El 'Síndrome Duke': Grandes equipos del baloncesto universitario que fracasaron en su intento por el título
Un recorrido por los equipos históricos que terminaron su temporada de manera decepcionante, a pesar de dominar las estadísticas y las expectativas
Dominio, cifras históricas, estrellas de NBA... y aun así, nada. El baloncesto universitario está plagado de historias de éxito inesperado, pero también de fracasos dolorosos de equipos que parecían destinados a la gloria. El 'Síndrome Duke' de 2025, nombrado así por el colapso de la universidad más temida del año, revive una narrativa recurrente: ser el mejor no garantiza el campeonato.
¿Qué pasó con Duke en 2025?
Liderados por Cooper Flagg, estrella nacional e imagen del torneo, Duke tenía todo para coronarse campeón. Su calificación de eficiencia neta según KenPom era de +39.62, la segunda mejor en la historia registrada desde 1997. Pero el equipo falló estrepitosamente en la Final Four frente a Houston, desperdiciando una ventaja considerable y cerrando una brillante temporada regular con un amargo sabor de boca. El entrenador Jon Scheyer lo resumió con resignación: “Ha sido un viaje especial que terminó de manera desgarradora”.
El 'Club de los Casi Campeones'
La derrota de Duke es solo el episodio más reciente en una saga de equipos de élite que no lograron llegar a la meta. A continuación, exploramos algunos de los casos más emblemáticos desde 1985, cuando el torneo de la NCAA se expandió a 64 equipos.
1984-85 Georgetown: El principio del mito
Con Patrick Ewing como jugador del año y dirigido por John Thompson, los Hoyas eran los campeones defensores. Pero se toparon con la magia de Villanova, octavo sembrado que tuvo una noche perfecta, lanzando con un 78.6% de acierto (22 de 28), aún récord en finales. La inesperada victoria de Rollie Massimino perdura como una de las mayores sorpresas en la historia del torneo.
1990-91 UNLV: Los invencibles que no lo fueron
El equipo de Jerry Tarkanian parecía imparable. Invictos (34-0) hasta la Final Four, liderados por Larry Johnson y promediando casi 98 puntos por partido, sucumbieron ante Duke, en una revancha épica del año anterior. UNLV no solo perdió la chance de ser el primer campeón invicto desde Indiana en 1976, sino también la oportunidad de convertirse en una dinastía.
1992-93 Michigan: La tragedia del "timeout"
Los “Fab Five”, una clase de primer año que cambió la cultura del baloncesto universitario, estuvieron a un paso del título dos veces. Su caída ante North Carolina se vio marcada por un error que se transformó en leyenda: Chris Webber pidió un tiempo muerto inexistente, lo cual resultó en una técnica fatal.
1996-97 Kansas: ¿El mejor equipo de Roy Williams?
Con figuras como Paul Pierce y Raef LaFrentz, Kansas aterrorizaba a sus rivales en ambos extremos de la cancha. Pasaron más de 15 semanas en la cima del ranking AP, pero fueron eliminados en el Sweet 16 por Arizona, que luego se coronaría campeón. Otro equipo de estadísticas imponentes que quedó en el camino.
1997-98 North Carolina: El adiós prematuro
Con estrellas como Antawn Jamison y Vince Carter, y con el mejor rating ofensivo del año según KenPom (126.3 por 100 posesiones), los Tar Heels eran favoritos. Sin embargo, cayeron ante Utah en San Antonio, dejando frustrada una temporada que prometía el cielo.
1998-99 Duke: El mejor equipo analíticamente hablando
La calificación neta de +43.01 es hasta hoy la mejor jamás registrada por KenPom. Cuatro de sus jugadores terminaron en el Top 14 del Draft de la NBA, incluido Elton Brand. Su final ante UConn terminó en lágrimas, con Richard Hamilton y Khalid El-Amin dando a los Huskies su histórico primer título.
2004-05 Illinois: Romanticismo en la derrota
Illinois no solo tenía a un trío espectacular en Deron Williams, Luther Head y Dee Brown, sino que también lideraron el ranking durante los últimos 15 sondeos. Su derrota ajustada ante North Carolina es vista con una nostalgia casi poética.
2007-08 Memphis: El libreto no se cumplió
Derrick Rose tenía toda la pinta de ser el héroe. Memphis ganaba por nueve con poco más de dos minutos por jugar. Pero Mario Chalmers, con su triple icónico, puso todo patas arriba, dando lugar a la victoria de Kansas en la prórroga.
2014-15 Kentucky: Invictos... hasta que no
Con 38 victorias seguidas, parecía que era cuestión de tiempo antes de que Kentucky se proclamara campeón. No sucedió. Wisconsin se interpuso en el camino con una actuación completa que neutralizó a los hombres de John Calipari.
2018-19 Duke: Zion-manía truncada
Zion Williamson fue una fuerza de la naturaleza. Junto a RJ Barrett y Cam Reddish formaron uno de los tríos más explosivos de la era moderna. Sin embargo, Tom Izzo y Michigan State les pasaron por encima en el Elite Eight, robando el protagonismo y el boleto a la Final Four.
2020-21 Gonzaga: COVID, presión y Baylor
La pandemia no detuvo a los Zags de Mark Few, quienes buscaron emular a los Indiana del 76. Invictos durante toda la temporada, fueron aplastados por un Baylor arrollador en la final. La excelencia no bastó ante un equipo mejor preparado para la noche definitiva.
Análisis: ¿Por qué fallan los favoritos?
A lo largo de los años, hay varios patrones que se repiten entre estos equipos:
- Presión mediática: Equipos seguidos constantemente por medios y aficionados suelen cargar con un peso emocional significativo.
- Rival subestimado: Todos los derrotados tenían mejores números, pero fueron vencidos por equipos con menos estrellas y más cohesión puntual.
- Errores mentales: Desde tiempos fuera indebidos hasta triples no defendidos; los grandes también se equivocan.
- Formato del torneo: El sistema de «muerte súbita» de la NCAA produce sorpresas. Una sola mala noche basta para derrumbar una temporada perfecta.
El futuro de Duke y el legado de 2025
La temporada de Duke 2025 no será recordada por sus triunfos, sino por su caída estrepitosa contra Houston. Con Cooper Flagg en camino a ser una estrella en la NBA, el equipo quedará en los libros como otro gigante que cayó antes de tocar la cima. Lo que debía ser una coronación terminó en una lección: estadísticas, fama y talento no siempre son garantía de victoria.
Otros casos por observar
Sería injusto no mencionar casos recientes que amenazan con unirse al club. Los equipos de Purdue y Alabama de los últimos años, así como el revuelo en torno a programas emergentes como FAU o San Diego State, nos muestran que el torneo sigue siendo imprevisible. La única certeza en marzo es la incertidumbre.
“March Madness” no perdona, y los grandes equipos olvidan que en este juego no gana el que más promete, sino el que más cumple cuando la presión arde.