El Torneo NCAA que Nunca fue: La Devastadora Cancelación de 2020
A cinco años de la cancelación de March Madness, el impacto aún resuena en el baloncesto universitario
La emoción del baloncesto universitario alcanza su punto máximo cada marzo con el torneo de la NCAA, conocido como March Madness. Sin embargo, en 2020, este evento colapsó abruptamente debido a la pandemia de COVID-19, dejando a jugadores, entrenadores y fanáticos sumidos en la incredulidad.
Robert Morris y la oportunidad perdida
Para el entrenador Andrew Toole y su equipo de Robert Morris, la cancelación del torneo fue una de las experiencias más desgarradoras de sus carreras. Toole recordó cómo, después de ganar el título del torneo de la Horizon League, el equipo apenas tuvo tiempo de celebrar antes de recibir la noticia de la suspensión definitiva del torneo de la NCAA.
"Fue el peor vestuario en el que he estado", dijo Toole, refiriéndose a la reunión posterior a la cancelación en marzo de 2020. "Cuando ganas el derecho de jugar en el mejor torneo del baloncesto universitario y te lo quitan, es devastador".
El impacto en el baloncesto universitario
Robert Morris no fue el único perjudicado. Programas de todos los niveles sufrieron las consecuencias. Equipos como Dayton, que había alcanzado uno de los mejores rankings de su historia, se quedaron sin la oportunidad de demostrar su valía en la gran escena. Lo mismo ocurrió con Kansas, Gonzaga y San Diego State, todos aspirantes legítimos al título.
El 12 de marzo de 2020, la NCAA anunció la cancelación de todos los campeonatos de invierno y primavera, sumando el baloncesto a una larga lista de competencias deportivas suspendidas indefinidamente. El comisionado de la SEC, Greg Sankey, rememoró la decisión recientemente en redes sociales: "Hace cinco años no estábamos haciendo esto. Nunca hay que dar por sentado las oportunidades especiales".
El momento en que todo se detuvo
El impacto del COVID-19 en el deporte ya se había sentido un día antes, el 11 de marzo de 2020, cuando la NBA suspendió su temporada tras el positivo de Rudy Gobert. Más tarde esa noche, el entrenador de Nebraska, Fred Hoiberg, generó temor en el torneo de la Big Ten al enfermarse visiblemente en el banco de suplentes; aunque no tenía COVID, el pánico ya se había desatado.
El 12 de marzo, mientras los equipos de Michigan y Rutgers calentaban para un partido del torneo de la Big Ten, y UMass y VCU hacían lo mismo en el torneo de la Atlantic 10, los organizadores anunciaron que los juegos no se disputarían. Mike Rhoades, entonces entrenador de VCU, recordó el momento: "Faltaban dos minutos para comenzar el partido, estábamos concentrados, con la mentalidad lista... y nos anuncian que no hay partido. Fue surrealista".
Un recuerdo que aún pesa
Para los jugadores que vivieron esa experiencia, la cancelación del March Madness sigue siendo una herida abierta. Josh Omojafo, actual guardia de Robert Morris, afirmó: "Sabíamos lo que pasó en 2020 y lo usamos como motivación. Este año queríamos recuperar lo que se les negó en ese momento".
Aunque la NCAA ha continuado con sus torneos en años posteriores, el torneo perdido en 2020 será recordado siempre como la edición que nunca fue, dejando una marca imborrable en la historia del baloncesto universitario.