Honeywell se divide en tres empresas: ¿El fin de los conglomerados industriales?
La icónica compañía sigue los pasos de General Electric y Alcoa en un movimiento estratégico que busca mayor agilidad y rentabilidad.
Una transformación histórica
Honeywell, una de las últimas grandes conglomerados industriales de Estados Unidos, ha anunciado su división en tres compañías independientes. Este drástico movimiento replica la estrategia adoptada previamente por gigantes como General Electric y Alcoa, que apostaron por la fragmentación para mejorar su posicionamiento en el mercado.
La empresa se separará de sus divisiones de automatización y tecnologías aeroespaciales, completando así un proceso que comenzó con la escisión de su unidad de materiales avanzados. La reestructuración de Honeywell está programada para concluir en la segunda mitad de 2026, mientras que la escisión de materiales avanzados se llevará a cabo entre finales de este año y principios del próximo.
Decisión impulsada por presión de inversores
El anuncio de la división de Honeywell llega poco después de que Elliott Investment Management, uno de sus principales accionistas, adquiriera una participación superior a los 5 mil millones de dólares en la compañía. Elliott ha sido un fuerte impulsor de la separación de las divisiones de automatización y aeroespacial, alegando que ello permitiría a cada negocio enfocarse de manera más eficiente en su sector específico.
Desde hace meses, el consejo de administración de Honeywell había estado explorando alternativas estratégicas para optimizar la estructura de la compañía, y este movimiento es la confirmación de su decisión de optar por la escisión.
¿Es este el fin de los conglomerados industriales?
Durante décadas, conglomerados industriales como Honeywell, General Electric y Siemens han dominado el panorama de la manufactura global, apoyados en la creencia de que el tamaño generaba fortaleza. Sin embargo, los cambios en la economía global y la creciente competencia de empresas especializadas han puesto en jaque este modelo de negocio.
Un claro ejemplo es General Electric, que en 2021 anunció su división en tres compañías independientes enfocadas en aviación, salud y energía. Alcoa, por su parte, se dividió en 2015 para separar sus negocios de producción de metales de sus operaciones de ingeniería y transporte.
Este fenómeno responde a la creciente necesidad de flexibilidad en un mundo donde la digitalización y la innovación juegan un rol primordial en el éxito empresarial. Las grandes corporaciones ya no pueden competir con startups y compañías más pequeñas que se mueven con mucha mayor agilidad en sus respectivos sectores.
Beneficios y riesgos de la estrategia
Desde la perspectiva de los inversionistas y clientes, la fragmentación de Honeywell puede representar una serie de ventajas:
- Mayor claridad operativa: Cada división podrá enfocar sus esfuerzos plenamente en su nicho de mercado.
- Incremento en el valor para los accionistas: Las empresas derivadas podrán revalorizarse independientemente, atrayendo nuevos inversionistas.
- Agilidad y especialización: Permite que cada unidad responda más rápidamente a los cambios del mercado sin estar atada a estructuras corporativas demasiado complejas.
No obstante, también existen riesgos inherentes a la separación. Entre ellos, la incertidumbre en el proceso de transición, costos adicionales de reestructuración y la posible pérdida de sinergias entre las áreas que anteriormente operaban bajo un mismo paraguas corporativo.
El futuro de Honeywell
El CEO de la compañía, Vimal Kapur, ha expresado que la separación permitirá a cada empresa adoptar estrategias de crecimiento más alineadas con sus necesidades particulares. Esto podría traducirse en un mayor enfoque en innovación dentro de la división de automatización y una expansión en mercados estratégicos para su unidad aeroespacial.
Por ahora, los analistas se mantienen expectantes sobre cómo se ejecutará la transición y cómo reaccionará el mercado a este cambio fundamental en la estructura de Honeywell.