España y su desafío con el gasto en defensa: ¿Puede Sánchez cumplir con la OTAN?
El gobierno español enfrenta obstáculos políticos y económicos para alcanzar el 2% del PIB en inversión militar
España y su compromiso con la OTAN: una cuestión de credibilidad
El primer ministro de España, Pedro Sánchez, ha manifestado ante sus aliados europeos su intención de aumentar el gasto en defensa hasta el 2% del PIB, tal como exige la OTAN. Este compromiso llega en un contexto en el que Europa busca reforzar sus capacidades militares, en medio de temores sobre una posible retirada estadounidense del apoyo a la seguridad del continente.
Sin embargo, en el ámbito interno, Sánchez enfrenta una compleja red de desafíos políticos que dificultan la ejecución de este objetivo. Su gobierno se encuentra dividido encoalición con socios de izquierda que se oponen a un aumento en defensa, y la relación tensa con la oposición dificulta la posibilidad de llegar a un consenso en el Parlamento.
España, a la cola en gasto militar de la OTAN
España es uno de los países con menor inversión en defensa dentro de la OTAN. En 2023, el país destinó solo el 1.28% de su PIB a gasto militar, lejos del estándar del 2% establecido por la Alianza. Este bajo nivel de inversión ha sido criticado en reiteradas ocasiones por líderes de la OTAN y, más recientemente, por el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien declaró que España “no está contribuyendo lo suficiente”.
A nivel europeo, el crecimiento del gasto militar se ha convertido en una prioridad tras la invasión rusa a Ucrania. Países como Alemania, Polonia y los países bálticos han incrementado de manera significativa su inversión en defensa, mientras que España enfrenta desafíos políticos y económicos que obstaculizan este avance.
División política: ¿puede Sánchez lograr un consenso?
Uno de los principales inconvenientes para Sánchez proviene de su propio gobierno. Su coalición con formaciones de izquierda, que privilegian el gasto en bienestar social, ha generado resistencias dentro de su administración. Según el economista Antonio Fonfría, especialista en defensa, una parte del gobierno considera que un aumento en gasto militar perjudicaría sectores clave como educación, sanidad y servicios sociales.
Por otro lado, la oposición, liderada por el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo, critica la falta de un plan claro por parte del gobierno. Feijóo ha exigido que cualquier incremento en el presupuesto de defensa pase por el Parlamento, lo que introduce un obstáculo adicional, dado el ambiente hostil entre ambos partidos.
España y su estrategia de seguridad: más allá del ejército
A diferencia de los países del este de Europa, España no enfrenta una amenaza militar directa por parte de Rusia. Según Sánchez, el principal peligro para el país proviene de riesgos híbridos, como ataques cibernéticos y la desinformación.
En este sentido, la estrategia del gobierno español busca fortalecer la seguridad nacional no solo a través del aumento del gasto militar, sino también mediante inversiones en ciberseguridad y la modernización del equipamiento técnico de las fuerzas de defensa.
¿Puede España cumplir con el 2% del PIB en defensa?
Un factor que complica la situación es el propio crecimiento económico de España. En 2023, la economía española creció un 3%, por encima de la media de la eurozona, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Si bien esto es positivo en términos generales, también significa que alcanzar el 2% del PIB en gasto militar requerirá mayores recursos de los previstos.
Aún no hay claridad sobre cuándo y cómo se alcanzará la meta establecida por la OTAN. Sánchez ha asegurado que cualquier aumento en defensa no afectará el gasto social, pero sin una estrategia concreta y con la división política actual, parece difícil que España logre cumplir con su compromiso en el corto plazo.
Con Europa acelerando su rearme y una incertidumbre creciente sobre el papel de Estados Unidos en la seguridad del continente, la presión sobre España no hará más que aumentar en los próximos años. La clave estará en si el gobierno puede encontrar una solución viable que le permita cumplir con sus obligaciones de seguridad sin desatar una crisis política interna.