El Ramadán bajo el nuevo gobierno islamista en Siria: Entre tradición y temor
El cambio de régimen en Siria ha transformado la manera en que los ciudadanos celebran el mes sagrado, con nuevas restricciones y un ambiente de incertidumbre.
Un Ramadán diferente en Siria
El Ramadán de este año en Siria marca una diferencia significativa con los anteriores. Con la caída del gobierno secular de Bashar al-Assad y el ascenso de un gobierno islamista encabezado por Ahmad al-Sharaa, la sociedad siria ha experimentado cambios profundos en cuanto a la observación del mes sagrado.
En años anteriores, las calles de Damasco y otras ciudades del país reflejaban un ambiente de celebración, con restaurantes abiertos al público y la libertad de cada ciudadano para decidir si observaba o no el ayuno. Sin embargo, este año, el Ministerio de Asuntos Religiosos ha ordenado el cierre de restaurantes y cafeterías durante el día, estableciendo también que aquellos que sean sorprendidos comiendo en público podrían enfrentar penas de hasta tres meses de prisión.
El temor a las represalias
Aunque muchos ciudadanos sirios practican el ayuno por convicción religiosa, el temor a represalias por parte de las autoridades ha influido en la manera en que se vive el Ramadán. “Este año, después de la caída del régimen, hay muchas confirmaciones sobre la prohibición de romper el ayuno en público, y quienes lo hagan podrían ir a prisión”, dijo Munir Abdallah, un habitante de Damasco.
Este tipo de restricciones no se habían visto en Siria durante décadas. Bajo el gobierno de los Assad, el país mantenía un enfoque más secular donde la población tenía la opción de observar o no la tradición islámica. No obstante, con el nuevo régimen, la imposición obligatoria de estas reglas ha generado distintas reacciones entre la población.
Un país en transformación
Desde la caída del régimen en diciembre, Siria ha estado en un período de transición, con un gobierno que busca consolidar su autoridad e implementar un sistema basado en la interpretación estricta del Islam. Muchos temen que el país pueda seguir el camino de otras naciones donde la ley islámica se ha vuelto la norma absoluta, restringiendo las libertades individuales y aumentando la presión sobre las minorías religiosas.
El contexto internacional
A nivel mundial, el inicio del Ramadán también ha coincidido con otros eventos significativos. En Líbano, después de más de un año de conflicto con Israel, las comunidades musulmanas celebran este mes con cierta tranquilidad tras la entrada en vigor de un cese al fuego. Por otro lado, en Gaza, la frágil tregua con Israel sigue en pie, aunque con incertidumbre sobre su futura estabilidad.
Mientras tanto, la observancia del Ramadán varía en cada país. Arabia Saudita, Indonesia y Kuwait comenzaron el ayuno el mismo día que Siria, mientras que en otros lugares como Malasia y Japón, el inicio se retrasó hasta el día siguiente debido a diferencias en la observación del calendario lunar.
El significado de Ramadán
Ramadán es el noveno mes del calendario islámico y se considera un período de reflexión, oración y abstinencia. Durante este mes, los musulmanes se abstienen de comer y beber desde el amanecer hasta el atardecer, rompiendo el ayuno con la comida conocida como 'iftar'. Además, en las horas previas al amanecer, muchas familias consumen el 'suhoor', una comida que les permite prepararse físicamente para el ayuno del día.
El mes culmina con la celebración de Eid al-Fitr, una de las festividades islámicas más importantes, marcada por reuniones familiares, oraciones especiales y la entrega de limosnas a los necesitados.
¿Un futuro incierto?
Aunque las nuevas reglas han sido bien recibidas por algunos sectores conservadores, otros temen que estas medidas sean solo el inicio de un gobierno cada vez más autoritario. Siria ha sido, históricamente, un país con una diversidad de credos y una rica tradición cultural. Sin embargo, con este nuevo enfoque islamista, algunos se preguntan si la nación se encamina hacia una nueva era de restricciones religiosas.
El Ramadán de 2025 quedará marcado en la historia de Siria como el primero celebrado bajo un régimen islamista tras más de medio siglo de gobierno secular. El impacto de esta transformación política sigue siendo incierto, pero lo que es seguro es que la vida cotidiana de los sirios ha cambiado drásticamente.