Tensión nuclear y diplomacia en Oriente Medio: Irán, EE. UU. y el nuevo intento de negociación en Omán

Teherán y Washington se acercan a dialogar en medio de presiones militares, sanciones económicas y un programa nuclear al borde del límite

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Una nueva ronda de tensión con sabor a oportunidad

Todo parecía indicar que el conflicto nuclear con Irán se mantendría estancado. Sin embargo, recientes declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Araghchi, marcan un giro inesperado en este juego geopolítico. Desde Argelia, Araghchi confirmó que Irán sostendrá conversaciones en Omán con el emisario estadounidense Steve Witkoff, bajo mediación de las autoridades omaníes. Serán las primeras negociaciones del gobierno de Donald Trump con Irán desde su regreso al poder, y el tema central: el controvertido programa de enriquecimiento de uranio de Teherán.

“Nuestro objetivo principal en estas conversaciones es restaurar los derechos del pueblo, así como levantar sanciones. Si la otra parte muestra voluntad verdadera, esto es alcanzable”, apuntó el diplomático iraní.

¿Directas o indirectas? Choque de narrativas

Un punto de confusión que deja ver la fragilidad del proceso es la discrepancia sobre el formato de las conversaciones. Mientras Trump anunció que se trataría de diálogos directos, Araghchi insistió en que, por el momento, prefieren mantener el carácter indirecto, delegando la mediación en Omán.

De confirmarse, sería la primera vez desde la época de Barack Obama que Estados Unidos e Irán sostienen un diálogo bilateral directo de tal calibre. No obstante, el historial de desconfianza mutua plantea un camino lleno de obstáculos.

¿Qué está en juego?

Las razones para reactivar las negociaciones no son únicamente diplomáticas. Irán ha estado enriqueciendo uranio hasta un 60% de pureza, lo que representa un paso técnico corto hacia el desarrollo de un arma nuclear. Aunque Teherán insiste en el uso pacífico de su programa, tanto Estados Unidos como Israel han amenazado con recurrir a la vía militar si Irán cruza ciertas “líneas rojas”.

  • Acuerdo nuclear de 2015 (JCPOA): Limitaba el enriquecimiento de uranio y reducía las reservas de Irán a cambio del levantamiento de sanciones.
  • Retiro de Trump en 2018: Washington abandonó el acuerdo y reinstauró sanciones, debilitando la economía iraní.
  • Negociaciones fallidas con Biden: A pesar de múltiples rondas diplomáticas, no se alcanzó un consenso sólido.

Impacto inmediato: la economía como termómetro

En cuanto se hizo público el anuncio de nuevas negociaciones, el mercado iraní reaccionó positivamente. El rial, que había tocado mínimos históricos superando el millón por dólar, se recuperó ligeramente, cotizando en torno a los 990.000. La Bolsa de Teherán también registró un aumento de 2%.

Este tipo de avances diplomáticos suelen tener una fuerte carga simbólica en la economía de Irán, que ha estado asfixiada por las sanciones. En su punto más fuerte bajo el JCPOA en 2015, el rial se cotizaba a 32.000 por dólar. Hoy, la situación dista mucho de aquel optimismo. Los ahorros de los ciudadanos han sido erosionados por la inflación, llevando a muchos a refugiarse en bienes tangibles como oro, automóviles o criptomonedas.

Oriente Medio: el tablero global de ajedrez

Las tensiones nucleares con Irán no pueden analizarse en un vacío. Washington está inmerso en campañas militares en la región, incluyendo los actuales ataques aéreos contra los hutíes en Yemen, grupo respaldado por Teherán. La denominada “resistencia” islámica de Irán ha perdido fuerza tras las operaciones israelíes contra milicias asociadas a Hezbolá y Hamás, lo que reconfigura su estrategia de disuasión.

Además, la presencia rusa no es menor. Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, celebró la posibilidad de negociaciones afirmando que “podrían conducir a una desescalada de tensiones en torno a Irán”. Rusia, uno de los firmantes originales del JCPOA, mantiene una postura favorable al diálogo político, mientras mantiene sus propias discusiones con Estados Unidos sobre el conflicto en Ucrania.

La carta de Trump a Jameneí: ¿un gesto o una maniobra?

Según informes, todo comenzó con una carta enviada por Donald Trump al líder supremo iraní, Ali Jameneí, buscando reactivar el canal diplomático. Esta movida ha sido recibida con escepticismo en Teherán, cuya élite política considera a Trump como poco confiable, particularmente después de sus pasadas críticas al acuerdo de 2015 y su política de “máxima presión”.

No obstante, el hecho de que Irán haya aceptado sentarse a conversar —aunque sea indirectamente— podría ser interpretado como una señal de apertura, pero también de necesidad. Las presiones internas, producto del descontento popular, la inflación y el aislamiento, empiezan a mermar en la posición de fortaleza de los sectores más duros del régimen.

Movimientos colaterales: Turquía y los escándalos de corrupción

Intrínsecamente ligado al contexto regional, Turquía también atraviesa tensiones internas, como lo demuestra el reciente escándalo de corrupción en su frontera con Bulgaria. Un total de 38 oficiales de aduana fueron arrestados por aceptar sobornos, y se emitieron más de 350 órdenes de detención contra presuntos pagadores. El cruce fronterizo de Kapikule, el más transitado entre Europa y Asia, se ha convertido en punto clave no solo para contrabando, sino también para movimientos geopolíticos.

Este tipo de casos alimenta la percepción de debilidad institucional en zonas estratégicas, justo cuando Ankara intenta ganar protagonismo como mediador en conflictos como Ucrania y ahora posiblemente también en las tensiones nucleares iraníes.

El nuevo rompecabezas diplomático

Las conversaciones en Omán podrían marcar un antes y un después, pero el escepticismo predomina. La historia reciente está plagada de promesas rotas, intervenciones fallidas y cambios de postura según el liderazgo en Washington o Teherán. ¿Será esta la vez en que se recupere el espíritu del JCPOA de 2015? O, ¿estamos ante una batalla de narrativas para ganar tiempo?

Sea como sea, el reloj atómico está corriendo. Irán está tecnológicamente más cerca que nunca de poder construir un arma nuclear, mientras las presiones militares y sanciones económicas continúan agitando las aguas de una región históricamente inestable.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press