¿Regreso a la Luna o salto a Marte? El debate que define el futuro de la exploración espacial

Jared Isaacman, millonario y astronauta, podría dirigir la NASA y priorizar Marte sobre la Luna. ¿Estamos ante un cambio de paradigma en la conquista del espacio?

Una nueva era para la NASA bajo el mando de un visionario empresario

Jared Isaacman, empresario tecnológico y astronauta privado, ha sido nominado por el expresidente Donald Trump para convertirse en el próximo administrador de la NASA. Si es confirmado por el Senado, Isaacman, de 42 años, será no solo el más joven en ocupar este cargo sino también uno de los pocos que realmente han experimentado el espacio en carne propia.

Pero más allá de su perfil inusual —no es científico, ni exfuncionario de la agencia espacial— lo que más ha captado la atención es su postura sobre la dirección que debe tomar la exploración humana del espacio. Mientras que la NASA lleva años aferrándose a la idea de establecer bases lunares como parte del programa Artemis, Isaacman tiene otra misión en mente: Marte.

De la Luna a Marte: dos caminos, una carrera

La postura de Isaacman no es cualquier ocurrencia. En su testimonio ante el Comité del Senado de Comercio, Ciencia y Transporte, fue claro: “Como dijo el presidente, nuestra prioridad será enviar astronautas estadounidenses a Marte. En el camino, inevitablemente desarrollaremos las capacidades para regresar a la Luna.”

Esta declaración pone en juego una disputa de largo tiempo dentro de la comunidad científica y tecnológica: ¿debería la humanidad enfocarse primero en establecer una presencia sólida en la Luna, o dar el salto directo al planeta rojo?

El programa Artemis: una promesa lenta y costosa

Lanzado durante la administración Trump y continuado bajo la presidencia de Biden, el programa Artemis busca regresar a la humanidad a la superficie lunar, instalando eventualmente bases habitables cerca del polo sur. El objetivo: utilizar estas instalaciones como trampolín para futuras misiones a Marte.

Sin embargo, los avances están lejos de ser impresionantes. El poderoso cohete Space Launch System (SLS) solo ha despegado una vez, en una misión no tripulada en 2022. La próxima gran misión, Artemis II, enviará una tripulación alrededor de la Luna —pero no aterrizará—, y no será hasta 2027 cuando se espera un aterrizaje tripulado.

¿El problema? El costo. El programa ha consumido ya más de $40.000 millones en desarrollo, y cada lanzamiento ronda los $4 mil millones. A esto se suma el hecho de que, para las dos primeras misiones de descenso lunar, la NASA contrató a SpaceX y su gigantesca nave Starship.

Isaacman y SpaceX: una relación más que cercana

Jared Isaacman es más que un entusiasta del espacio: ha invertido millones para volar dos veces en naves de SpaceX, incluyendo la primera caminata espacial privada en 2023. Su empresa Shift4 Payments le permitió convertirse en multimillonario partiendo desde un sótano en casa de sus padres.

Su cercanía con Elon Musk genera suspicacias y optimismos dependiendo del cristal con que se mire. Al fin y al cabo, SpaceX busca acelerar el viaje humano a Marte con Starship, una nave completamente reutilizable diseñada específicamente para misiones más allá de la órbita terrestre baja.

Musk ha declarado insistentemente que Marte es el único destino lógico si se busca una segunda oportunidad para la especie humana. Y en esa visión bien podría alinearse Isaacman si asume oficialmente la dirección de la agencia.

¿Por qué Marte?

El llamado "Planeta Rojo" ha cautivado la imaginación de científicos y soñadores desde hace más de un siglo. Pero los retos para llegar son mayúsculos:

  • Distancia: Marte está a un promedio de 225 millones de kilómetros de la Tierra. Un viaje tomaría de 6 a 9 meses.
  • Condiciones hostiles: Temperaturas extremas, atmósfera tóxica y niveles de radiación fuera de lo común.
  • Logística: Hay que llevar todo —alimentos, agua, energía— y además asegurar el regreso seguro.

Aun así, Musk y su conglomerado de ingenieros están convencidos de que es posible colonizar Marte antes de 2050. Y con Isaacman al frente de la NASA, quizás el impulso burocrático que ha limitado hasta ahora estas ambiciones se transforme en acción concreta.

¿Tiempo de abandonar la Luna?

La Luna ha sido para muchos el campo de pruebas ideal para misiones más ambiciosas. Tiene solo un tercio del tamaño de Marte, pero está a unos 384.000 kilómetros de la Tierra, lo que significa que podríamos llegar en tres días.

Además, alberga recursos valiosos: agua congelada, helio-3 y minerales que podrían sostener una colonia futura. El objetivo de Artemis no es solo explorar, sino entender cómo vivir fuera de la Tierra de forma prolongada.

Pero los defensores de Marte argumentan que mantenernos anclados a la Luna solo retrasa lo inevitable: si queremos convertirnos en una especie multiplanetaria, hay que dar el salto cueste lo que cueste.

Asteroides: la tercera opción

Mientras se debate Luna o Marte, los científicos también siguen de cerca a otro tipo de cuerpos celestes: los asteroides. El reciente caso del asteroide 2024 YR4, descubierto a finales del año pasado, ilustra por qué.

Este objeto, de unos 60 metros de ancho y forma inusualmente plana, fue inicialmente considerado una amenaza para la Tierra, con un 3% de posibilidades de impacto en 2032. Hoy sabemos que no chocará con nuestro planeta, pero sí podría impactar la Luna con una probabilidad del 3.8%.

Los asteroides no solo son peligrosos por su potencia destructiva; también contienen materiales críticos como platino, oro y agua. La minería de asteroides podría cambiar la economía espacial para siempre.

Un debate político, científico y filosófico

Isaacman resumió su postura afirmando que no considera su falta de credenciales científicas como una debilidad. “He sido relativamente apolítico; no soy un científico y nunca trabajé en la NASA”, dijo. Esta perspectiva externa podría revolucionar la manera en que opera la agencia más importante del mundo en temas espaciales.

Sin embargo, también habrá resistencia. Los puristas de la Luna abogan por un enfoque cauteloso y gradual. Los visionarios de Marte quieren que salgamos ya de la órbita terrestre. Y otros grupos creen que debemos desarrollar primero defensas contra asteroides antes de pensar en colonias interplanetarias.

Pero lo que es claro es que bajo Isaacman, la NASA dejaría de ser una agencia contemplativa para convertirse en una organización con objetivos claros, osados, y orientados por la eficiencia empresarial. Como lo resumió Elon Musk alguna vez: “Si se puede construir un cohete rápido y barato, se puede llegar a Marte. No es una cuestión de física; es una cuestión de voluntad.”

Este artículo fue redactado con información de Associated Press