La prohibición de celulares en escuelas: ¿una medida necesaria o una restricción excesiva?

Brasil se suma a la creciente lista de países que regulan el uso de celulares en los colegios, generando un debate sobre educación, salud mental y tecnología.

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Un cambio en las aulas brasileñas

Desde el inicio del año, estudiantes en Brasil han tenido que adaptarse a una nueva normativa: la prohibición del uso de celulares en la escuela. Esta medida, firmada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en enero, sigue una tendencia global de restringir el acceso a teléfonos móviles dentro de las instituciones educativas. Mientras algunos celebran la medida como un paso necesario para mejorar la concentración y la convivencia escolar, otros la ven como una restricción excesiva que ignora la realidad digital en la que vivimos.

La preocupación global por los celulares en las escuelas

Brasil no es el único país que ha decidido actuar sobre la presencia de celulares en las aulas. Según un informe de UNESCO, uno de cada cuatro países ya ha implementado restricciones similares. Francia, por ejemplo, prohíbe los teléfonos móviles en colegios para estudiantes de entre seis y quince años. En China, las regulaciones gubernamentales también buscan limitar el uso de dispositivos electrónicos para niños y adolescentes.

En Estados Unidos, al menos ocho estados han introducido leyes que restringen el uso del teléfono en escuelas, con el objetivo de reducir las distracciones y minimizar problemas como el ciberacoso y la adicción a las redes sociales.

Las razones detrás de la prohibición

El principal argumento de los defensores de esta medida es que los celulares afectan la concentración de los estudiantes. Meire Nocito, directora del colegio Porto Seguro en São Paulo, explicó en una entrevista que "los estudiantes tenían problemas para concentrarse en las clases y, además, había un problema de aislamiento social".

Los estudios respaldan esta preocupación. Una investigación de la Universidad de Stanford reveló que los estudiantes que no usan celulares en clase tienen un rendimiento académico hasta un 20% mayor en comparación con aquellos que sí los utilizan. Además, el uso excesivo de dispositivos móviles ha sido vinculado con trastornos de ansiedad, dificultades en la socialización y una menor calidad del sueño.

La realidad del uso de smartphones en Brasil

Brasil es uno de los países con mayor uso de celulares en el mundo. Según la Fundación Getulio Vargas, hay más teléfonos móviles en circulación que habitantes en el país: 258 millones de dispositivos para 203 millones de brasileños. Además, un estudio de We Are Social y Hootsuite reveló que los brasileños pasan en promedio 9 horas y 13 minutos al día frente a una pantalla.

Reacciones de los estudiantes y padres

Para los estudiantes, esta restricción ha representado un cambio significativo. Mariana Waetge, una alumna de 13 años de Porto Seguro, comentó que "estar obligada a no usar el celular en la escuela me ha hecho encontrar nuevas maneras de interactuar con mis amigos, mejorar mi enfoque en clase e incluso fortalecer mi relación con mi familia".

Los padres, en su mayoría, apoyan la medida. Según una encuesta de Datafolha, casi dos tercios de los brasileños querían prohibir el uso de smartphones por niños y adolescentes en la escuela, y más del 75% creían que estos dispositivos hacían más daño que bien a sus hijos.

¿Regulación o adaptación?

Uno de los principales debates en torno a esta regulación es si la solución debería estar en prohibiciones estrictas o en una integración más inteligente de la tecnología en el aula. Algunos expertos en educación argumentan que, en lugar de prohibir su uso, se debería enseñar a los estudiantes cómo usar la tecnología de manera responsable y productiva.

Por otro lado, hay quienes sostienen que la prohibición crea un ambiente de aprendizaje más sano y ayuda a reducir la presión social que generan las redes sociales y el acceso constante a internet.

El futuro de los celulares en las escuelas

Brasil ha dado un paso importante en la regulación del uso de celulares en las escuelas, alineándose con una tendencia global. Sin embargo, el tiempo dirá si esta medida se traduce en una mejora concreta en el aprendizaje y la salud mental de los estudiantes o si será necesario reconsiderar su implementación.

Lo que está claro es que la conversación sobre la relación entre tecnología y educación está lejos de terminar.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press