticos con el gobierno todavía son condenados a penas de prisión, algo que ocurrió incluso el mes pasado. Y películas marroquíes como “Cabo Negro” pueden ser proyectadas, pero la homosexualidad aún está prohibida bajo el código penal de Marruecos.

Cuando un video de las declaraciones de Taia se difundió en los medios marroquíes y en las redes sociales, los partidarios defendieron su derecho a la libertad de expresión, mientras que los detractores, incluido un ex primer ministro, cuestionaron por qué, para empezar, se permitía proyectar películas sobre la homosexualidad.

El equipo de gestión del festival —dirigido por franceses— se negó a hacer comentarios sobre la proyección de “Cabo Negro” o la sesión de preguntas y respuestas cancelada, pero previamente describió al festival como una plataforma para los cineastas de la región.

“Lo que hace única la identidad de Marrakech es que crea un espacio para que grandes nombres prestigiosos de la industria vengan muy generosamente a encontrarse con la audiencia, y al mismo tiempo, pongan un fuerte reflector en nuevos descubrimientos”, dijo la semana pasada Remi Bonhomme, director artístico del festival. “Trabajamos con esta generación emergente de cineastas de Marruecos, la región árabe y el continente africano”.

Pero algunos han comenzado a preguntarse a quién y a qué sirve el festival.

“Hay gente que piensa que el festival es una especie de ‘bling bling’ sólo para extranjeros, sólo para la mercadotecnia del país”, dijo Mariam El Ajraoui, una académica del cine marroquí y profesora de la Universidad de Abu Dhabi. “Hay otros que piensan que, para apoyar al cine local, tienes que mirar al extranjero”.

El cine marroquí, en casa y en el extranjero

La industria cinematográfica de Marruecos ha alcanzado nuevas alturas a lo largo de la última década, con películas que han ganado premios en el Festival de Cine de Cannes y producciones como “Gladiator II”, que se rodó en el país.

A pesar de este crecimiento, aún es relativamente pequeña a nivel nacional. Marruecos estima que en 2024 se venderán entradas por valor de 11 millones de dólares —una suma que es casi el doble de la taquilla de hace una década—. Menos de la mitad de las entradas vendidas son para películas marroquíes.

La autoridad cinematográfica de Marruecos ha ofrecido 5,9 millones de dólares en apoyo a 32 películas este año, un promedio aproximado de 184.000 dólares por película. Como suele costar más que los largometrajes lleguen a la pantalla, la mayoría de las producciones buscan fondos estatales o privados fuera de Marruecos, ya sea en Europa o en Oriente Medio. Este panorama de financiación impulsa películas con narrativas que pueden obtener la aprobación de las autoridades marroquíes y también apelar a la imagen que los productores occidentales tienen sobre Marruecos.

“Tienes que conseguir el dinero ya sea en Marruecos o fuera de Marruecos”, dijo un productor que habló bajo condición de anonimato por temor a repercusiones dado que sus películas suelen solicitar financiación estatal.

Las películas que obtienen la financiación y la autorización necesarias suelen transitar por una línea muy delgada. Abordan temas como la religión, la sexualidad y la batalla entre la tradición y la modernidad, pero a menudo de forma sutil y sin palabras explícitas en los guiones que presentan para obtener los permisos de filmación.

“Si el CCM (Centro Cinematográfico Marroquí) está en tu contra, encuentras financiación fuera. Pero aún así debes rodar la película en Marruecos, por lo que necesitas el ‘OK’ del CCM”, añadió el productor, quien utilizó el acrónimo francés de la autoridad cinematográfica del país.

“Cabo Negro”, la película de Taia, fue un proyecto de bajo presupuesto sin apoyo estatal, pero recibió la autorización del CCM.

“¿Por qué no? Si hay una población interesada en estas películas, ¿por qué privarlas?”, dijo Abdelaziz El Bouzdaini, director del CCM. “Así es en Marruecos. Somos un país acogedor”.

Directores describen las presiones de la industria

Tocar temas sociales gana un lugar en festivales, elogios internacionales y acceso a la financiación extranjera. Pero para otros, como Taia, abordar esos mismos tabúes de forma demasiado directa puede significar la posibilidad de sufrir una reacción adversa interna.

La dinámica también puede ser una dificultad para los directores que aspiran a realizar comedias, thrillers o películas policiales.

“Hay una especie de paradoja que no he podido explicarme a mí misma sobre cómo funciona el mercado… las películas (de temas) sociales, que podrían ser menos atractivas para el público, atraen muchos más espectadores”, dijo la directora Yasmine Benkiran en un panel del festival el viernes.

Los cineastas cuyo trabajo se centra en cuestiones sociales, independientemente del nivel de tabú, dicen que sus inspiraciones son claras y argumentan que los temas que tratan son parte de la vida marroquí.

La película “Everybody Loves Touda”, del director Nabil Ayouch, sobre las dificultades de un cantante folclórico marroquí que se muda de un pueblo empobrecido a la ciudad más grande del país, se estrenó en Cannes, se proyectó en el festival la semana pasada y debuta en los cines marroquíes el 11 de diciembre.

Sus películas han abordado la radicalización, la pobreza y la sexualidad, e incluyen “Much Loved”, una película sobre prostitutas en Marrakech que Marruecos prohibió en 2015. El país ha presentado anteriormente seis de sus películas para ser consideradas para el Oscar a la Mejor Película Internacional.

En el pasado, algunos en Marruecos han criticado la elección de temas de Ayouch. Pero dijo en una entrevista que él se inspira en las historias y rara vez piensa si los temas pueden resultar atractivos para el público de Marruecos o de Occidente.

“Intento ser lo más franco y sincero que puedo cuando realizo mis películas”, agregó Ayouch. “Los puntos en común en mi trabajo son un fuerte interés en personas que particularmente no queremos escuchar o ver porque es mucho más fácil juzgarlas”.

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