Las complejidades de la paz en el sur de Filipinas: un proceso frágil

Un ataque mortal en Basilán subraya los retos continuos del acuerdo de paz con el Frente Moro de Liberación Islámica.

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El reciente ataque en Basilán, al sur de Filipinas, que resultó en la muerte de dos soldados y 12 heridos, pone nuevamente en perspectiva la fragilidad del proceso de paz con el Frente Moro de Liberación Islámica (MILF). Mientras que el acuerdo de paz firmado en 2014 trajo esperanzas de una era de estabilidad en esta región históricamente conflictiva, los sucesos recientes muestran que el camino hacia la normalización completa está lleno de desafíos.

El ataque en Basilán

En un incidente ocurrido en la localidad de Sumisip, gunmen abrieron fuego contra un camión militar que transportaba efectivos destinados a proteger un proyecto de medios de vida del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El enfrentamiento dejó dos soldados muertos y 12 heridos. En respuesta, los soldados se retiraron estratégicamente para evitar una escalada mayor, pero el camión fue incendiado por los atacantes.

Según las autoridades militares, los atacantes eran miembros del MILF, una organización que en 2014 firmó un acuerdo de paz con el gobierno filipino. Este movimiento insurgente pasó, en gran medida, de ser un grupo armado a asumir roles administrativos bajo la Región Autónoma de Bangsamoro en 2019. Sin embargo, no todos los miembros han cumplido con el proceso de desarme, lo que genera tensiones recurrentes.

El acuerdo de paz de 2014: avances y obstáculos

El acuerdo de paz firmado entre el gobierno de Filipinas y el MILF fue un hito histórico. Este marco permitió la creación de Bangsamoro, una región autónoma con mayoría musulmana que ejecuta su transición hacia un gobierno plenamente operativo. En teoría, este acuerdo buscaba terminar décadas de conflicto que dejaron miles de muertos y desplazados.

Sin embargo, el camino hacia la paz estable ha sido accidentado. De acuerdo con los términos del acuerdo, cerca de 40,000 combatientes deberían deponer sus armas y reintegrarse a la vida civil. A cambio, se les ofrecieron paquetes de medios de vida. No obstante, el proceso de "desmilitarización" ha enfrentado serios retrasos, lo que ha generado frustraciones entre los excombatientes.

Factores que complican el proceso

  • Retrasos en el apoyo financiero: Muchos exmiembros del MILF han reportado que los prometidos incentivos económicos y asistencia gubernamental no se han materializado o son insuficientes.
  • Grupos disidentes: Algunos combatientes han decidido no entregar sus armas, creando subdivisiones dentro del MILF y dificultando las labores de normalización.
  • Incidentes aislados: Ataques como el ocurrido en Basilán alimentan la desconfianza entre las fuerzas armadas y la población civil respecto al compromiso del MILF con la paz.

La postura del ejército y el gobierno

Ante el ataque, el ejército filipino ha exigido al MILF identificar y sancionar a los responsables. Según el general Brigadier Alvin Luzon, “su participación socava los principios del acuerdo de paz y amenaza el progreso en los esfuerzos de normalización.”

La presión no solo ha recaído en el MILF. Las autoridades gubernamentales son criticadas por fallas en la implementación adecuada del acuerdo, como los atrasos en la entrega de fondos y la falta de infraestructura en la región autónoma.

Contexto histórico

Filipinas ha sido escenario de uno de los conflictos más largos de Asia, marcado por tensiones entre comunidades cristianas mayoritarias y minorías musulmanas en el sur del país. Estas tensiones tienen raíces históricas en la discriminación sistémica, el despojo de tierras y la marginalización económica de las comunidades musulmanas.

El MILF, surgido en la década de los 70 tras la fragmentación de otros movimientos como el Frente de Liberación Nacional Moro (MNLF), busca la autodeterminación de la población musulmana. El gobierno y el MILF mantuvieron décadas de enfrentamientos interrumpidos periódicamente por negociaciones que a menudo fracasarían por desconfianzas mutuas.

El camino hacia delante

Si bien el acuerdo de paz de 2014 ha sido considerado un paso crucial, el éxito a largo plazo depende de la implementación puntual de sus términos, incluido el desarme completo de los combatientes, la entrega de incentivos prometidos y el fortalecimiento de las instituciones en Bangsamoro.

Para garantizar un futuro más estable, será crucial abordar los problemas subyacentes que generan descontento tanto en los exrebeldes como en las tropas gubernamentales. Además, los incidentes violentos como el de Basilán deben ser abordados con urgencia, manteniendo el enfoque en la rendición de cuentas y la reconciliación entre las partes involucradas.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press