Tragedia en Kartalkaya: El incendio que conmocionó a Turquía

Un inicio de temporada marcado por la tragedia

La madrugada del martes se tornó en pesadilla en el popular resort de esquí Kartalkaya, ubicado en las montañas Koroglu, en la provincia de Bolu, Turquía. Un incendio arrasó el hotel de 12 pisos Grand Kartal, cobrando la vida de al menos 76 personas e hiriendo a 51 más. Estos lamentables hechos coincidieron con el inicio de las vacaciones de invierno en las escuelas, un periodo en el que los hoteles están en su máxima capacidad.

Testigos del horror, como las empleadas de un hotel cercano, Esra Karakisa y Halime Cetin, describieron entre lágrimas cómo presenciaron a huéspedes atrapados en habitaciones llenas de humo gritando por ayuda y, en algunos casos, obligados a saltar desde grandes alturas para escapar de las llamas. "Fue aterrador. Los gritos de los niños resonaban más fuerte en nuestros corazones. Quisimos ayudar, pero no podíamos acercarnos", narró Cetin.

¿Qué originó el incendio?

Según las primeras investigaciones, el incendio habría iniciado en la sección del restaurante, ubicada en el cuarto piso, y se propagó rápidamente hacia las plantas superiores. El edificio, revestido principalmente de madera, presentó condiciones que favorecieron la expansión de las llamas.

Seis fiscales han sido asignados para investigar las causas del desastre, mientras que al menos nueve personas, incluido el propietario del hotel, han sido detenidas para ser interrogadas. La magnitud de la tragedia llevó al país a declarar un día de luto nacional, con banderas ondeando a media asta en edificios gubernamentales y misiones diplomáticas turcas alrededor del mundo.

Inspecciones recientes fallaron en identificar riesgos

El Ministro de Turismo, Mehmet Nuri Ersoy, declaró que el hotel había sido inspeccionado en 2021 y 2024, y que en ambas ocasiones no se detectaron "situaciones negativas respecto a la competencia contra incendios". Estas declaraciones han generado un fuerte debate sobre la eficacia de las auditorías de seguridad en edificios con alto tráfico de visitantes.

Estrategias desesperadas y heroísmo inadvertido

Entre los momentos más desgarradores destacan los intentos de los trabajadores y la comunidad local por salvar vidas. Baris Salgur, un joven de 19 años que trabaja como limpiador en un hotel vecino, fue uno de los que intentó ayudar a los atrapados colocando colchones para amortiguar la caída de quienes decidían saltar. "Les decíamos que mantuvieran la calma, pero era imposible. Veíamos cómo las llamas entraban a las habitaciones", relató.

La imagen de un hombre sosteniendo a un bebé y rogando por ayuda quedó grabada en la memoria de Salgur. Aunque los bomberos lograron llegar al lugar y rescatar a algunos, el bebé no sobrevivió tras inhalar humo.

Retraso en la respuesta y complicaciones geográficas

El incendio fue reportado a las 3:27 a.m., pero los servicios de emergencia no comenzaron a responder hasta las 4:15 a.m., un intervalo de tiempo que ha sido duramente criticado. Además, la ubicación del hotel en una pendiente pronunciada complicó significativamente los esfuerzos de rescate.

Impacto en el turismo y lecciones necesarias

Turquía, un país que depende en gran medida del turismo, enfrenta ahora preguntas difíciles sobre la seguridad en su infraestructura hotelera. La tragedia del Grand Kartal no solo deja una larga lista de fallecidos y heridos, sino que también podría tener repercusiones en la confianza de turistas nacionales e internacionales en elegir hoteles de la región para futuros viajes.

La comunidad exige responsabilidad

La catástrofe ha derivado en un llamado nacional por mayor responsabilidad y regulación en el sector turístico. Las familias afectadas exigen respuestas rápidas y justicia para las víctimas, mientras que activistas y líderes civiles comienzan a presionar por reformas significativas en las normas de seguridad contra incendios.

Es un recordatorio sombrío de las implicaciones humanas de las fallas estructurales y de la importancia de priorizar la vida por encima de cualquier interés comercial.