El futuro energético de Nevada: ¿progreso o retroceso con el gas natural?
La conversión de la planta Valmy de carbón a gas natural genera controversia entre ambientalistas y reguladores
La transición energética de Nevada ha sido un tema central en la política estatal por más de una década. Con la decisión de cerrar las plantas de carbón, parecía que el camino estaba claro hacia una red más limpia y sustentable. Sin embargo, recientes movimientos de NV Energy, la compañía eléctrica más grande del estado, han encendido la polémica al decidir convertir la Planta Generadora North Valmy para que funcione con gas natural en lugar de opciones completamente renovables.
Un cambio inesperado en el plan
En 2013, bajo la presión del entonces senador Harry Reid, la legislatura de Nevada aprobó una ley para eliminar gradualmente el carbón de la matriz energética estatal. Desde entonces, NV Energy ha cerrado varias plantas de carbón, como la Reid Gardner Power Station. La expectativa era que Valmy, la última planta a carbón de NV Energy, siguiera el mismo destino, con objetivos previos para su cierre total en 2025.
Sin embargo, a finales de 2023, la compañía sorprendió a reguladores y ambientalistas al proponer que en lugar de retirarla, Valmy fuera reconvertida a gas natural. Se argumentaba que la conversión reduciría las emisiones en un 50% en comparación con el carbón y garantizaría estabilidad en la red eléctrica, sobre todo para la región de Carlin Trend, un importante centro minero de oro.
¿Una jugada oculta?
Para los defensores del medio ambiente, la sorpresa se convirtió en indignación cuando, pocos meses después de obtener la aprobación para reconvertir Valmy, NV Energy presentó un segundo plan adicional: incluir dos unidades de generación de gas natural adicionales para proporcionar 411 megavatios extra. Este cambio no había sido mencionado previamente en sus planes regulatorios, lo que generó acusaciones de falta de transparencia y de estar implementando un sistema 'por partes' para evadir un análisis integral.
Brian Turner, director regulador occidental de Advanced Energy United, criticó la falta de información previa, afirmando que “fue muy extraño que no hicieran pública esta información desde el inicio”.
El dilema entre confiabilidad y sostenibilidad
Uno de los principales argumentos de NV Energy para justificar sus decisiones ha sido la confiabilidad energética. La compañía sostiene que la creciente demanda energética en Nevada, impulsada por la minería y nuevos centros de datos, requiere fuentes de energía constantes. Emily Walsh, experta en energía limpia de Western Resource Advocates, no está convencida de esta solución “tradicional” y afirma que la compañía podría haber explorado otras opciones más sostenibles.
El experto en sistemas eléctricos Michael Milligan describe la situación de otra forma: “Las compañías eléctricas no reciben crédito extra por ser demasiado confiables, pero muchos serán despedidos si no garantizan un servicio estable”.
¿Qué pasa con los objetivos ambientales?
Nevada tiene metas ambiciosas de reducción de emisiones. La legislación estatal apunta a una reducción del 28% en gases de efecto invernadero para 2025 y un 45% para 2030. Sin embargo, informes recientes muestran que el estado no está en el camino correcto para cumplir estos objetivos. La decisión de NV Energy de apostar fuertemente por el gas natural no ayuda en este sentido.
NV Energy argumenta que sigue cumpliendo con los estándares de su Renewable Portfolio Standard (RPS), con un 37% de energía renovable en 2022, superando en 8 puntos lo requerido. No obstante, los grupos ambientalistas destacan que esto no significa que se esté logrando una reducción de emisiones en la misma proporción.
Con la fecha tentativa para el cierre de las unidades de gas Valmy en 2049, muchos consideran que la empresa está simplemente postergando la transición definitiva a fuentes más limpias.
El impacto en los consumidores
Una preocupación adicional es el impacto económico sobre los consumidores. Convertir Valmy y la construcción de las nuevas unidades generadoras de gas costará más de mil millones de dólares. Quienes se oponen a la ampliación advierten que los costos podrían trasladarse a las tarifas eléctricas de los ciudadanos.
Reguladores estatales han aprobado los nuevos proyectos, aunque han dejado en claro que en el futuro esperan mayor transparencia en los planes propuestos por NV Energy.
El dilema renovable de Nevada
El caso de la Planta Valmy ilustra el dilema energético de muchas regiones de Estados Unidos: cómo equilibrar confiabilidad eléctrica con metas ambientales ambiciosas. El gas natural sigue siendo una opción preferida por las compañías eléctricas, mientras que los defensores del medio ambiente empujan por una transición total a energías renovables.
¿Seguirá Nevada invirtiendo en gas natural en las próximas décadas o finalmente dará el salto definitivo hacia una matriz más sustentable? Lo cierto es que los ojos de muchos están puestos en los próximos movimientos de NV Energy y el impacto económico, ambiental y regulatorio que estas decisiones tendrán en el futuro.