PSG invencible: el renacimiento silencioso bajo Luis Enrique

Sin Mbappé pero con más equipo: cómo el PSG se reinventó, dominó la Ligue 1 sin perder un solo partido y aseguró su futuro con jóvenes talentos

Un título sin precedentes (o casi)

El Paris Saint-Germain conquistó su 13º título de la Ligue 1 con seis jornadas de antelación y sin perder un solo partido. Esta hazaña, lograda en abril de 2025, lo convierte en el segundo equipo más precoz en sellar la liga francesa, solo superado por la versión de 2016 del mismo club.

Pero este campeonato tiene un sabor distinto: se logró sin la figura de Kylian Mbappé, quien partió al Real Madrid. Donde muchos preveían un colapso, el entrenador Luis Enrique encontró una nueva identidad: un equipo basado en la colectividad, jóvenes promesas hambrientas y decisiones tácticas valientes.

El adiós de Mbappé: bendición sacrificada

Nadie duda de la calidad de Kylian Mbappé: 256 goles con el PSG, innumerables goles salvadores en los últimos minutos y carisma de superestrella. Pero su presencia, aunque brillante, oscurecía problemas estructurales en defensa, en el medio campo, e incluso en la misma cohesión grupal.

Luis Enrique, recién llegado al banquillo tras la salida de Christophe Galtier, fue claro desde el primer día: "Mbappé no es reemplazable con un solo jugador. Lo reemplazaremos como equipo". Y así fue.

Una plantilla rejuvenecida y hambrienta

En lugar de fichar otra estrella galáctica, el PSG apostó por incorporar jóvenes talentos con hambre de gloria, encabezados por nombres que hoy resuenan en toda Europa: Bradley Barcola (22 años), Désiré Doué (19) y Ibrahim Mbaye (16).

El resultado fue explosivo. El PSG registró cuatro jugadores con más de 10 goles esta temporada, el doble que en la campaña anterior:

  • Ousmane Dembélé: 32 goles (21 en liga)
  • Bradley Barcola: 18
  • Gonçalo Ramos: 14
  • Désiré Doué: 11

Este nuevo PSG no tiene un faro único. Es un enjambre de creatividad, presión alta, movimientos coordinados y un hambre que hace recordar a equipos como el Ajax de 2019 o el Borussia Dortmund de Klopp.

Dembélé, la resurrección del jugador eterno

Cuando PSG fichó a Ousmane Dembélé de Barcelona, muchos dudaron. Su historial estaba plagado de lesiones, bajo rendimiento y una etiqueta de eterna promesa. Todo cambió este año.

En parte, gracias a un cambio táctico brillante. Luis Enrique abandonó la idea de un extremo puro y colocó a Dembélé como "enganche móvil", con libertad para cortar al medio o desbordar hacia banda. Lo liberó.

Resultado: máximo goleador de la Ligue 1 con 21 goles, y 32 en total. Superó su mejor registro anterior (14 goles en una temporada con el Barça en 2018-19). Luis Enrique no solo recuperó a un jugador: creó una figura dominante.

Trabajo duro, no nombres

El cambio cultural en PSG se hace evidente en un detalle: la disciplina. Dembélé fue incluso castigado y dejado fuera de un partido de Champions contra Arsenal por una falta disciplinaria. PSG perdió ese partido, pero Luis Enrique envió un mensaje al vestuario:

"Aquí nadie está por encima del grupo".

No más concesiones como en la era Neymar - Cavani - Ibrahimovic. No más decisiones de marketing por encima del fútbol. Luis Enrique restauró la meritocracia en un vestuario lleno de talentos potenciales.

Kvaratskhelia: la guinda del pastel

Durante la primera mitad de la temporada, aunque el PSG ganaba, muchos señalaban un ataque predecible. Entonces llegó Khvicha Kvaratskhelia. El georgiano arribó desde Napoli por 70 millones de euros, y cambió el juego.

Versátil, técnico, incansable en el repliegue y desequilibrante en el uno contra uno, le dio a Luis Enrique un comodín táctico capaz de jugar ambos extremos. Kvaratskhelia sumó goles, asistencias y lo más relevante: ayudó en defensa.

Super suplentes: Gonçalo Ramos y compañía

Pocos equipos pueden permitirse tener en el banquillo a jugadores como Gonçalo Ramos, autor de 14 goles en 30 partidos. En otros clubes sería titular indiscutible.

En PSG, sin embargo, prima el concepto de "equipo por encima del individuo". Ramos nunca se quejó de su rol, no protestó ante la rotación, y fue clínico cada vez que le tocó entrar.

Lo mismo aplica para el joven Ibrahim Mbaye. Debutó en Ligue 1 con apenas 16 años, se convirtió en el jugador más joven del club en hacerlo, firmó contrato profesional en febrero y ya anotó su primer gol.

Una defensa sólida, pero no impenetrable

PSG permitió solo 26 goles en 28 partidos, un promedio de menos de un gol por partido. Aunque el portero Donnarumma tuvo algunos errores, la línea defensiva liderada por Marquinhos fue sólida y confiable.

El capitán brasileño alcanzó los 10 títulos de Ligue 1 y las 477 apariciones con el club desde su llegada en 2013. Su liderazgo es la columna vertebral de este nuevo PSG.

¿Invencibles como el Arsenal de Wenger?

Con 28 partidos sin perder (23 victorias y 5 empates), al PSG le restan seis jornadas para lograr una gesta rara en el fútbol moderno: completar una temporada sin derrotas. Solo el mítico Arsenal de la temporada 2003-04 logró algo similar en una liga top.

¿Lo conseguirán? Es difícil. Pero su consistencia —no han perdido ni en Champions League hasta ahora— les da una posibilidad muy real.

El futuro es ahora

Este PSG, sin dudas, ha dejado atrás la era de las superestrellas mimadas y ha abrazado un modelo más sostenible y colectivo. Con un promedio de edad inferior a 24 años, opciones múltiples en el ataque, y liderazgo desde el banquillo, el club parisino parece tener la fórmula para triunfar a largo plazo.

Y todo bajo la silenciosa pero firme batuta del técnico asturiano Luis Enrique, que muchos dudaron al inicio, pero que con hechos ha demostrado que su visión de fútbol va más allá de los nombres: se basa en el juego, el grupo y la evolución constante.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press