El estado de Texas enfrenta crisis en viviendas de recuperación para adictos
Una nueva ley busca mejorar los estándares, pero la falta de fondos y certificaciones complica el acceso a tratamientos vitales.
Un sistema en crisis: la lucha por la recuperación
En Texas, cientos de personas en recuperación de adicciones buscan un espacio seguro para reconstruir sus vidas. Sin embargo, una nueva ley estatal que exige la acreditación de las viviendas de recuperación para recibir fondos públicos ha generado incertidumbre. Con apenas 407 viviendas acreditadas de las más de 600 que operan en el estado, muchas instalaciones enfrentan el riesgo de cerrar o quedarse sin apoyo financiero.
¿Qué es una vivienda de recuperación?
Una vivienda de recuperación es un hogar donde individuos en proceso de rehabilitación conviven con otras personas en situaciones similares. Estos espacios proporcionan apoyo comunitario, supervisión y condiciones que fomentan la sobriedad. Según el National Alliance for Recovery Residences (NARR), estas viviendas se dividen en cuatro niveles, desde hogares gestionados por los propios residentes hasta instalaciones con supervisión clínica.
La importancia de la acreditación
Aunque la intención de la ley es asegurar estándares de calidad en estas viviendas, su implementación ha sido un desafío. La acreditación requiere cumplir con normas estrictas de operación, seguridad y apoyo clínico. Sin embargo, el costo del proceso, que varía entre $500 por solicitud y $10 por cama, ha sido inaccesible para muchas organizaciones. Actualmente, Texas ocupa el puesto 33 a nivel nacional en disponibilidad de viviendas de recuperación.
Falta de fondos: un obstáculo insuperable
El estado ha destinado $10 millones al programa de recuperación de adicciones en el año fiscal 2024, pero la mayor parte de estos fondos ha ido a Oxford House, una organización con contrato exclusivo. Muchos hogares independientes dependen de tarifas residenciales y donaciones para operar, lo que limita su capacidad para mejorar infraestructura o contratar personal capacitado.
Impacto en los residentes
Para personas como Lyndsi Taylor, quien ha luchado con el abuso de sustancias tras la muerte de su hija, encontrar una vivienda de recuperación adecuada ha sido un reto. "He estado en lugares infestados de cucarachas y donde la gente aún consume drogas", relata. Su experiencia refleja una realidad difícil: sin financiamiento ni certificaciones, muchos centros pueden convertirse en refugios inseguros y mal administrados.
Posibles soluciones
- Aumento del presupuesto estatal: se necesitan al menos $4.3 millones adicionales para apoyar la acreditación de más viviendas.
- Programas de subsidios: ofrecer incentivos financieros a los centros que busquen mejorar sus estándares.
- Monitoreo y fiscalización: asegurar que todas las viviendas cumplan con requisitos básicos sin sobrecargar económicamente a los proveedores.
La recuperación es un proceso largo y complejo. Texas enfrenta el reto de garantizar que aquellos que buscan una segunda oportunidad tengan acceso a un entorno digno y seguro. Sin inversión adecuada, la crisis de adicciones en el estado será aún más difícil de combatir.