El giro diplomático entre EE.UU. y Rusia: ¿Paz en Ucrania o concesión a Putin?
El reciente encuentro en Riad marca el primer contacto sustancial entre Washington y Moscú para negociar el fin del conflicto en Ucrania, pero la ausencia de Kiev genera sospechas.
Un reencuentro diplomático con intereses cruzados
Tras casi tres años de guerra en Ucrania, Estados Unidos y Rusia han dado el primer paso hacia una posible normalización de sus relaciones diplomáticas. En una reunión de casi cuatro horas en Riad, los principales diplomáticos de ambos países, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, y el canciller ruso, Sergey Lavrov, avanzaron en la posibilidad de negociar la paz.
El encuentro marca un giro significativo en la política exterior estadounidense luego de la administración de Joe Biden, que se enfocó en aislar a Rusia mediante sanciones y apoyo militar sin precedentes a Ucrania. Sin embargo, este aparente acercamiento entre Washington y Moscú no está exento de controversia, especialmente por la falta de representación de Ucrania en las pláticas.
Primer paso: restauración de las relaciones diplomáticas
Uno de los acuerdos alcanzados en esta reunión fue restablecer la presencia diplomática en Moscú y Washington, severamente afectada por las expulsiones mutuas de embajadores tras la anexión de Crimea en 2014. Lavrov afirmó que se agilizará el nombramiento de nuevos embajadores y la reapertura de misiones consulares cerradas a lo largo de los últimos años.
Las suspicacias sobre esta decisión no tardaron en surgir. Tras los eventos de 2018, donde varios diplomáticos rusos fueron expulsados debido al envenenamiento del exespía Sergey Skripal en el Reino Unido, la relación entre ambos países se deterioró aún más. Ahora, con este acercamiento, Washington parece dispuesto a pasar página en varias disputas previas con tal de avanzar en la pacificación de Ucrania.
Una paz incierta para Ucrania
El acuerdo más importante derivado de estas reuniones en Arabia Saudita es el compromiso de establecer mesas de trabajo para negociar el fin de la guerra en Ucrania. Aunque los detalles aún son vagos, se mencionó que tratarán temas como la seguridad territorial y garantías de paz.
No obstante, el gobierno ruso dejó en claro que no aceptará la presencia de tropas de la OTAN bajo ninguna bandera, ni siquiera la de la Unión Europea, en un eventual proceso de pacificación. Esta postura podría afectar directamente los intereses de Ucrania, que ha visto en la OTAN un respaldo contra la amenaza rusa.
La exclusión de Ucrania y Europa: una mala señal
Uno de los aspectos más polémicos de estas negociaciones es la falta de representación de Ucrania en la primera fase de diálogos. A pesar de que EE.UU. promete consultas con Kiev y sus aliados europeos, la sola exclusión de Ucrania suscita dudas sobre el verdadero propósito de estas negociaciones.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, expresó su desconfianza ante este proceso y canceló su visita a Arabia Saudita para evitar cualquier vinculación con las negociaciones dirigidas por EE.UU. y Rusia.
¿Levantamiento de sanciones y cooperación económica con Rusia?
Otro punto de debate es la posibilidad de que EE.UU. levante algunas sanciones económicas impuestas a Moscú durante la administración Biden. Aunque Rubio evitó dar detalles sobre medidas específicas, reconoció que "cualquier acuerdo de paz incluirá concesiones de ambas partes".
Desde el Kremlin, el director del Fondo Ruso de Inversión Directa sugirió que ambas naciones podrían retomar proyectos energéticos conjuntos en el Ártico y otras áreas. Palabras que, sin duda, generan nerviosismo en Europa, que ha reducido significativamente su dependencia del gas ruso tras la invasión a Ucrania.
Un nuevo orden geopolítico en juego
Las negociaciones entre EE.UU. y Rusia pueden marcar el inicio de un cambio en el orden geopolítico mundial. Mientras que la administración Trump busca poner fin a la guerra de Ucrania sin condiciones claras para el gobierno de Zelensky, la posibilidad de concesiones a Moscú podría debilitar la confianza de los aliados europeos en Washington.
El tiempo dirá si este acercamiento supone un verdadero camino hacia la paz o si, como sospechan algunos analistas, es un primer paso hacia una serie de concesiones que podrían favorecer a Vladimir Putin.