El futuro incierto de UNRWA: Vida y servicios en riesgo para los refugiados palestinos en Jerusalén Este

Una nueva legislación israelí amenaza la continuidad de los servicios esenciales que UNRWA proporciona a millones de palestinos desplazados.

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Un refugio bajo presión

El campo de refugiados de Shuafat, una barriada en el este de Jerusalén rodeada por un muro de concreto, vive días de gran incertidumbre. Areej Taha, una residente de 42 años, describe cómo la clínica y escuela administradas por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) son esenciales para su comunidad. "Si UNRWA se va, no quiero ni pensar lo que haríamos", afirmó con preocupación.

Sin embargo, tanto esa clínica como otros servicios vitales están bajo amenaza debido a dos nuevas leyes israelíes que entrarán en vigor esta semana. Estas leyes prohíben a UNRWA operar en territorio israelí y prohíben cualquier contacto entre funcionarios israelíes y la agencia.

Impacto de las nuevas leyes

Las nuevas leyes afectan directamente las operaciones de UNRWA en Jerusalén Este, una zona que Israel anexó tras la guerra de 1967 y cuya anexión no es reconocida por la mayoría de la comunidad internacional. La sede de UNRWA enfrenta un posible cierre inmediato, lo que podría cortar servicios básicos como atención médica primaria y educación para decenas de miles de palestinos.

Según funcionarios de UNRWA, el cierre de estas operaciones afectará gravemente a aproximadamente 80,000 palestinos que dependen de sus dos docenas de centros médicos y a más de 1,000 niños que asisten a sus escuelas en medio de su año escolar. "Ahora él tiene que dejar la escuela, ¿ir a dónde?, ¿cómo? Acaba de empezar a gustarle la escuela", lamenta Karim Hawash mientras observa a su hijo de 13 años jugar fútbol contra un muro en Shuafat.

La situación es aún más compleja en Shuafat, donde los residentes tienen identificaciones azules que les permiten trasladarse entre Jerusalén Este y otras partes de Israel, aunque su ubicación fuera del muro fronterizo los ata a constantes revisiones en puntos de control.

Un legado necesario para muchos

UNRWA fue fundada en 1949 en el contexto de la guerra árabe-israelí de 1948, conocida por los palestinos como la Nakba o "catástrofe". Tras la expulsión o huida de alrededor de 700,000 palestinos durante el conflicto, esta agencia fue creada como una medida temporal mientras se alcanzaba una solución política. Décadas después, su trabajo lejos está de ser temporal.

Actualmente, UNRWA apoya a casi 6 millones de refugiados palestinos en el Oriente Medio, proveyendo servicios básicos en Cisjordania, Gaza, Jordania, Líbano y Siria. Aproximadamente 1.1 millones de refugiados en Cisjordania y 2 millones en Gaza dependen directamente de sus programas para alimentación, atención médica y educación.

Críticas y controversias

El gobierno israelí, liderado por el primer ministro Benjamin Netanyahu y otros sectores de derecha, critica a UNRWA por perpetuar el estatus de los palestinos como refugiados y, según ellos, incentivar la esperanza de regresar a sus tierras dentro de Israel. Esto ha sido un punto de tensión constante, intensificado tras el ataque de Hamas el 7 de octubre de 2023, en el que Israel acusó a un pequeño número de empleados de UNRWA de cooperar con el grupo armado. La agencia ha negado cualquier participación deliberada y asegura actuar rápidamente al sospechar de cualquier vínculo con milicias.

A nivel diplomático, el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, también se posicionó en contra de UNRWA, cortando su financiación mientras estuvo en el cargo. Sin embargo, la posición de otros actores internacionales como la Unión Europea favorece la continuidad de sus operaciones, argumentando que UNRWA es esencial mientras no exista una solución definitiva al conflicto israelí-palestino.

Impacto en Gaza y Cisjordania

Si bien las nuevas leyes se enfocan inicialmente en Jerusalén Este, se teme que su implementación pueda extenderse hacia las operaciones de UNRWA en Cisjordania y la Franja de Gaza. La agencia ha sido el principal organismo que canaliza alimentos, medicinas y otros suministros esenciales hacia Gaza durante los conflictos recientes, incluyendo la guerra entre Israel y Hamas que se ha prolongado por 15 meses.

La posible imposibilidad de coordinar el ingreso de ayuda con las autoridades israelíes complicaría aún más el ya de por sí frágil acceso a necesidades básicas en la región.

Preparativos y posibles consecuencias

Mientras los funcionarios israelíes garantizan que se implementarán alternativas para los niños y familias afectadas, como el traslado de estudiantes a escuelas municipales, los residentes de Shuafat y otras áreas no lo tienen claro. "No hay escuelas municipales aquí, significa que mis hijos tendrán que cruzar los puntos de control todos los días para estudiar", dice Taha mientras reflexiona sobre el futuro.

Organismos internacionales y defensores de derechos humanos advierten sobre los riesgos de desmantelar una agencia que ha sido un salvavidas para millones durante más de siete décadas. Como lo describe Jonathan Fowler, gerente de comunicaciones de UNRWA, "un cierre impactará todo lo que somos capaces de hacer".

La transición, según el gobierno israelí, no será inmediata, pero para familias como la de Areej Taha, cada día suma al dilema de sobrevivir sin acceso garantizado a servicios básicos. Las próximas semanas definirán si la presión internacional logra cambiar el curso de estas reformas o si serán los residentes de Shuafat y otros campos de refugiados quienes paguen el precio de estas decisiones políticas.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press