Reubicación de tumbas de afroamericanos en Virginia: ¿Justicia histórica o falta de respeto?
El traslado de los restos de antiguos agricultores arrendatarios afroamericanos en una plantación de Virginia para dar paso a un parque industrial genera debate entre los descendientes.
Un pasado de esclavitud y explotación
El traslado de los restos de aproximadamente 275 agricultores arrendatarios afroamericanos en Danville, Virginia, ha generado un intenso debate entre los descendientes de estas personas. Durante décadas, estos trabajadores cultivaron tierras bajo condiciones de esclavitud y, posteriormente, bajo el sistema de aparcería, en la extinta plantación de tabaco Oak Hill.
Pese a que muchas tumbas no estaban marcadas, se ha descubierto que estos cementerios albergaban los restos de hombres y mujeres que vivieron en una de las mayores plantaciones esclavistas de los Estados Unidos. Samuel Hairston, propietario de Oak Hill en el siglo XIX, fue uno de los más grandes esclavistas del sur del país, según el libro “The Hairstons” de Henry Wiencek, publicado en 1999.
Razones detrás de la reubicación
El traslado de los restos es impulsado por el desarrollo económico de la zona. La Autoridad Regional de Instalaciones Industriales de Pittsylvania-Danville adquirió cerca de 3,500 acres de tierra, incluyendo la plantación, y en noviembre de 2024, la compañía Microporous anunció la construcción de una fábrica de baterías con una inversión de 1.3 mil millones de dólares.
Aunque las autoridades han asegurado que se han realizado consultas con los descendientes para diseñar el nuevo cementerio y erigir un arco conmemorativo, el hecho de exhumar tumbas de personas que ya habían sido negadas sus derechos en vida ha causado preocupación en parte de la comunidad.
La resistencia y el dolor de los descendientes
Cedric Hairston, descendiente de esclavizados en Oak Hill, no oculta su incomodidad: “Parece que, incluso cien años después de su muerte, todavía no tienen descanso”. Para estos descendientes, la exhumación puede interpretarse como una continuación del irrespeto histórico hacia sus ancestros.
Sin embargo, también existen voces que ven este proceso como una reivindicación. Jeff Bennett, descendiente de Fleming Adams Sr., un aparcero enterrado en Oak Hill en 1916, sostiene que el proceso podría dar la oportunidad de identificar los restos de sus parientes y brindarles un entierro más digno: “No creo que nadie quiera ver a sus ancestros exhumados, pero nos han permitido participar en el proceso y tener voz en la construcción del nuevo sitio de descanso”.
Descubrimiento de objetos personales
Durante las excavaciones, los arqueólogos han encontrado objetos que evidencian la vida y costumbres de estas personas: gafas antiguas, una botella de medicina, una moneda de cinco centavos de 1836 y, de manera misteriosa, un hombre fue enterrado con una bombilla eléctrica, su casquillo y un cable.
Algunos entierros contenían ladrillos, lo que sugiere que algunos individuos gozaban de una mejor posición económica dentro del sistema de aparcería. Estos ladrillos serán reutilizados en el nuevo cementerio y grabados con los nombres de los fallecidos.
Los próximos pasos
La transferencia de los restos se prevé finalizar en marzo de 2025, seguida de la inauguración del nuevo sitio funerario. Mientras tanto, los descendientes continúan investigando documentos de funerarias y censos para identificar con precisión quiénes están enterrados en estos lotes.
Este proceso refleja una tendencia más amplia en los Estados Unidos de recuperación y protección de cementerios afroamericanos que han sido olvidados o destruidos con el tiempo. Sin embargo, la reubicación también plantea preguntas sobre cuánto ha cambiado la vida de la comunidad afroamericana en el país y hasta qué punto las decisiones actuales reflejan el respeto hacia su historia.