¿iPhones Made in USA? Por qué fabricar los teléfonos de Apple en EE.UU. sigue siendo una ilusión (por ahora)

Los aranceles de Trump sobre China presionan a Apple, pero el sueño de la 'producción nacional' parece económicamente inviable

En los últimos años, la tensión comercial entre Estados Unidos y China se ha intensificado hasta niveles insospechados, llevando consigo repercusiones para gigantes tecnológicos como Apple. Las políticas arancelarias del expresidente Donald Trump apuntaban, entre otras cosas, a repatriar la producción de iPhones al territorio estadounidense. Pero, ¿realmente es viable fabricar iPhones en EE.UU.?

En este análisis vamos a explorar por qué, a pesar de la presión política, los desafíos logísticos, económicos y de capacitación laboral hacen que este objetivo sea, al menos por ahora, poco más que un espejismo.

El origen del problema: los aranceles a China

Desde abril de 2024, los aranceles de Estados Unidos sobre productos fabricados en China alcanzan ya un impresionante 145%. Esta política fue aplicada bajo la premisa de que incrementaría la competitividad de la industria norteamericana e incentivaría a empresas como Apple a repatriar su producción.

Sin embargo, esta medida no considera la profunda dependencia de Apple de su cadena de suministro global, en particular en Asia, donde China e India juegan roles fundamentales.

Un pasado cimentado en China

Desde los años 90, Apple ha desarrollado una vasta y compleja red de manufactura en China. El primer iPhone, lanzado en 2007, fue ensamblado en Shenzhen, una ciudad china que se ha convertido en epicentro mundial de la fabricación de productos electrónicos.

Empresas como Foxconn y Pegatron, los principales socios de Apple, son fundamentales en este ecosistema. Estas fábricas cuentan con miles de empleados —millones, si se considera el conjunto— y operan con una eficiencia que simplemente no tiene parangón en el mundo occidental.

"El concepto de fabricar iPhones en los Estados Unidos es simplemente inviable", afirma Dan Ives, analista de Wedbush Securities. Según sus estimaciones, trasladar la producción a suelo estadounidense llevaría al precio de un iPhone actual de $1,000 a más de $3,000.

Los retos logísticos y financieros

Llevar a cabo una mudanza de manufactura de esta magnitud conllevaría costos multibillonarios, sin contar los años requeridos para construir infraestructura, entrenar personal y consolidar una cadena de suministro eficiente en EE.UU. Hay también limitaciones prácticas, como los bajos niveles de técnicos especializados en manufactura de precisión.

"En EE.UU. podrías tener una reunión de ingenieros de herramientas y no sé si podríamos llenar una sala", comentó el CEO de Apple, Tim Cook, en una conferencia de 2017. "En China, podrías llenar varios campos de fútbol".

La alternativa: diversificación más allá de China

Ante el alza de los aranceles y los riesgos geopolíticos, Apple ha buscado mitigar su exposición a China diversificando producción hacia India y Vietnam. Hoy en día, algunos modelos del iPhone se ensamblan en la India y ciertos dispositivos en Vietnam. Esta estrategia de diversificación es vista por analistas como una forma de asegurar la estabilidad de su cadena de suministro.

No obstante, estas maniobras no se acercan aún a establecer producción significativa en EE.UU.

¿Qué ha hecho Apple en EE.UU.?

Para suavizar la presión del entonces presidente Trump, Apple anunció en 2018 un plan de inversión de $350 mil millones en el país, incluyendo la creación de 20,000 empleos. Más recientemente, comprometió $500 mil millones hasta 2028, incluyendo proyectos como un centro de datos en Houston para impulsar iniciativas de inteligencia artificial.

Sin embargo, ninguno de estos anuncios involucra la fabricación de iPhones.

Los servicios como salvavidas financiero

Otra razón por la que Apple ha podido resistir sin aumentar significativamente los precios de sus productos estrella es su creciente división de servicios, la cual generó $96 mil millones en ingresos durante el último año fiscal. Servicios como iCloud, App Store, Apple Music o Apple TV+ representan márgenes robustos que pueden compensar parcialmente los costos adicionales derivados de los aranceles.

"Apple puede absorber algunos de estos incrementos sin gran impacto financiero, al menos en el corto plazo", señaló Dipanjan Chatterjee, analista de Forrester Research.

Presión desde Washington

A pesar de la resistencia de Apple, figuras del gobierno como el Secretario de Comercio, Howard Lutnick, han predicho que la fabricación eventualmente regresará a EE.UU. "Ese ejército de millones de personas ensamblando tornillos para los iPhones, ese tipo de trabajo va a venir a América", dijo en abril.

Entretanto, la Secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, usó el anuncio de las inversiones de Apple como evidencia de que “creen que es posible”. Pero hasta ahora, nada ha indicado un cambio real en la producción del iPhone.

La trampa de los costos

El elemento más contundente que impide cualquier traslado a EE.UU. es el precio. Simplemente no es sostenible para Apple vender un iPhone por $3,000 en un mundo saturado de opciones más asequibles, especialmente en mercados emergentes como India, el Sudeste Asiático o América Latina.

El alto costo de vida, las regulaciones laborales más estrictas y los salarios más elevados son componentes fijos en EE.UU. que dispararían los costos de producción.

Más allá de los iPhones: la promesa de la automatización

Una posible ruptura con esta dependencia externa sería la automatización. Si Apple logra implementar ensamblaje robótico avanzado en suelo estadounidense —algo que ya ha comenzado a explorarse lentamente para equipos como la Mac Pro—, podría reducir su necesidad de mano de obra parcial, pero estamos aún lejos de una automatización total, sobre todo para productos complejos como el iPhone.

2028: el año improbable

Según Dan Ives de Wedbush, la posibilidad más realista de ver una línea de ensamblaje significativa de iPhones en EE.UU. no sería antes de 2028, sustentado más en presión política que viabilidad económica. Esto implicaría una reingeniería total de su cadena de valor global.

¿El iPhone se hará estadounidense algún día?

En este escenario global cada vez más volátil, no se puede descartar totalmente una reubicación parcial de la producción a Estados Unidos en las próximas décadas. Sin embargo, todo indica que la estrategia inmediata será continuar la expansión fuera de China y minimizar el impacto de los aranceles mediante ajustes en su red asiática. Fabricar a gran escala en EE.UU., hoy por hoy, es un sueño muy lejano.

Como dice el refrán: "hecho en América suena bien... hasta que llega la cuenta".

Este artículo fue redactado con información de Associated Press