El alza de aranceles de Trump sacude a los supermercados asiáticos y latinoamericanos en EE.UU.
Clientes temen un incremento en los precios de productos importados esenciales, mientras comerciantes y comunidades inmigrantes enfrentan incertidumbre económica
Por años, supermercados como 99 Ranch Market y H Mart han sido pilares de las comunidades asiático-americanas e inmigrantes en Estados Unidos. Pero esa estabilidad se ve amenazada tras el anuncio de nuevos y altos aranceles por parte del expresidente Donald Trump a productos importados de países como China, Corea del Sur, Vietnam, India y México. Esta medida amenaza con alterar la experiencia culinaria diaria de millones de estadounidenses que dependen de estos supermercados para acceder a alimentos culturales, y apunta a tener un impacto económico desproporcionado en los hogares de bajos ingresos.
¿Qué ha cambiado con los nuevos aranceles?
Desde el miércoles, Trump implementó aranceles que comienzan con un 10% de impuesto base sobre bienes de todo el mundo, aumentando sustancialmente en varios países asiáticos. Por ejemplo:
- Corea del Sur: 25%
- Vietnam: 47%
- Camboya: 49%
- Bangladesh: 37%
- India: 26%
- China: Del 34% al 104% después de represalias por parte del gobierno chino
También se contempla un posible tarifazo del 25% a productos provenientes de México, lo que afectaría a supermercados hispanos y tiendas locales en todo el país.
“Estamos llorando en H Mart”: reacciones del consumidor
Las redes sociales explotaron con mensajes nostálgicos y preocupados. Un comentario en TikTok bromeaba con el título del popular libro Crying in H Mart de Michelle Zauner: “Estamos llorando en H Mart”, hacía eco entre los usuarios que compartían videos de compras masivas “previas al arancel”.
El temor es real: productos básicos como la salsa de soya Pearl River o la mayonesa Kewpie podrían subir significativamente de precio. Una botella de salsa de ostras Panda de Lee Kum Kee cuesta $3.99 en 99 Ranch, pero en Walmart asciende a $10.45, un ejemplo alarmante de la diferencia en precios fuera de los supermercados especializados.
El impacto en las comunidades inmigrantes
Las tiendas como 99 Ranch, H Mart, y los mercados latinos como Los Altos Ranch Market representan mucho más que simples puntos de suministro de comida: son fuentes de identidad, pertenencia y consuelo. Para estudiantes internacionales y recién llegados, es donde pueden encontrar los sabores del hogar.
Tony He, estudiante de UCLA, afirma: “Mientras necesite comida asiática, seguiré viniendo. Aunque suban los precios”.
El valor emocional de estos productos es incuestionable. Como lo explica Nancy Qian, profesora de Economía en Northwestern University: “Mi familia cambió de arroz cuando emigraron, porque no podían encontrar el mismo que usaban en China. Esta situación obligará a muchas familias a hacer lo mismo, aunque afecte sus tradiciones”.
Tendencia al alza en el consumo multicultural
Lejos de ser un fenómeno de nicho, los supermercados internacionales en EE.UU. han registrado un crecimiento constante del 3% anual desde 2019 y generaron $55.8 mil millones en ingresos en 2023, según IBISWorld. La proyección marca un volumen de más de $64 mil millones para 2029.
Este incremento no solo está impulsado por el crecimiento poblacional inmigrante, sino también por el interés de los millennials y Gen Z en nuevas experiencias culturales. Por ello, cadenas como Safeway o Walmart han intentado replicar versiones americanizadas de productos asiáticos, aunque suelen ser más caras o con cambios en ingredientes originales.
El golpe a los pequeños negocios
Además de las grandes cadenas, los pequeños comercios étnicos están en peligro. Mohammed Islam, dueño de Not Just Spices, tienda de productos del sur asiático en Providence, Rhode Island, dice estar preocupado por los productos básicos como el arroz basmati de India y Pakistán, o el arroz Kalijira de Bangladesh.
“Antes, la gente compraba extra cuando algo era barato. Ahora solo compran lo justo porque no saben qué pasará”, afirma Islam.
El propietario menciona que ha tenido que contener márgenes. “La gente no se queja, porque ya está en las noticias. No soy yo quien sube los precios”.
Mercados hispanos, la siguiente víctima
Si las amenazas de Trump se concretan, los supermercados mexicanos también se verán afectados. En Phoenix, Andrew Colvin y Mario Avilés son clientes frecuentes de Los Altos Ranch Market, donde compran frutas, verduras y bebidas importadas de México.
Colvin, mientras se abastecía de agua de coco Parrot, decía: “Espero que suba todo. Yo como como 14 aguacates a la semana. Eso va a cambiar”.
“No quiero ir a otro mercado. Si los aranceles hacen que los precios suban mucho, dejaré de comprar tantas frutas”, remarcó Avilés.
Qué recomiendan los expertos
Ante la incertidumbre, los expertos aconsejan abastecerse de productos no perecederos con moderación, pero sin caer en las compras por pánico como ocurrió al inicio de la pandemia.
“Las compras compulsivas pueden crear escasez artificial y más aumentos de precios”, señala Nancy Qian.
Existe además un efecto colateral preocupante. Según Steven Durlauf, director del Stone Center de la Universidad de Chicago, estos aranceles representan impuestos regresivos que afectarán más a las familias de ingresos bajos. “Los hogares desfavorecidos gastan todo lo que ganan. Los ricos no”, sostiene.
El lado positivo inesperado
A pesar de las dificultades, algunos académicos ven una posible consecuencia positiva: el renacimiento de los enclaves culturales. “Old Chinatown, Little Italy... esos barrios surgieron porque eran los únicos lugares donde se conseguía comida auténtica”, explica Qian.
El encarecimiento de productos podría fortalecer la conexión comunitaria y hacer que las personas revaloricen los mercados locales étnicos en lugar de depender exclusivamente de supermercados nacionales.
¿Y ahora qué?
El destino de estas políticas depende de procesos electorales y decisiones geopolíticas. Pero lo inmediato es claro: las comunidades asiáticas, latinas y otras están en alerta ante una posible transformación de sus hábitos alimenticios, sociales y económicos.
Con la nostalgia de los sabores de casa y la incertidumbre de la economía global, ningún tarro de sriracha, yuzu o chiles en escabeche se siente tan seguro como antes. Las próximas elecciones en EE.UU. podrían no solo decidir quién gobierna, sino también qué cocinamos en nuestras casas.