Haití al Borde del Colapso: El Avance Imparable de las Pandillas
Con el 85% de la capital bajo control criminal y más de un millón de desplazados, el país enfrenta uno de sus momentos más oscuros.
Una crisis fuera de control
Haití se encuentra en una crisis sin precedentes. Las pandillas, cada vez más organizadas y agresivas, han tomado el control del 85% de la capital, Port-au-Prince. La reciente ofensiva de la coalición Viv Ansanm ha llevado a la expulsión de decenas de familias de sus hogares, mientras la policía haitiana trata desesperadamente de contener el avance de estos grupos criminales.
El martes por la noche, estallaron combates en el barrio de Carrefour-Feuilles, y un grupo de sacerdotes quedó atrapado dentro de una iglesia mientras se desataba la violencia a su alrededor. En paralelo, estudiantes de una escuela católica cercana al emblemático hotel Oloffson fueron evacuados debido a los tiroteos en la zona.
¿Un estado fallido?
“El riesgo de que la capital caiga completamente bajo el control de las pandillas es palpable”, advirtió William O’Neill, experto en derechos humanos de la ONU. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación la falta de respuesta efectiva del gobierno haitiano, cuya autoridad parece disolverse ante el poder creciente de estos grupos. Desde el año pasado, más de 5,600 personas han sido asesinadas debido a la violencia pandillera en Haití.
Además de los asesinatos, más de un millón de haitianos han sido desplazados internamente, generando una crisis humanitaria de enormes proporciones. El acceso a alimentos, atención médica y servicios básicos es cada vez más escaso, mientras que los secuestros y saqueos se han convertido en parte del día a día.
¿Dónde está la ayuda internacional?
Si bien existen misiones respaldadas por la ONU, como la liderada por policías kenianos, la falta de financiamiento y personal ha dejado a estas iniciativas sin la capacidad de hacer frente a la magnitud del problema. Estados Unidos ha reconocido la insuficiencia de recursos y ha instado a un fortalecimiento de la operación, pero hasta ahora, las soluciones concretas brillan por su ausencia.
Mientras tanto, grupos de autodefensa han comenzado a surgir en diversas partes del país. Cansados de la inacción gubernamental, algunos ciudadanos han decidido tomar las armas para defenderse. Sin embargo, sin un liderazgo unificado ni preparación adecuada, esta estrategia podría derivar en una violencia aún más caótica y descontrolada.
Una historia de crisis
Haití no es ajeno a la inestabilidad. Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, el país ha experimentado una espiral de violencia incontrolable. La corrupción, la falta de infraestructura y la pobreza extrema han convertido a Haití en un estado fallido a ojos de muchos analistas. La pregunta que queda en el aire es: ¿podrá el país recuperarse alguna vez?
Por ahora, la realidad es que miles de haitianos viven en constante estado de terror. Con bloqueos en las principales carreteras, falta de alimentos y un gobierno aparentemente incapaz de actuar, las perspectivas son desalentadoras. Haití necesita ayuda, pero el tiempo se está agotando.