¿Una nueva Gaza? La expansión israelí detrás del conflicto y sus implicaciones a largo plazo

El desmantelamiento de Gaza no solo responde a fines militares: expertos y organismos de derechos humanos advierten que Israel podría estar sembrando el terreno para un control permanente

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Una guerra que rebasa los límites del campo de batalla

Desde que el 7 de octubre de 2023 Hamas irrumpiera en territorio israelí provocando la muerte de aproximadamente 1,200 personas y el secuestro de 251, Israel ha intensificado su ofensiva militar sobre la Franja de Gaza a niveles sin precedentes. Pero más allá de la respuesta inmediata tras el ataque, los acontecimientos recientes muestran indicios de un transformador y desolador rediseño geográfico en Gaza, cuyos efectos podrían perdurar mucho más allá del fin del conflicto actual.

El crecimiento de la "zona tapón": ¿medida de seguridad o expansión territorial?

Israel controla hoy más del 50% de la Franja de Gaza, según diversas ONG y expertos en geopolítica. Uno de los cambios más significativos ha sido la creación y ampliación meticulosa de una zona de amortiguamiento dentro del propio territorio gazatí, cuyo ancho ha llegado a alcanzar los 3 kilómetros en varias partes. En los primeros días de la guerra, se estableció una zona de seguridad de más de 1 km de profundidad cerca del borde israelí. Hoy, no solo ha duplicado su tamaño, sino que al parecer ha sido diseñada para ser un cinturón de control permanente.

El Netzarim Corridor (Corredor de Netzarim) también ha jugado un papel en esta fragmentación territorial: una franja de tierra clave que separa el norte y sur de Gaza, con efectos profundos en la movilidad, el acceso a recursos y la cohesión social de sus más de 2 millones de habitantes.

El desmantelamiento sistemático: "ellos no volverán nunca más"

Los testimonios de soldados israelíes, algunos recogidos por la organización Breaking The Silence —un grupo de veteranos contra la ocupación—, revelan cómo la demolición en la zona tapón fue metódica. Viviendas destruidas, invernaderos arrasados, tuberías de riego cortadas, árboles de ciento cincuenta años talados. Varios soldados admitieron haber recibido órdenes directas de demoler cualquier tipo de infraestructura que pudiera proporcionar cobijo o utilidad a los palestinos.

Destruyeron todo lo que pudieron. Dispararon a cualquier cosa que pareciera funcional... los palestinos no tendrán nada a lo que regresar, no volverán, nunca”, confesó un soldado que operaba un tanque en la frontera con Gaza.

¿El objetivo? Imposibilitar el retorno. Según Human Rights Watch, estas acciones entran en la categoría de limpieza étnica. Nadia Hardman, investigadora del organismo, aseguró que la lógica detrás del desmantelamiento es hacer que los residentes de Gaza no puedan o no quieran regresar jamás, lo que violaría claras estipulaciones del Derecho Internacional Humanitario (DIH).

La expansión de puestos militares y desplazamiento masivo

Imágenes satelitales analizadas por científicos, entre ellos Yaakov Garb de la Universidad Ben Gurion, muestran no solo el paisaje desolado de Gaza, también la aparición de al menos una decena de nuevos puestos militares israelíes tras el último cese al fuego.

Estas construcciones, junto con la destrucción masiva en el corredor fronterizo, han provocado desplazamientos forzados. Algunos como Nidal Alzaanin, un agricultor de 55 años, ya han tenido que dejar sus hogares dos veces desde 2023. La primera vez regresó a una casa hecha ruinas; la segunda vez, ni siquiera tuvo la oportunidad, porque la tierra misma fue ocupada.

Tardé 20 años en construir una casa y, en cinco minutos, destruyeron todos mis sueños y los de mis hijos”, compartió desde un refugio improvisado en Gaza City.

Las zonas alrededor de hospitales ya no son seguras

Históricamente, los hospitales han sido considerados espacios seguros durante conflictos armados. Sin embargo, en esta guerra, ni siquiera esas reglas han sido respetadas. Tendas improvisadas alrededor de hospitales como el Nasser en Khan Younis o el Al-Aqsa en Deir al-Balah han sido blanco de ataques aéreos.

Uno de los más recientes cobró la vida de Yousef al-Faqawi, un periodista de la cadena Palestine Today, y dejó a otros seis reporteros heridos. El ejército israelí alegó que el objetivo era un "militante de Hamas," sin proporcionar pruebas claras.

Muchos habitantes desplazados consideraban estos perímetros hospitalarios como su último refugio. El ataque a estas áreas ha profundizado la percepción de que ya no existe ningún lugar seguro en todo Gaza.

¿Un control permanente disfrazado de medida temporal?

El propio primer ministro Benjamin Netanyahu ha dejado en claro que incluso si Hamas cae, Israel mantendrá el control de seguridad en toda Gaza. Esto implica que la ocupación no sería temporal, sino una estrategia de control político y territorial sostenido. Como si fuera poco, Netanyahu ha defendido la implementación del plan del expresidente estadounidense Donald Trump para la "emigración voluntaria" de los palestinos a terceros países. Algo que, según grupos de derechos humanos como Amnistía Internacional, se podría traducir en expulsiones forzadas y violaciones del derecho internacional.

El balance de una guerra que ya ha cobrado una generación

Según el Ministerio de Salud de Gaza, más de 50,000 palestinos han muerto desde el inicio de la guerra, la mayoría mujeres y niños. Israel asegura haber asesinado a 20,000 militantes de Hamas, aunque no ha proporcionado evidencias que lo respalden.

La densidad de la destrucción es tal que se estima que un 90% de la población gazatí ha sido desplazada. La falta de acceso a comida, combustible, medicinas y ayuda humanitaria desde marzo agrava un escenario donde la supervivencia es ya una proeza diaria.

¿Qué dicen los analistas israelíes?

Algunos expertos israelíes afirman que el objetivo no es ocupar Gaza, sino garantizar la seguridad nacional ante un enemigo como Hamas. Kobi Michael, investigador del Institute for National Security Studies, lo explica así:

“Esto es algo que cualquier país sensato haría con respecto a sus fronteras si está al lado de una entidad hostil.”

Pero las declaraciones como las de Netanyahu y las acciones contadas por soldados directamente involucrados sobre el terreno parecen contradecir esa narrativa. La destrucción metódica, las restricciones humanitarias y los intentos por redibujar territorialmente Gaza no se limitan a medidas transitorias.

Gaza en ruinas: ¿reconstrucción o punto final?

Con un territorio mayormente reducido a escombros, sin infraestructura agrícola ni habitacional, devastadas sus escuelas, hospitales y centros comunitarios, Gaza enfrenta una crisis existencial. No se trata ya solo de sobrevivir el presente: es el temor creciente a que el futuro simplemente no contemple un retorno, una reconstrucción o el ejercicio de la autodeterminación.

Mientras los soldados arrasan con campos de cultivo y los drones pulverizan barrios enteros, la pregunta no es solo si habrá paz, sino si Gaza seguirá existiendo como hogar posible para su pueblo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press