Una coalición internacional para Ucrania: ¿Garantía de paz o nuevo foco de tensiones?

Francia y Reino Unido lideran esfuerzos para formar una fuerza militar disuasoria en Ucrania, pero las dudas sobre su efectividad y respuesta ante una nueva agresión rusa siguen sin resolverse.

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Una nueva estrategia para contener a Rusia

El conflicto en Ucrania ha obligado a Occidente a buscar nuevas formas de garantizar la seguridad en la región una vez que se establezca un alto al fuego. En este contexto, Francia y Reino Unido han tomado la iniciativa para conformar una coalición internacional que disuada a Rusia de futuras agresiones. Con la participación de más de 30 países, excepto Estados Unidos, este esfuerzo busca responder a una pregunta clave: ¿qué tipo de fuerza militar y medidas serían necesarias para garantizar la estabilidad en Ucrania?

El encuentro clave en París

Un grupo de líderes militares y políticos de países de la OTAN, junto a representantes de naciones de la Commonwealth y potencias asiáticas, se reunieron en París para definir los lineamientos de esta fuerza disuasoria. Entre los puntos tratados estuvieron el tamaño del contingente, su ubicación y, lo más crucial, qué tipo de respuesta militar habría en caso de una nueva agresión rusa.

Según fuentes oficiales francesas, la iniciativa busca agrupar las capacidades militares de los países participantes para ofrecer una presencia estratégica en Ucrania, sin necesidad de desplegar fuerzas en la línea de combate. Se trataría de una estrategia que incluiría armamento avanzado, la posibilidad de implementar ataques directos y la presencia de fuerzas de reacción rápida para contrarrestar cualquier violación del cese al fuego.

¿Un plan viable o una promesa vacía?

A pesar de los esfuerzos europeos, muchas interrogantes siguen sin responderse. Ucrania ha manifestado su escepticismo sobre la efectividad de esta “coalición de los dispuestos” y exige garantías concretas. Para Kiev, la clave radica en la rapidez y contundencia de la respuesta ante una nueva incursión rusa y cómo se articularía una reacción militar realista.

Volodymyr Zelenskyy, presidente ucraniano, ha enfatizado que el despliegue de tropas extranjeras no sería suficiente, y ha abogado por un respaldo más amplio, incluyendo envíos continuos de armas desde Europa y Estados Unidos, así como inversiones en la industria de defensa nacional.

La exclusión de Estados Unidos y el papel de Europa

Un elemento sorpresivo en estos planes ha sido la ausencia de Washington en los diálogos. Francia y Reino Unido están buscando demostrar que Europa puede tomar el liderazgo en la seguridad regional, sin depender de Estados Unidos. Sin embargo, la falta de compromiso por parte de la administración de Joe Biden podría ser vista como una señal de debilidad, especialmente si Donald Trump regresa a la Casa Blanca con una postura más aislacionista.

“Si Europa quiere ser un actor relevante, debe asumir este desafío”, afirmó un alto funcionario francés. La clave será lograr que suficientes países se sumen con contribuciones concretas para que el plan tenga peso y disuada a Rusia de intentar otra ofensiva.

El futuro de Ucrania en manos de Occidente

La creación de esta fuerza disuasoria es una apuesta de alto riesgo. Si bien puede ofrecer a Ucrania una red de seguridad a mediano plazo, la falta de claridad sobre los protocolos de acción en caso de una nueva agresión genera incertidumbre. Además, el compromiso de algunos países puede verse afectado por factores políticos internos y la disponibilidad de recursos.

El éxito de este plan dependerá de dos factores principales: la rapidez con la que se pueda desplegar un contingente efectivo y la capacidad de los países involucrados para responder con contundencia ante cualquier violación del futuro alto al fuego. Por ahora, la promesa persiste, pero la ejecución sigue siendo incierta.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press