¿Fracaso o Renacimiento?: El Futuro de la Energía Eólica Offshore en Estados Unidos

Shell abandona un colosal proyecto en Nueva Jersey mientras la lucha política y económica pone a prueba la viabilidad del sector.

Un paso atrás para la energía eólica offshore

En una decisión que remueve los cimientos del desarrollo de energía limpia en Estados Unidos, Shell ha anunciado su retirada del proyecto Atlantic Shores, una de las iniciativas de energía eólica offshore más ambiciosas frente a las costas de Nueva Jersey. La compañía citó como razones la creciente competencia, retrasos en el mercado y un contexto regulatorio cada vez más complicado. Esta decisión marca un golpe significativo para las perspectivas de energía renovable en el país, especialmente teniendo en cuenta las enormes metas climáticas de Nueva Jersey de generar el 100% de su energía de fuentes limpias para 2035.

Atlantic Shores: Un proyecto ambicioso en riesgo

El proyecto Atlantic Shores, codirigido por Shell y EDF-RE Offshore Development, prometía generar suficiente energía para un millón de hogares, aproximadamente un tercio de los hogares en Nueva Jersey. Sin embargo, la incertidumbre generada por la retirada de Shell ha puesto en duda su futuro. EDF ha declarado que sigue comprometida con el proyecto, pero la viabilidad de continuar sin el respaldo financiero de un gigante como Shell no está garantizada.

Esta decisión no ocurre aisladamente. En 2023, el desarrollador danés Ørsted también canceló dos proyectos similares en Nueva Jersey, argumentando la falta de rentabilidad. Según Coco Zhang, vicepresidente de investigación en ING, "la energía eólica offshore sigue siendo una de las formas de energía limpia más caras, lo que la hace menos atractiva sin un fuerte apoyo político".

El impacto político de la era Trump

Muchos analistas vinculan estas dificultades del sector al legado de las políticas del expresidente Donald Trump. Al inicio de su mandato, Trump firmó una orden ejecutiva imponiendo una moratoria temporal en ventas de arrendamientos de terrenos federales para proyectos de energía eólica offshore y pausó aprobaciones y permisos. Según Oliver Metcalfe, jefe de investigación de energía eólica en BloombergNEF, esta medida generó una nube de dudas sobre todo el sector.

El caso Atlantic Shores se encuentra ahora bajo observación internacional. "Estamos en territorio incierto", añade Metcalfe. Esta incertidumbre ha alimentado la oposición organizada contra la energía eólica offshore en Nueva Jersey, liderada por grupos como Protect Our Coast NJ, cuyo presidente Robin Shaffer ha calificado la retirada de Shell como una "victoria importante" para la economía y costa del estado.

¿Un revés temporal o el ocaso de un sector?

A pesar de los contratiempos, la administración Biden ha continuado impulsando el desarrollo de energía eólica offshore como una solución esencial para mitigar el cambio climático. En 2024, la administración aprobó planes comerciales para casi una docena de proyectos eólicos. Sin embargo, la falta de avances significativos en su ejecución plantea dudas sobre si estos proyectos lograrán materializarse.

En cuanto a Shell, la retirada representa una pérdida financiera considerable, con un costo estimado de casi mil millones de dólares. Aunque la compañía ha señalado que esta movida responde a una reestructuración estratégica, su salida podría enfriar aún más las inversiones privadas en proyectos similares en Estados Unidos.

La perspectiva global: ¿Qué nos dice Europa?

En Europa, la energía eólica offshore ha sido un pilar clave de la transición energética por más de tres décadas. Países como Dinamarca, Reino Unido y Alemania lideran el sector, combinando políticas sólidas y apoyo financiero que han convertido a estos proyectos en historias de éxito. Esta experiencia plantea preguntas importantes sobre cómo implementar ese mismo nivel de éxito en suelo estadounidense.

Por ejemplo, en Dinamarca, la política estatal cubre parte del costo inicial del desarrollo, mientras que en Reino Unido tarifas garantizadas han ofrecido certeza financiera a los desarrolladores. En contraste, Estados Unidos enfrenta obstáculos adicionales, como una mayor dependencia de subsidios a combustibles fósiles y debates políticos en torno al uso de terrenos públicos.

El camino hacia adelante

El futuro de Atlantic Shores, y de la energía eólica offshore en general, dependerá de múltiples factores: la claridad de las regulaciones, la viabilidad económica y el compromiso político. La administración Biden tiene grandes metas para expandir la energía offshore, pero el tiempo se acaba si Washington no toma medidas urgentes.

Si algo está claro, es que el potencial de la energía eólica offshore para revolucionar el mercado energético estadounidense sigue siendo inmenso. Sin embargo, las circunstancias actuales exigen tanto una voluntad política más firme como un renovado interés de los inversionistas para evitar que este sueño quede "muerto en el agua".

Este artículo fue redactado con información de Associated Press