Vivienne Westwood: La Rebelión Continúa en la Semana de la Moda de París
Andreas Kronthaler rinde homenaje a la irreverencia y el legado de Westwood con una colección audaz y teatral
La pasarela de Vivienne Westwood en la Semana de la Moda de París fue un espectáculo de rebeldía y sofisticación. Andreas Kronthaler, quien ha mantenido vivo el espíritu de la icónica diseñadora, presentó una colección que desafía las normas convencionales de la moda con un despliegue de texturas, cortes audaces y un toque de ironía.
El poder del 'power suiting'
Desde sus inicios, Vivienne Westwood ha sido sinónimo de moda subversiva, y esta colección reafirma su legado. "No hay nada más sexy que un traje", se leía en las notas del desfile, destacando la prominencia de los trajes sastre en la colección. Blazers oversize, camisas de seda y pantalones transformados en faldas asimétricas dominaron la pasarela, brindando una visión nueva y provocadora del empoderamiento femenino.
Un juego de texturas e ironía
Kronthaler se dio el lujo de jugar con texturas extremas. Los abrigos de lana burda contrastaban con hoods metálicos brillantes y jerséis de punto moteado. Además, vestidos de terciopelo y tul exageraban la silueta con almohadillas pronunciadas en caderas y hombros, un guiño teatral a la distorsión de la figura femenina en la historia de la moda.
Accesorios y detalles que desafían lo convencional
Todo el desfile estuvo impregnado de la clásica ironía de Westwood: zapatos peludos, medias desparejadas y bolsos en forma de jaulas doradas evocaban una elegancia irreverente. La opulencia y la excentricidad encontraron un punto intermedio en estos detalles, con una estética que balancea la alta costura con el punk británico de los años 80.
El homenaje a Londres y su energía
Marcando sus 30 años en Londres, Kronthaler trajo referencias sutiles a la capital británica, desde patrones clásicos a lo Savile Row hasta guiños a la cultura underground de la ciudad. La fusión de lo histórico con lo vanguardista es un sello característico de Westwood, y esta colección lo reafirma magistralmente.
La colección cerró con un dramático momento en el que Kronthaler, con un ramo en mano, lanzó flores al público, un gesto teatral que encapsuló la esencia festiva y desafiante de la firma. Así, Vivienne Westwood sigue siendo sinónimo de moda irreverente y provocadora, asegurando su lugar como una de las casas de moda más influyentes del siglo XXI.
