Amy Gleason: La misteriosa líder detrás del DOGE de Trump

De emprendedora en salud a figura clave en la administración de Trump, la historia de Amy Gleason está llena de giros inesperados.

Amy Gleason no es un nombre ampliamente reconocido en el ámbito político de Estados Unidos, pero su ascenso en la administración de Donald Trump ha despertado una inusual atención. Desde su trabajo como emprendedora en el sector salud hasta convertirse en la administradora interina del controvertido Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), su historia está marcada por desafíos inesperados y un papel confuso dentro del gobierno.

Un camino atípico hacia el poder

Gleason se adentró en el mundo de la tecnología de la salud cuando su hija fue diagnosticada con dermatomiositis juvenil, una enfermedad autoinmune rara. Esto la motivó a desarrollar software de registro de pacientes, con el objetivo de ayudar a otras familias en situaciones similares.

Su labor fue reconocida en 2015 por el gobierno de Barack Obama, que la nombró “Campeona del Cambio” por sus contribuciones innovadoras en el sector. Posteriormente, su experiencia en tecnología de salud la llevó a la Casa Blanca en la primera administración de Trump, donde trabajó en el desarrollo de sistemas de datos para combatir la pandemia de COVID-19.

El enigma de su rol en el DOGE

Cuando Trump regresó al poder, su administración reestructuró la Agencia de Servicio Digital de Estados Unidos, otorgándole un nuevo nombre y misión: el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Este grupo, nominalmente liderado por Gleason, ha estado en el centro del debate debido a los masivos despidos federales y recortes presupuestarios.

A pesar de la declaración oficial que ubica a Gleason como administradora interina, Trump ha señalado públicamente que el magnate Elon Musk es el verdadero líder de DOGE. En un discurso ante el Congreso, Trump se refirió a Musk como la cabeza del organismo, mientras los abogados del gobierno defienden que Gleason es quien realmente ocupa el cargo.

¿Títere o estratega discreta?

El rol de Gleason en DOGE es objeto de especulación. Algunos ven su nombramiento como una distracción conveniente para desviar la atención del poder real que ejerce Musk en la administración. Brett Hartl, del Centro para la Diversidad Biológica, reveló que su organización ha demandado al organismo para obtener transparencia sobre sus verdaderas operaciones.

Por otro lado, quienes han trabajado con Gleason la describen como una profesional eficiente y pragmática. Según Jamie Grant, exlegislador republicano de Florida, “Si alguien puede ocupar ese puesto y hacerlo funcionar, es ella.”

Entre controversias y éxitos

La eficiencia que DOGE proclama haber alcanzado en la reducción del gasto gubernamental asciende a más de $100 mil millones de dólares. Sin embargo, muchos de estos ahorros han sido cuestionados por economistas y expertos que afirman que están inflados o son inviables a largo plazo.

Gleason, conocida por evitar los reflectores mediáticos, ha intentado mantenerse fuera del escándalo. A pesar de esto, informes han revelado que presionó a su equipo para contratar a dos personas que no pasaron los filtros de seguridad, lo que alimenta las dudas sobre su nivel de control dentro de DOGE.

De una startup fallida a la Casa Blanca

El historial de Gleason en el sector privado incluye su participación en CareSync, una aplicación desarrollada en 2011 para gestionar historiales médicos. Aunque la empresa recibió $7.25 millones en financiamiento, nunca logró despegar y cerró en 2018, dejando a 300 empleados sin trabajo y múltiples deudas impagas.

Lejos de retirarse tras este revés, ingresó al Servicio Digital de EE.UU. en 2018, donde trabajó en iniciativas tecnológicas para mejorar sistemas en los CDC y los Centros de Medicare y Medicaid. Durante la pandemia, su trabajo fue elogiado por la Dra. Deborah Birx, quien la describió como una experta en el ámbito de la tecnología de salud pública.

¿Qué sigue para Gleason?

Con múltiples demandas en curso contra DOGE y crecientes llamados para exigir transparencia, el futuro de Gleason en la administración de Trump es incierto. Mientras tanto, su trabajo sigue marcado por la ambigüedad de su rol y por la sombra de Elon Musk, cuya influencia sobre DOGE es cada vez más evidente.

¿Será Gleason una líder discreta con una verdadera agenda de eficiencia gubernamental, o es solo una figura simbólica en una vasta estrategia de desregulación? El tiempo –y las múltiples investigaciones en curso– darán la respuesta.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press