Jarren Duran: El jonrón más importante fue seguir con vida
El jardinero de los Red Sox abre el corazón y revela su lucha contra la depresión y un intento de suicidio en 2022. Su mensaje sincero impacta más allá del diamante.
Una verdad silenciosa se hace pública
El béisbol es un juego de estadísticas, pasiones y memorias, pero también de silencios que se vuelven pesados. El jardinero de los Boston Red Sox, Jarren Duran, rompió uno de esos silencios esta semana al compartir públicamente que intentó quitarse la vida en 2022. La confesión fue parte del documental "The Clubhouse: A Year With the Red Sox" de Netflix, estrenado recientemente.
En una sociedad que idealiza a los deportistas profesionales, escuchar a un jugador decir que no quería vivir ya no solo es impactante —también es revelador. Revela que la salud mental no discrimina por nivel de ingresos, fama o talento. Duran tiene todo eso, pero en 2022 sentía que no tenía nada.
Del cielo al infierno emocional
Duran fue seleccionado en la séptima ronda del draft por los Red Sox, y tras ascender como una de las promesas más emocionantes del equipo, debutó en las Grandes Ligas en 2021. Pero nada fue fácil. Las expectativas, las críticas —de los fans y de él mismo—, lo empujaron hacia una espiral emocional peligrosa.
“No soportaba decirme a mí mismo todos los días cuánto apestaba”, relató Duran en la entrevista. “Ya escuchaba eso de los aficionados. Y lo que ellos decían, yo me lo decía diez veces peor frente al espejo”.
Cuando el director Greg Whiteley le preguntó si, al decir que no quería estar aquí, se refería a estar con los Red Sox o en el planeta Tierra, Duran respondió: “Probablemente ambas”.
Un mensaje en la muñeca
Antes de cada juego, Duran escribe sobre su muñeca derecha: “Still alive” —Sigo con vida. Es una afirmación simple, poderosa y ahora profundamente significativa. La escribió incluso antes de haber compartido la historia completa de su intento de suicidio, como si ese tatuaje improvisado fuera su forma de resistir.
“Hablar de esto no fue fácil, pero sentí que era importante”, explicó Duran en un comunicado. “Hace unos años me encontraba en un lugar muy oscuro, pero aún estoy aquí, y tengo mucha suerte por ello. Si mi historia puede ayudar aunque sea a una persona, habrá valido la pena contarla”.
Peso mediático y responsabilidad emocional
La narrativa de Duran choca con el estereotipo del deportista ‘duro’, emocionalmente inquebrantable. Como muchos atletas, enfrentó críticas públicas, bajones de rendimiento, y expectativas que pocos humanos pueden soportar sin fracturarse.
“Nos tratan como animales de zoológico”, dijo el jardinero refiriéndose a la presión de los aficionados y los medios. “Te analizan, te graban, te culpan... y aun así tienes que seguir sonriendo”.
En 2022, Duran era inconsistente, y su presencia en el róster de Boston parecía tambalearse. Fue en ese año que se quebró emocionalmente.
Una confesión que salva vidas
Red Sox no solo apoyó la valentía de Duran; también reforzó su mensaje. El mánager Alex Cora declaró: “Su decisión de contar su historia salvará vidas”. El presidente del equipo, Sam Kennedy, la calificó como “un acto de valentía que va más allá del béisbol”.
Sus compañeros también lo respaldan: el lanzador Richard Fitts fue visto en el clubhouse usando una camiseta para apoyar a la Jarren Duran Community Foundation. El mensaje en la camiseta es el mismo que Duran lleva en su piel antes de salir a jugar: “Sigue vivo”.
Duran ha sido advertido por la MLB previamente por usar prendas con lenguaje explícito en el campo. Para él, esas frases no son simples rebeldías: son recordatorios de que luchó, y que sigue aquí.
La salud mental en el deporte: la conversación necesaria
Duran no está solo. En los últimos años, otros atletas de élite también han abierto el diálogo sobre salud mental. Simone Biles, campeona olímpica de gimnasia, renunció a competir en plenas Olimpiadas alegando ansiedad. Kevin Love, jugador NBA, ha hablado extensamente de su depresión. Y Naomi Osaka se retiró de torneos de Grand Slam para cuidar su salud emocional.
El ejemplo de Duran es distinto en algo clave: incluye un intento de suicidio. No hay eufemismos ni insinuaciones. El jardinero expone el momento más oscuro de su vida con la esperanza de darle luz a otros.
En Estados Unidos, el suicidio es la segunda causa de muerte entre personas de 15 a 29 años (OMS, 2023). Entre los atletas universitarios, el suicidio representa el 7% de las muertes en el deporte (NCAA, 2022). Es una epidemia silenciosa.
El mensaje que Duran transmite al enfrentar esta realidad es más grande que cualquier estadística: habla y pide ayuda.
Y esto es quizá lo más importante: la ayuda existe. El número nacional de crisis y suicidio en EE. UU. es el 988, disponible por llamada, mensaje o chat.
Padres sorprendidos, pero incondicionales
Octavio y Dena Duran, padres del jardinero, dijeron en un comunicado que fueron enterándose recientemente de la gravedad de la situación que vivió su hijo.
“Fue devastador escuchar eso”, dijeron. “Pero estamos más que agradecidos de que todavía esté aquí, que haya tenido el valor de seguir adelante, y que esté usando su voz para ayudar a otros”.
Sus palabras reflejan el componente familiar de este tipo de luchas: a menudo, incluso los seres más cercanos no saben lo que está pasando alguien.
La autenticidad como poder
Jarren Duran no eligió esta tribuna para ser héroe, sino para ser útil. “Tomé ese salto de fe esperando que hiciera más bien que mal”, dijo al justificar su confesión frente a las cámaras.
Hoy, lo está logrando. Su historia ha resonado con miles de aficionados y personas comunes que luchan con sus emociones. Su transparencia ha generado un nuevo tipo de liderazgo que no necesita números para validarse, sino humanidad.
Esto también da una nueva dimensión a lo que significa ‘competir’. Duran no solo lucha contra lanzadores de 95 millas por hora. También lo hace contra sombras mentales, inseguridades, y heridas emocionales. Y aún así, escribe en su muñeca: “Sigo con vida”.
Más allá del diamante
La historia de Jarren Duran debe resonar no solo en Boston, sino en todos los estadios. Entre tanto ruido sobre rachas, promedios y estadísticas, emerge una verdad más importante: la salud mental debe formar parte de la conversación sobre cualquier profesional del deporte.
No es una debilidad. Es parte del juego. Y jugadores como Duran están ayudando a que eso se entienda, una confesión a la vez.
Si tú o alguien cercano está enfrentando algo similar, recuerda: la ayuda existe, y nunca estás solo. Llama o escribe al 988 en EE. UU.