Una misión bajo la luna: la lucha de Chennai por salvar a las tortugas oliváceas

Voluntarios y autoridades protegen a miles de tortugas marinas de la extinción en las playas del sur de la India contra amenazas naturales y humanas

Chennai, India. En las tranquilas noches de diciembre a abril, cuando la mayoría duerme, algunos habitantes de Chennai recorren las playas silenciosas, iluminadas apenas por la luna. Su misión: salvar a las tortugas marinas oliváceas, una especie en peligro que, durante siglos, ha confiado sus nidos a estas costas del sur indio.

Una tradición de casi 40 años

Desde hace casi cuatro décadas, los ciudadanos de Chennai, capital del estado de Tamil Nadu, han reunido esfuerzos para rescatar y proteger los huevos y crías de tortugas oliváceas (Lepidochelys olivacea). Estos reptiles marinos han visto reducido su hábitat y aumentado sus riesgos debido a la actividad humana, la contaminación lumínica, los perros callejeros e incluso pescadores cuyos equipos atrapan sin intención a estos animales.

En lo que va de la temporada, los esfuerzos ciudadanos lograron rescatar y proteger más de 260,000 huevos en toda la región costera, en una lucha contra el tiempo y las crecientes amenazas ambientales.

Una especie en peligro crítico

La tortuga olivácea es una especie en peligro, reconocida por reproducirse en sincronía masiva en playas específicas del océano Índico y Pacífico. Su tasa de supervivencia es alarmantemente baja: solo una de cada mil logra alcanzar la adultez. En India, cada año llegan miles de estas tortugas para anidar, especialmente en las playas de Chennai como Marina Beach y Elliot’s Beach.

Las hembras regresan a la misma playa en la que nacieron para cavar nidos entre la arena y depositar hasta 100 huevos. Sin embargo, la luz artificial, las construcciones costeras, los cazadores furtivos y los predadores naturales amenazan este delicado ciclo.

Cómo se desarrolla el operativo de rescate

Melvin, un voluntario experimentado que prefirió no compartir su apellido completo, explicó que cada noche durante la temporada de nidación, grupos se organizan para patrullar más de 30 kilómetros de playas, divididos en tramos de entre 7 y 8 kilómetros por equipo.

“Cada grupo está atento a los montículos de arena que podrían indicar nidos, y si encontramos huevos, los reubicamos con mucho cuidado al vivero cercano, replicando la misma profundidad original”, comenta Melvin.

Este detalle no es menor: la temperatura de incubación determina el sexo de las crías. Temperaturas más altas, derivadas del calentamiento global, favorecen el nacimiento de hembras sobre machos, afectando el equilibrio poblacional a largo plazo.

Voluntarios de todas las edades

Entre las filas de voluntarios, destaca Yajur Karthik, un niño de 11 años originario de Bengaluru. Cada verano se une al esfuerzo de protección con entusiasmo.

“Solo una de mil tortugas sobrevive, por eso quiero ayudar”, dice con firmeza. “Me hace sentir que puedo hacer una diferencia.”

Personas de diferentes edades y profesiones destinan tiempo a esta causa vital, muchos cambiando sus rutinas, horarios e incluso trasladándose desde otros estados para ser parte del esfuerzo de conservación.

La muerte acecha desde el mar

No solo la tierra representa un peligro para estas criaturas. Cada año, cientos de tortugas adultas mueren atrapadas en redes de pesca, lo que denota una urgencia clara: la necesidad de diálogo y colaboración entre comunidades pesqueras y ambientalistas.

Las autoridades forestales han promovido el uso de dispositivos excluidores de tortugas (TED, por sus siglas en inglés), que permiten su escape antes de ser arrastradas por las redes. Sin embargo, muchos pescadores aún desconocen o se resisten a implementar esta tecnología.

Impacto del cambio climático

Uno de los mayores desafíos que enfrentan estas tortugas es el calentamiento global. Estudios señalan que en algunas regiones, más del 90% de las crías nacen hembras, debido al aumento sostenido de las temperaturas.

Esto plantea interrogantes serios sobre el futuro de la especie: ¿Qué ocurrirá si la proporción de machos disminuye aún más? ¿Cómo afectará esto la reproducción en las próximas décadas?

Educación ambiental y sensibilización

El componente educativo juega un papel clave. Las liberaciones públicas de tortugas bebés al mar, organizadas por autoridades y ONGs, se han convertido en eventos populares que no solo despiertan ternura, sino que siembran conciencia en las nuevas generaciones.

“Uno no puede amar lo que no conoce”, afirma un funcionario forestal mientras sostiene una pequeña cría lista para volver al océano. “Si logramos que cada niño guarde este recuerdo, ganamos aliados para toda la vida.”

Historias de esperanza y pérdida

Pero no todo es celebración. El mismo mar que recibe con esperanza a las crías, devuelve también tragedias: carcasas de tortugas adultas muertas recubren algunas zonas de la costa. Los ataques de perros, las mordidas de aves y la acción del hombre dejan huellas visibles del reto diario.

El dolor también se ve en pequeños gestos: una voluntaria que recoge con sumo cuidado restos de huevos rotos tras una depredación, u otro que guía las crías con una linterna al mar para evitar que se desorienten por las luces de la ciudad.

¿Qué podemos aprender de Chennai?

Este esfuerzo colectivo plantea un cuestionamiento profundo sobre la convivencia entre el ser humano y la naturaleza, especialmente en tiempos donde la crisis climática amenaza con acelerar la extinción de muchas especies.

La resistencia, perseverancia y pasión de los brigadistas de Chennai se convierten en un ejemplo poderoso de lo que se puede alcanzar cuando la comunidad se une por un bien mayor.

Cómo puedes ayudar tú

Aunque vivas a miles de kilómetros de estas playas, hay formas de sumarte al cambio:

  • Evita consumir productos derivados de tortuga o provenientes de pesca ilegal.
  • Apoya organizaciones dedicadas a la conservación marina.
  • Reduce tu huella de carbono: pequeñas acciones individuales ayudan a combatir el calentamiento global responsable de alterar los ciclos reproductivos de estas especies.
  • Educa y comparte. La sensibilización sigue siendo la herramienta más poderosa.

Las playas de Chennai nos recuerdan que la esperanza no está extinta y que cada tortuga que logra alcanzar el mar, representa una victoria, un pequeño milagro frente a la inmensidad de los desafíos ecológicos.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press