El impacto económico de los aranceles de Trump: ¿una recesión en puerta o una táctica de presión comercial?
Los recientes aumentos arancelarios despiertan temor en Wall Street y reavivan el debate sobre la estabilidad de la economía estadounidense
Una economía en alerta: el temor a la recesión regresa
Con la economía global aún tambaleándose por los efectos de la pandemia y los cambios geopolíticos, la abrupta imposición de nuevos aranceles por parte del presidente Donald Trump ha encendido las alarmas entre economistas, inversionistas y autoridades monetarias en Estados Unidos. Desde Wall Street hasta la Reserva Federal, las señales son claras: podría estar gestándose una recesión.
¿Qué implican estos nuevos aranceles?
Los aranceles anunciados por Trump contemplan un incremento del 10% en tarifas aplicable a casi todos los países, con aranceles adicionales para 60 naciones. Este cambio, que entra en vigor el miércoles, implica una alteración radical en las cadenas de suministro globales. Según un análisis de Wells Fargo, la media arancelaria en EE. UU. se multiplicará por diez hasta llegar al 23%, el mayor nivel desde 1908.
¿Cómo afecta esto a la economía?
Los efectos esperados son múltiples y complejos. Por un lado, los costos de importación de productos para empresas estadounidenses aumentarán, lo que generará un alza en los precios al consumidor. Esto puede llevar a una disminución del gasto por parte de la población y a una frenada en la inversión empresarial.
- El PIB proyectado para el primer trimestre por la Reserva Federal de Atlanta anticipa una contracción del 0.8%.
- Goldman Sachs ha elevado la probabilidad de recesión del 35% al 45%.
- JPMorgan sitúa ese riesgo aún más alto, en un preocupante 60%.
- La inflación, según JPMorgan, podría alcanzar un 4.4% para finales de 2024, un aumento significativo desde el 2.8% actual.
¿Qué dice la Casa Blanca?
Donald Trump ha sido claro y directo: "A veces hay que tomar medicina para arreglar algo", expresó. Mientras tanto, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, sostiene que “no tiene por qué haber una recesión” siempre que se mantengan políticas que fortalezcan los fundamentos económicos a largo plazo. Sin embargo, esta narrativa suena poco convincente frente a las proyecciones de bancos y consultoras.
El papel de la Reserva Federal: entre la espada y la pared
La Reserva Federal enfrenta un enorme dilema: aunque una desaceleración económica normalmente justificará un recorte de tasas de interés, esta vez las presiones inflacionarias provocadas por los mismos aranceles podrían impedirlo. El presidente de la Fed, Jerome Powell, recalcó que su prioridad absoluta sigue siendo contener la inflación, lo que implica que no habrá medidas expansivas a menos que el declive económico sea notorio.
"No pueden anticiparse porque tienen que lidiar con una inflación persistente", explicó Gennadiy Goldberg, estratega de TD Securities.
Algunas señales tempranas de una posible recesión
Aunque no hay confirmación oficial de una recesión, algunos indicadores comienzan a invertirse:
- El índice de bancarrotas personales va en aumento.
- Las visitas a Las Vegas y salas de cine han disminuido respecto a años anteriores.
- El consumo minorista muestra signos de moderación.
Torsten Slok, economista jefe de Apollo, informa que las reservas aéreas desde Canadá hacia EE. UU. han caído un 70%, un dato que si bien no tiene un impacto macroeconómico directo, refleja el nerviosismo de los consumidores y turistas.
Impacto para las empresas y los consumidores
Las compañías estadounidenses, en especial las manufactureras y las que dependen de materias primas importadas, enfrentan el dilema de si invertir, contratar o esperar. Esta incertidumbre puede derivar en una frenada en seco de la actividad económica. Muchas empresas dudan en expandir sus operaciones en EE. UU. si no saben cuánto durarán los aranceles.
Para los consumidores, los efectos podrían sentirse en precios más altos de productos cotidianos como electrodomésticos, alimentos y tecnología. Y si la inflación se afianza, el poder adquisitivo se verá erosionado.
¿Quién determina cuándo inicia una recesión?
La recesión no es declarada oficialmente por el gobierno o la Fed, sino por la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER). Este comité de economistas define una recesión como un “declive significativo de la actividad económica, sostenido por más de unos pocos meses y extendido por toda la economía”. Su análisis suele retrasarse varios meses tras el inicio de la desaceleración.
La historia se repite: aranceles y recesiones pasadas
Estas políticas no son nuevas. En la década de 1930, el arancel Smoot-Hawley contribuyó a empeorar la Gran Depresión, al desatar represalias internacionales y hundir el comercio mundial. Aunque el contexto actual es distinto, la lección permanece: utilizar los aranceles como herramienta de presión económica puede tener efectos devastadores si se implementan de forma abrupta.
Incluso durante la pandemia de 2020, se observó cómo las disrupciones en las cadenas de suministro globales generaban alzas de precios e inestabilidad en mercados clave. La magnitud y velocidad de los nuevos aranceles actuales —comparados con las medidas tomadas en conflictos comerciales pasados— incrementan la posibilidad de consecuencias negativas.
¿Un arma de negociación o un error estratégico?
Para algunos analistas, los aranceles podrían ser simplemente una táctica de negociación. Al incrementar la presión económica rápidamente, la administración Trump podría esperar obtención de concesiones comerciales más rápidas de sus socios. Sin embargo, es una estrategia de alto riesgo, que pone a prueba tanto la confianza de los mercados como la resiliencia de los consumidores estadounidenses.
Históricamente, la política arancelaria ha sido usada como una herramienta de corto plazo para forzar acuerdos, pero raramente ha sido exitosa si se prolonga o generaliza.
Las implicaciones políticas en un año electoral
Con la campaña electoral en marcha para las elecciones presidenciales de noviembre, estas medidas podrían tener un fuerte impacto político. Si la economía entra en recesión antes de los comicios, los votantes podrían castigar a Trump, tal como ocurrió con George H. W. Bush en 1992 tras una desaceleración económica.
Por el contrario, si logra avances en acuerdos comerciales o repuntar el empleo en sectores industriales clave, podría usar los aranceles como prueba de una “mano firme” anta las prácticas desleales extranjeras.
Reflexión final: una apuesta arriesgada
Los nuevos aranceles de Trump podrían redefinir no solo el rumbo de la economía estadounidense en 2024, sino su legado como político. Con más de 180,000 millones de dólares en importaciones afectadas, crecen las dudas sobre si estamos ante una verdadera ofensiva comercial o una peligrosa maniobra populista que podría acabar detonando una recesión.
Lo cierto es que el mercado, la Fed y millones de ciudadanos estadounidenses seguirán con atención cada nuevo dato económico, esperando saber si estos vientos arancelarios se transformarán en tormenta... o si serán apenas una lluvia pasajera.