Ramadán en Indonesia: Tradición, Fe y el Desafío del Costo de Vida

La celebración del Ramadán en la nación musulmana más grande del mundo combina rituales ancestrales con preocupaciones económicas actuales.

El inicio del Ramadán en Indonesia

El mes sagrado del Ramadán ha comenzado en Indonesia, el país con la mayor población musulmana del mundo. La ocasión se marca con una variedad de tradiciones regionales, desde desfiles nocturnos hasta la limpieza de tumbas familiares. Cada región del extenso archipiélago de más de 17,000 islas aporta su propio significado y costumbre a este período de ayuno y reflexión.

El ministro de Asuntos Religiosos de Indonesia, Nasaruddin Umar, anunció que el Ramadán comenzaría el sábado tras la confirmación de la luna creciente en la provincia de Aceh. Minutos después, las mezquitas del país se llenaron de fieles listos para la primera oración nocturna del mes sagrado, el ‘tarawih’.

Un mes de fe, ayuno y comunidad

El Ramadán es una época de espiritualidad en la que los musulmanes ayunan desde el amanecer hasta el anochecer, absteniéndose de comida, bebida, tabaco y relaciones íntimas. El ayuno no solo es una prueba de fe y autodisciplina, sino una manera de acercarse a Dios y recordar la difícil situación de los menos afortunados.

Durante la noche, las familias y amigos se reúnen para compartir su 'iftar', la comida que rompe el ayuno, en un ambiente de alegría y unión. Para muchos, el espíritu del Ramadán también implica actos de caridad, oración constante y evitar discutir o hablar mal de los demás.

Celebraciones y costumbres en todas las regiones

La llegada del Ramadán en Indonesia es todo un espectáculo cultural. En la ciudad de Tangerang, por ejemplo, cientos de personas participan en desfiles con antorchas mientras cantan canciones islámicas y tocan instrumentos tradicionales como el ‘rebana’. En algunas comunidades chinas musulmanas, la festividad se une con danzas del ‘barongsai’ o ‘danza del león’, símbolo de unidad y tolerancia religiosa.

Los mercados y centros comerciales también reflejan la atmósfera festiva, con promociones especiales y una gran afluencia de compradores en busca de ropa nueva y decoraciones para el Eid al-Fitr, la festividad que marca el fin del Ramadán.

El impacto del costo de vida en el Ramadán

Aunque el Ramadán es una época de celebración y comunidad, no todos los indonesios pueden disfrutarlo sin preocupaciones. La inflación y los precios al alza de productos esenciales como arroz, carne, azúcar y aceite de cocina han generado inquietud entre la población.

“Todo lo relacionado con la cocina sube de precio día a día”, comenta Asih Mulyawati, madre de dos niños en Tangerang. “Me preocupa que esta situación afecte cómo celebraremos el Ramadán este año”.

De acuerdo con el Ministerio de Comercio de Indonesia, el aumento se debe a la inflación global y problemas en la cadena de suministro. Sin embargo, muchos ciudadanos también critican el aumento en los precios del gas y la electricidad, lo que debilita aún más el poder adquisitivo de las familias.

Resistencia y esperanza para el futuro

A pesar de los desafíos económicos, los indonesios se aferran a la fe y la tradición. Los comerciantes en los mercados siguen vendiendo dulces típicos, mientras que las familias buscan maneras creativas de mantener las celebraciones con menos recursos.

El Ramadán no solo es una época de ayuno, sino también de resistencia y esperanza. La comunidad musulmana de Indonesia continúa adaptándose a los tiempos difíciles, manteniendo viva la esencia de este mes sagrado generación tras generación.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press