Harry Stewart Jr.: El piloto de los aviadores de Tuskegee que desafió la historia
A 100 años de su nacimiento, repasamos la historia de este héroe de la Segunda Guerra Mundial y su legado en la aviación y los derechos civiles
Un legado de valentía y perseverancia
La historia de Harry Stewart Jr., uno de los últimos pilotos de combate sobrevivientes del célebre Grupo de Cazas 332, los Aviadores de Tuskegee, es una que merece ser contada y celebrada. Su papel en la Segunda Guerra Mundial no solo ayudó a cambiar el curso del conflicto, sino que también hizo historia al desafiar la segregación racial en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.
Stewart, fallecido recientemente a los 100 años, era reconocido tanto por su heroísmo en combate como por su lucha contra la discriminación racial tras la guerra. Desde su participación en intensos enfrentamientos aéreos hasta su lucha por ser aceptado en la aviación comercial después del conflicto, su vida es un testimonio de perseverancia y determinación.
De Nueva York a los cielos de Europa
Nacido el 4 de julio de 1924 en Virginia, su familia se trasladó a Nueva York cuando él era niño. Desde pequeño, Stewart sintió una gran fascinación por los aviones al verlos despegar y aterrizar en el Aeropuerto LaGuardia. Este interés lo llevó a unirse a un programa de entrenamiento de pilotos militares en Tuskegee, Alabama, un esfuerzo experimental del gobierno para formar a afroamericanos en la aviación militar.
Se unió al programa a los 18 años, poco después del ataque a Pearl Harbor, motivado no solo por su pasión por volar, sino también por su deseo de servir a su país pese a las barreras de la segregación racial. El programa entrenó a aproximadamente 1,000 pilotos afroamericanos, quienes posteriormente escoltarían bombarderos estadounidenses con una tasa de éxito notablemente alta en comparación con otros grupos de combate.
Héroe de combate y reconocimientos históricos
Durante la Segunda Guerra Mundial, Stewart participó en misiones cruciales en Europa. Uno de sus momentos más destacados ocurrió el 1 de abril de 1945, cuando derribó tres aviones alemanes en un feroz combate aéreo. Este logro le valió la Cruz de Vuelo Distinguido, una de las mayores condecoraciones de la Fuerza Aérea de los EE.UU.
Además, en 1949, junto con tres compañeros de los Tuskegee Airmen, ganó la competencia Top Gun de la Fuerza Aérea. Sin embargo, su victoria no fue reconocida oficialmente en ese momento debido a la discriminación racial. No fue sino hasta décadas después que se les otorgó el crédito que merecían.
Las barreras raciales tras la guerra
A pesar de sus hazañas en la guerra, Stewart se encontró con nuevas barreras al regresar a casa. Su sueño de convertirse en piloto comercial fue frustrado cuando las aerolíneas no contrataban afroamericanos para el puesto debido a su raza. Ante esta discriminación, decidió encontrar otro camino y obtuvo una licenciatura en ingeniería mecánica en la Universidad de Nueva York.
Más tarde, se trasladó a Detroit, donde trabajó en la industria energética, llegando a ser vicepresidente de una empresa de gas natural. Aunque no pudo convertirse en piloto comercial en ese momento, su impacto en la aviación y en la historia de los derechos civiles nunca desapareció.
Un tributo tardío pero significativo
El reconocimiento hacia Harry Stewart Jr. y los Aviadores de Tuskegee ha crecido con el tiempo. En una entrevista en 2019, Stewart recordó un momento particularmente emotivo cuando abordó un vuelo comercial y vio que los pilotos eran dos mujeres afroamericanas. “Las lágrimas comenzaron a brotar en mis ojos”, dijo, al reconocer lo mucho que había cambiado la industria gracias a los sacrificios de su generación.
Históricamente, los Tuskegee Airmen fueron subestimados y separados de sus colegas blancos, pero sus contribuciones ahora forman parte fundamental de la historia militar estadounidense. Incluso la Fuerza Aérea enfrentó críticas recientemente por eliminar temporalmente materiales de formación que mencionaban a los Tuskegee Airmen y a las Women Airforce Service Pilots (WASPs), en un esfuerzo por reducir la capacitación sobre diversidad. Tras una fuerte reacción pública, los materiales fueron restaurados.
Siempre en la memoria
Harry Stewart Jr. falleció en paz en su hogar en Bloomfield Hills, Michigan, el 25 de febrero de 2024. Su vida fue testigo de los altibajos de la lucha por la igualdad racial en los EE.UU., y su legado sigue vivo en cada piloto afroamericano que hoy surca los cielos gracias a los caminos que él y sus compañeros abrieron.
Será recordado como un hombre de valor, sacrificio y resiliencia, que enfrentó la adversidad con determinación y ayudó a transformar tanto la aviación como la lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos.