Hubie Brown: el maestro eterno del baloncesto

Tras más de cinco décadas enseñando el juego dentro y fuera de la cancha, el legendario coach y comentarista se despide de la NBA

El baloncesto ha tenido muchos íconos, pero pocos han impactado el juego tanto como Hubie Brown. Con 91 años, Brown ha sido una figura clave, no solo como entrenador, sino también como comentarista, educando a generaciones sobre los matices de este deporte.

De maestro de universidad a voz del baloncesto

En 1968, cuando tomó su primer cargo como entrenador asistente en William & Mary, Brown no imaginaba que también tendría que impartir clases. Así nació su faceta como educador del baloncesto, una que llevaría consigo durante más de cinco décadas.

Sus inicios como analista de televisión llegaron en 1981 con la cadena USA Network. En aquel entonces, no tenía experiencia en medios, pero su conocimiento inigualable hizo que rápidamente se convirtiera en una de las voces más respetadas de la NBA.

Entrenar dentro y fuera de la cancha

Brown veía su trabajo como comentarista de la misma manera que su labor como entrenador. No bastaba con narrar lo que estaba ocurriendo en la cancha; su misión era educar al espectador. “Tienes que pintar la imagen para los fanáticos y llevarlos a otro nivel de comprensión”, comentaba.

Esta filosofía lo llevó a ser un pionero en el análisis del juego, explicando la estrategia en un lenguaje accesible y técnico a la vez. Frases como “la pintura” para referirse a la zona de la llave y su famoso “¡Eso es! ¡Eso es!” cuando algo salía a la perfección, se convirtieron en su sello personal.

Un legado inmortalizado en el Salón de la Fama

Su contribución al baloncesto fue reconocida en 2005 cuando ingresó al Salón de la Fama del Baloncesto Naismith. No solo fue un entrenador exitoso, llevándose el premio al Entrenador del Año de la NBA en dos ocasiones (1978 y 2004), sino que también fue la voz oficial de 18 Finales de la NBA, tanto en televisión como en radio.

La última transmisión: una despedida emotiva

El punto final en su carrera televisiva llega con el juego entre los Philadelphia 76ers y los Milwaukee Bucks, una franquicia donde dio sus primeros pasos como asistente en la NBA en 1972, trabajando junto a leyendas como Kareem Abdul-Jabbar y Oscar Robertson.

Su compañero de transmisión, Mike Breen, ha sido testigo de su maestría y dedicación. “Probablemente haya enseñado a más personas sobre el juego de baloncesto que cualquier otra persona en la historia”, dijo Breen.

El inquebrantable espíritu de un maestro

El último año ha sido particularmente difícil para Brown, tras la pérdida de su esposa e hijo. Sin embargo, su amor por el baloncesto lo mantuvo firme. “No le interesa que lo llenen de homenajes y tributos”, mencionó Breen. “Quiere hacer lo que siempre ha hecho: analizar el juego y enseñar”.

Y así es como debe ser recordado: no solo como un coach o comentarista, sino como un verdadero maestro del baloncesto. Su legado vivirá en cada jugador, entrenador y aficionado que tuvo el privilegio de aprender a través de su incomparable pasión por el juego.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press