El frágil proceso de paz en Gaza: tensiones y desafíos en la segunda fase del alto al fuego
Las negociaciones para la segunda fase del cese al fuego entre Israel y Hamás se complican en medio de una crisis humanitaria creciente.
Un proceso de paz en la cuerda floja
Las conversaciones para avanzar en la segunda fase del alto al fuego entre Israel y Hamás han quedado en un punto muerto. A pesar de la mediación de Qatar, Egipto y Estados Unidos, un alto funcionario de Hamás declaró que aún no se ha logrado ningún avance. Esta falta de progreso no solo retrasa la posibilidad de poner fin al conflicto en la Franja de Gaza, sino que también aumenta la incertidumbre sobre el destino de los rehenes restantes y el impacto humanitario en la región.
La primera fase: un respiro temporal
La primera fase de la tregua permitió la liberación de 33 rehenes —incluidos ocho cuerpos— a cambio de casi 2,000 prisioneros palestinos. Esta tregua temporal ofreció un respiro tras 15 meses de intensos combates, pero con el plazo expirando, muchos temen que se reanuden las hostilidades si no hay avances en la siguiente etapa.
Los obstáculos de la segunda fase
Según el acuerdo original, la segunda fase debía asegurar la liberación de los rehenes restantes y el retiro de las tropas israelíes de Gaza. Sin embargo, las diferencias estratégicas entre las partes han obstaculizado el progreso. Israel desea asegurar mejoras en la entrega de ayuda humanitaria antes de comprometerse a más concesiones, mientras que Hamás insiste en que se implemente completamente el acuerdo sin dilaciones.
Hamás ha rechazado una propuesta israelí que buscaba extender la primera fase del alto al fuego por 42 días adicionales, asegurando que esto va en contra de lo pactado. La propuesta de Israel preveía una prórroga durante todo el mes sagrado de Ramadán a cambio de la liberación de más rehenes, pero la organización palestina no quiso aceptarla.
Una crisis humanitaria sin precedentes
Mientras Israel y Hamás mantienen sus diferencias, la crisis humanitaria en Gaza se agrava. Las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que más de 48,000 palestinos han muerto desde el inicio de la ofensiva israelí, con más de la mitad de las víctimas siendo mujeres y niños. Además, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) alertó que alrededor de un millón de palestinos fueron asistidos durante la tregua, gracias a la reapertura de panaderías y la mejora en la distribución de ayuda.
El PMA ha urgido a las partes en conflicto a mantener el alto al fuego debido a la extrema vulnerabilidad de la población gazatí. "El cese al fuego debe mantenerse. No podemos retroceder", afirmó la agencia en un comunicado.
El papel de la comunidad internacional
La comunidad internacional se encuentra bajo presión para intervenir y asegurar que el proceso de paz avance. Mientras mediadores como Qatar y Egipto intentan destrabar el diálogo, organizaciones humanitarias y gobiernos de todo el mundo han pedido a Israel y a Hamás que eviten una reanudación de las hostilidades.
Estados Unidos, en particular, ha jugado un rol clave en las negociaciones, instando a ambas partes a llegar a un acuerdo que permita la retirada de las tropas israelíes. Sin embargo, la falta de confianza mutua y la violencia persistente en la región han complicado aún más los esfuerzos diplomáticos.
¿Hacia dónde se dirige Gaza?
Con las negociaciones estancadas y la situación humanitaria deteriorándose, el miedo a un renovado conflicto sigue latente. Israel ha señalado que no se retirará completamente de la Franja de Gaza sin garantías de seguridad, mientras que Hamás exige la implementación completa de los acuerdos firmados.
El futuro de la región sigue siendo incierto. Si las negociaciones siguen sin avanzar, el riesgo de una nueva escalada militar se vuelve cada vez más palpable. En este contexto, la intervención de la comunidad internacional será clave para presionar a ambas partes a cumplir con los compromisos adquiridos y evitar una nueva ola de violencia.