El nuevo rostro de la vigilancia migratoria en las universidades de EE. UU.

Cancelaciones de visas, detenciones y un clima de incertidumbre: el difícil presente de los estudiantes internacionales bajo el foco del gobierno

Por años, Estados Unidos ha sido un faro educativo para millones de jóvenes que viajan desde todos los rincones del mundo con el sueño de estudiar en sus prestigiosas universidades. Sin embargo, nuevos reportes indican que ese sueño podría estar bajo amenaza para una creciente cantidad de estudiantes internacionales cuyas visas están siendo revocadas inesperadamente, incluso sin una explicación clara.

Desde Harvard y Stanford hasta la Universidad de Míchigan y UCLA, múltiples instituciones han reportado que algunos de sus estudiantes se encontraron de pronto sin estatus migratorio legal en el país. En la mayoría de los casos, ni las universidades ni los propios estudiantes recibieron notificación previa, y el descubrimiento se realizó, en muchos casos, al consultar la base de datos federal administrada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

Una vigilancia creciente que inquieta a las universidades

La cancelación de visas a estudiantes internacionales no es una novedad en sí. En el pasado, ocurría principalmente cuando un alumno caía en "out of status", por ejemplo, al dejar de asistir a clases o dejar de cumplir con otros requisitos del programa F-1. Pero lo novedoso ahora es la forma y la velocidad con la que se están produciendo las revocaciones.

"Lo que estamos viendo con los estudiantes internacionales es solo una parte de la mayor vigilancia migratoria que la administración Trump está aplicando a inmigrantes de todas las categorías", explicó Michelle Mittelstadt, directora de asuntos públicos del Migration Policy Institute.

Aunque algunas revocaciones parecen vinculadas con casos de activismo pro-palestino —como el del estudiante Mahmoud Khalil, con residencia permanente quien lideró protestas en Columbia y fue detenido—, muchas otras no tienen relación aparente con causas políticas.

¿Efectos colaterales o nueva doctrina migratoria?

Algunos estudiantes afectados han sido señalados por infracciones menores, como violaciones de tránsito. Otros parecen no tener ninguna falta clara. En conjunto, el proceso implica un giro: el gobierno ya no espera que las universidades informen pérdidas de estatus para intervenir; ahora, el DHS está cancelando visas antes incluso de esas notificaciones.

La reacción de las universidades ha sido de alarma y frustración. Muchos directivos han enviado mensajes a sus campus pidiendo calma y prometiendo elevar preguntas a las autoridades federales. El rector de la Universidad de Massachusetts en Boston, Marcelo Suárez-Orozco, se refirió al tema en un correo a la comunidad educativa:

"Estos son tiempos sin precedentes, y nuestros principios normales de una sociedad democrática están siendo desafiados. Con la velocidad y profundidad de los cambios, debemos ser cuidadosos sobre cómo prepararnos, protegernos y responder."

El mecanismo de las visas estudiantiles

Para estudiar en EE. UU., un estudiante extranjero necesita generalmente una visa F-1. Este proceso implica demostrar ingreso a una institución educativa aprobada, pasar por una entrevista en una embajada o consulado, y comprobar solvencia económica para costear su estancia.

Una vez dentro del país, el estatus migratorio de los estudiantes es gestionado por el Student and Exchange Visitor Program (SEVP), que depende del DHS. Hasta hace poco, la pérdida de la visa F-1 no implicaba automáticamente la pérdida del estatus de residente legal. Pero eso también está cambiando, con consecuencias graves: los estudiantes ahora podrían ser detenidos y deportados tan pronto como se anule su estatus migratorio.

"La amenaza de ser removido rápidamente es algo nuevo", indicó Sarah Spreitzer, vicepresidenta de relaciones gubernamentales en el American Council on Education. "Las acciones públicas del ICE y del DHS, llevando a estudiantes de sus casas o en plena calle, usualmente solo se veían en casos con implicaciones de seguridad nacional".

Detenciones visibles, miedos invisibles

El caso de la familia detenida en una granja en el estado de Nueva York, cuyas tres hijas asistían a la escuela pública local, desató protestas comunitarias. El director del colegio de las niñas, Jaime Cook, publicó una carta conmovedora describiendo "el shock compartido" por la comunidad. En palabras emotivas escribió:

"El hecho de que nuestras alumnas hayan sido esposadas y puestas en la misma furgoneta que un acusado criminal es inconcebible... pensar en la experiencia de una niña de tercer grado me revuelve el estómago y me deja sin aliento."

La familia, que lleva años gestionando su estatus legal en tribunales de inmigración, fue liberada tras pasar más de una semana en un centro de detención en Texas. Se supo que el arresto ocurrió como parte de una operación para detener a un hombre acusado de abusar de menores quien vivía cerca. Sin embargo, ICE decidió detener de paso a otras siete personas sin papeles, incluyendo a esta madre y sus hijas.

El exdirector de ICE Tom Homan, quien supervisó la operación, justificó el procedimiento: "No fue una redada, fue una ejecución de orden de allanamiento en una casa donde se encontraron personas viviendo ilegalmente".

Un efecto disuasorio que ya se siente

Abogados, educadores y activistas advierten que estos incidentes podrían tener un efecto disuasorio sobre los estudiantes internacionales. Para países como China, la India o Corea del Sur —de donde proviene la mayoría de estos jóvenes—, la percepción de Estados Unidos como un destino acogedor podría estar cambiando.

Datos de Open Doors, el reporte anual sobre educación internacional, muestran que aunque los estudiantes extranjeros aportaron más de $33.8 mil millones a la economía estadounidense en 2022, las cifras de nuevos ingresos cayeron un 15% respecto a años anteriores.

"Estamos viendo una ansiedad creciente entre nuestros estudiantes internacionales", expresó un responsable administrativo de UCLA que pidió anonimato. "Muchos de ellos están considerando irse a Canadá o Europa, donde las reglas son más claras y las deportaciones menos arbitrarias".

¿Camino a la criminalización de la educación?

Aunque algunos casos sí justifican intervención gubernamental (ligas a terrorismo, falsificación de documentos, etc.), muchas de las recientes cancelaciones parecen estar vinculadas a razones menores o inexistentes. Esto ha generado la preocupación de que el mero hecho de ser extranjero, y en especial de ciertas regiones o con ciertas ideas políticas, podría convertirse en causa de sospecha.

"Estamos retrocediendo 70 años en términos de libertades civiles y derecho al debido proceso", dijo un exfuncionario del Departamento de Estado bajo condición de anonimato. "Es preocupante que estudiantes que tienen todo en regla estén siendo tratados como amenazas".

Mientras tanto, universidades como Ohio State, MIT, y la Universidad de Chicago están emitiendo alertas recomendando a sus estudiantes internacionales llevar siempre consigo copia de su pasaporte, visa y documentos migratorios, incluso cuando caminen por los pasillos del campus.

"Nunca pensé que tendría que cargar mi visa para ir a la biblioteca. Me siento como en una película de ciencia ficción", comentó Rishabh, un estudiante indio de posgrado en ingeniería en la Universidad de Míchigan.

El dilema futuro: apertura o exclusión

La decisión sobre el rumbo de estas políticas no solo afecta a decenas de miles de estudiantes anualmente, sino también a la imagen internacional de EE. UU. como centro de innovación, tolerancia y educación de excelencia.

El reciente anuncio del congresista republicano John James sobre su candidatura a gobernador de Míchigan para 2026 pone aún más peso en los temas migratorios y de identidad nacional que seguramente dominarán la arena política en los años por venir.

Por ahora, lo único constante es la incertidumbre. Una incertidumbre que pesa, especialmente, sobre los hombros de jóvenes que vinieron a este país solo para aprender…

Este artículo fue redactado con información de Associated Press