Columbia y la controversia: ¿Está la universidad censurando la crítica a Israel?

Acusaciones de represión a la libertad de expresión sacuden a una de las instituciones más prestigiosas de Estados Unidos

Columbia University y su aparente ofensiva contra la crítica a Israel

Columbia University, una de las instituciones académicas más prestigiosas de Estados Unidos, se encuentra en el centro de una controversia sobre libertad de expresión. La universidad ha lanzado una serie de investigaciones disciplinarias contra estudiantes que han expresado críticas a Israel, lo que ha generado preocupación entre estudiantes, profesores y defensores de los derechos civiles.

Entre las acusaciones destacan las medidas tomadas contra Maryam Alwan, una estudiante palestino-estadounidense que escribió un artículo de opinión en el periódico estudiantil Columbia Spectator, en el que instaba a la universidad a cortar lazos con Israel. Esta publicación provocó que Alwan recibiera una notificación de la universidad acusándola de acoso, bajo el argumento de que su escrito constituía “conducta no bienvenida” basada en religión, nacionalidad o servicio militar.

Investigaciones y medidas disciplinarias

Según documentación compartida por estudiantes, la universidad ha iniciado procesos disciplinarios contra docenas de estudiantes por actividades que van desde compartir publicaciones en redes sociales de apoyo al pueblo palestino hasta participar en protestas “no autorizadas”. Uno de los casos más llamativos es el de un estudiante investigado por colocar pegatinas fuera del campus con imágenes de los fideicomisarios de la universidad y el lema “Se busca”. Otro fue sancionado por coorganizar una exposición de arte fuera del campus que abordaba la ocupación de un edificio de la universidad la primavera pasada.

Incluso algunos estudiantes judíos han sido investigados por su participación en protestas pro-palestinas. Mientras tanto, otros estudiantes de la comunidad judía en Columbia han declarado que ciertas consignas utilizadas en estas manifestaciones han cruzado la línea hacia el antisemitismo.

¿Una respuesta a la presión política?

Estas acciones ocurren en un contexto en que la administración de la universidad enfrenta la amenaza de perder financiamiento federal. El gobierno estadounidense anunció recientemente que considera retirar más de 50 millones de dólares en contratos con Columbia debido a su supuesta “inacción ante el acoso a estudiantes judíos”.

Además, la Cámara de Representantes ha iniciado una revisión del proceso disciplinario de la universidad, exigiendo que la administración proporcione registros sobre diversos incidentes en el campus, incluyendo protestas que supuestamente “promovieron el terrorismo y vilipendiaron al ejército estadounidense”.

El trabajo secreto del Comité de Equidad Institucional

El órgano disciplinario recientemente creado, denominado Oficina de Equidad Institucional, ha sido señalado por su falta de transparencia. Su normativa exige a los estudiantes firmar acuerdos de confidencialidad antes de poder acceder a los materiales del caso o hablar con los investigadores, lo que ha llevado a que el proceso disciplinario se maneje en total secretismo.

Aquellos que han sido citados para declarar afirman que los investigadores han pedido nombres de otros estudiantes involucrados en grupos pro-palestinos y protestas. También han denunciado la falta de criterios claros sobre qué expresiones pueden considerarse acoso.

Consecuencias para los estudiantes

Mahmoud Khalil, un estudiante de posgrado que sirvió como negociador en manifestaciones pro-palestinas el año pasado, relató a los medios que fue acusado de haber cometido una docena de violaciones disciplinarias, incluyendo publicaciones en redes sociales que él nunca realizó. Cuando se negó a firmar el acuerdo de confidencialidad del comité, la universidad congeló su expediente académico y amenazó con retener su diploma. Finalmente, tras presentar una apelación legal, Columbia cedió.

¿Un intento de silenciar la protesta?

Muchos estudiantes y académicos creen que estas acciones forman parte de una estrategia para enfriar el discurso pro-palestino en el campus. Sin embargo, la represión disciplinaria podría estar teniendo el efecto contrario: en los últimos días, estudiantes han ocupado varios edificios de Barnard College, una afiliada de Columbia University, en protesta por la expulsión de dos alumnos acusados de interrumpir una clase de historia de Israel. Además, varios estudiantes fueron arrestados tras tomar un edificio en una protesta nocturna.

“Parecen querer demostrarle al Congreso y sectores políticos conservadores que están actuando, sin importar las consecuencias para los estudiantes”, afirmó Khalil.

¿Hacia dónde se dirige Columbia?

El impacto de estas investigaciones disciplinarias en la reputación de la universidad está por verse. Mientras algunos sectores políticos apoyan las medidas, alegando que buscan la seguridad de la comunidad estudiantil judía, otros argumentan que Columbia está cediendo ante presiones externas y comprometiendo su compromiso con la libertad académica y la expresión.

Lo que queda claro es que la batalla por la libertad de expresión en los campus universitarios está lejos de terminar, y Columbia University será un referente clave en este debate.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press