El Salvador: Reformas constitucionales y centralización de poder en la era Bukele
Un análisis de las recientes reformas legislativas que consolidan el poder del gobierno de Nayib Bukele y su impacto político.
El cambio en las reglas del juego constitucional
La Asamblea Legislativa de El Salvador, dominada por el partido oficialista Nuevas Ideas, ratificó recientemente una reforma constitucional que permite modificar la Constitución con mayor rapidez. Antes, las reformas requerían ser aprobadas en dos legislaturas consecutivas, lo que implicaba un proceso más lento y deliberativo. Ahora podrán ser aprobadas con solo el voto de tres cuartas partes de los diputados en una única legislatura, lo que equivale al control total que tiene el partido de Bukele en el Congreso.
Christian Guevara, líder del partido en la Asamblea, ha señalado que este mecanismo permitirá, entre otras cosas, eliminar la controvertida financiación pública para campañas electorales, un tema que ha generado división entre los partidos. Según Guevara, este cambio "acabará con los abusos y el derroche de dinero público por parte de partidos que fracasan electoralmente".
Sin embargo, la oposición y organizaciones civiles ven en esta reforma un paso más hacia la centralización del poder en manos de Bukele. Cesia Rivas, diputada del partido opositor Vamos, declaró: "Esta es simplemente una excusa para otorgarle más control al Ejecutivo". Por su parte, Eduardo Escobar, director del grupo Acción Ciudadana, advirtió que con estas nuevas facultades, la bancada oficialista podría alterar cualquier aspecto de la Constitución.
Estado de emergencia prolongado y derechos fundamentales comprometidos
La Asamblea no se detuvo ahí: también extendió un estado de emergencia que ya lleva casi tres años en vigor. Esta medida, implementada para combatir las pandillas callejeras, ha suspendido derechos básicos como el acceso a un abogado y ha permitido detenciones arbitrarias, según informes de organizaciones de derechos humanos. Pese a las críticas, Bukele defiende que esta estrategia ha reducido drásticamente los homicidios en el país.
De acuerdo con datos oficiales, 2024 cerró con el menor número de homicidios registrados en la historia reciente del país. Sin embargo, activistas como José María Tojeira, exdirector del Instituto de Derechos Humanos de la UCA (Universidad Centroamericana José Simeón Cañas), han señalado que el sacrificio de libertades civiles es demasiado alto y que los números podrían ser manipulados en favor del gobierno.
Bitcoin y política internacional
El Congreso también aprobó enmiendas a las leyes de Bitcoin, que anteriormente exigían que todos los negocios aceptaran la criptomoneda como forma de pago. El cambio —una aceptación opcional— responde a las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha presionado a El Salvador por sus políticas criptoeconómicas. Recordemos que Bukele hizo de Bitcoin moneda de curso legal junto al dólar estadounidense en 2021, un movimiento revolucionario pero polémico que ha tenido críticas mixtas por su impacto económico y financiero.
Además, la relación entre Nawib Bukele y líderes internacionales, especialmente Estados Unidos, ha sido notable. Recientemente, se anunció que el Secretario de Estado Marco Rubio visitará el país como parte de una gira por Centroamérica. Bukele, quien ha mostrado afinidad ideológica con Donald Trump, podría estar buscando fortalecer su influencia política en la región.
¿Hacia un nuevo autoritarismo?
El liderazgo de Bukele ha sido calificado como polarizante. Desde principios de su mandato, su gobierno ha estado marcado por una combinación de altos niveles de aprobación popular y preocupaciones internacionales sobre el deterioro democrático. Su estilo político, que incluye medidas populistas y una intensa presencia en redes sociales, ha sido comparado por analistas con el de otros líderes autoritarios en América Latina, como Hugo Chávez o Daniel Ortega.
Para muchos, las reformas legislativas y el estado prolongado de emergencia parecen consolidar un poder absoluto en Bukele. Organizaciones internacionales como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han emitido informes sobre las violaciones a derechos humanos que generan alarma. Asimismo, el Financial Times publicó recientemente un análisis calificando a El Salvador como "un caso de estudio sobre cómo una democracia puede erosionarse desde dentro".
El papel de la sociedad civil y el futuro del país
La sociedad civil salvadoreña enfrenta retos extraordinarios en este contexto. Mientras sectores pro-Bukele celebran la mano dura contra las pandillas y los crímenes violentos, opositores denuncian la concentración de poder y la represión contra voces críticas. En paralelo, la prensa independiente ha reportado casos de espionaje digital y censura.
Varias organizaciones están presionando para llevar ante la Corte Constitucional las recientes reformas bajo el argumento de que violan los principios democráticos del país. "La comunidad internacional también debe prestar atención a lo que sucede aquí. La democracia en El Salvador está en juego", concluyó Escobar durante una entrevista para un medio local.